INNOVACIÓN

Nueva tarea en casa: aprender seguridad en Internet

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Nueva tarea en casa: aprender seguridad en Internet
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CaixaBank

04 Febrero, 2019


Las nuevas generaciones crecen cada vez más expuestas a la vida digital y, aunque tienen facilidad para aprender a usar nuevas aplicaciones y dispositivos, también se enfrentan a un entorno online cada vez más exigente y con riesgos siempre cambiantes.

El concepto de nativo digital puede ser engañoso. Claro que las nuevas generaciones nacen ya, prácticamente, con una tableta debajo del brazo, pero que hayan llegado a un mundo conectado no quiere decir que cuenten con los recursos y conocimientos para navegar por Internet de manera segura. Sí, los más pequeños aprenden rápidamente el manejo de cualquier dispositivo, pero en lo que se refiere a hacer un uso responsable, seguro y provechoso… eso es una historia completamente diferente, y fechas como el Día Internacional de la Internet Segura nos ayudan a poner esta situación en perspectiva. Porque un uso responsable de Internet comienza en casa.

¿A qué edad se deberían conectar por primera vez?

No existe consenso sobre una edad exacta en la que cada pequeño deba comenzar a usar Internet, pero este siempre debe estar supervisado por un adulto. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE) explica que los pequeños de 3 a 5 años pueden tener el primer contacto con las tecnologías offline y ya entre los 6 y los 9 años pueden comenzar a experimentar en Internet, siempre con “una estrecha supervisión” por parte de adultos.

A partir de los 10 años, ese uso, en principio escueto y completamente supervisado, puede comenzar a intensificarse un poco más y el control parental puede relajarse, siempre que las normas y conceptos básicos de uso de Internet estén bien implementados en el hogar.

Como es habitual en educación, una vez comienza la adolescencia, el control o la supervisión se hacen más complicados, pero es precisamente en esta etapa en la que las reglas y consejos que se han enseñado en casa deberían aflorar en el menor. De hecho, una edad clave se sitúa entre los 13 y los 14 años, momento en que los pequeños ya pueden acceder a las principales redes sociales como Facebook e Instagram, lugares en los que están expuestos y cuyo uso, al menos al principio, hay que supervisar con especial atención.

De control parental a mediación parental

A la hora de educar menores en el uso seguro de Internet hay dos conceptos clave: control parental y mediación parental. El primero es mucho más restrictivo y consiste en supervisar y controlar cómo y cuánto usan Internet los pequeños. Es decir, hay que establecer reglas de uso y límites. Aquí los padres cuentan con numerosos aliados en forma de herramientas de control parental específicamente diseñadas para supervisar la actividad online, limitar el tiempo de uso o evitar ciertas webs y aplicaciones no seguros para menores.

Por lo general, lo más recomendable en edades que no superen los 13 años es mantener un control bastante estricto de la actividad online de los niños, y llevarlos de la mano en busca de recursos y actividades específicamente diseñados para ellos. Esto incluye la posesión de dispositivos conectados como tabletas y teléfonos móviles. Es un tema delicado ya que a esa edad, más que como una herramienta de aprendizaje o trabajo, los pequeños entienden estos aparatos como juguetes; de ahí que la mayoría de expertos aconseja retrasar todo lo posible —es decir, hasta que el menor esté preparado— la posesión de estos dispositivos.

Por su parte, la mediación parental consiste en la educación y la información que se traslada al pequeño: cómo se le explica qué puede hacer en Internet y qué no, cuáles son los riesgos que existen y de qué manera puede sacar el máximo provecho a todas las oportunidades de aprendizaje y experiencias que ofrece Internet. Temáticas de ciberbullyng, el control de los datos personales que se ofrecen, el uso de las redes sociales o cómo funciona Internet son algunos de los puntos clave que los menores deberían comenzar a aprender a medida que crecen y su curiosidad por el mundo digital se hace mayor.

Dentro de la mediación parental existen dos categorías, una más restrictiva que se basa en reglas estrictas de uso y otra más abierta que consiste más en orientación y supervisión de la actividad online del pequeño. Según el conocimiento y la madurez del menor, los padres podrán combinar ambas estrategias, siempre con un enfoque a ir confiando cada vez más en el nuevo internauta.

Cinco ideas clave para la educación digital en casa

1. La educación debe adaptarse a la edad del pequeño: la ecuación idónea consiste en tener un mayor control del uso de Internet por parte del menor cuanto más pequeño es, para ir avanzando en la relajación de las normas pero ir creciendo en la información que se le facilita conforme va creciendo y su “vida digital” se va pareciendo cada vez más a la de un adulto

2. Establecer unas normas de uso: al igual que al pequeño se le dictan normas para cualquier otro aspecto de su vida —horarios de llegada a casa, tiempo dedicado a los estudios, etcétera—, el uso de la tecnología y la conexión a Internet también deben tener reglas perfectamente delimitadas: sitios web que se pueden visitar, aplicaciones permitidas, tiempo de conexión…

3. Tener muy claro para qué se usa Internet: juegos, redes sociales, aplicaciones educativas, ocio… Internet ofrece todo tipo de experiencias y por eso es importante que los más jóvenes aprendan cuanto antes las posibilidades que ofrece y, desde luego, que el adulto sepa a qué se dedica el menor cuando se conecta a la red.

4. Comunicación constante: es fundamental que el menor sienta que puede expresar sus deseos y dudas con respecto a Internet, sobre todo cuando se acerca a la adolescencia y su uso comienza a ser más intensivo. Este punto es fundamental una vez que acceden a las redes sociales o adquieren su primer dispositivo conectado. Una comunicación fluida puede ayudar a detectar casos de ciberbullyng, malos usos de Internet y otros problemas que se pueden derivar de un uso incorrecto de la red.

5. Buscar asesoramiento y ayuda online: como hemos visto en este artículo, Internet ofrece multitud de herramientas y plataformas a las que padres y educadores pueden recurrir para informarse sobre seguridad en Internet y controlar la actividad de los menores. De hecho, el INCIBE tiene una web de ayuda online a la que se puede acudir en los casos más complejos —es un servicio gratuito y confidencial.

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