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Cómo te afecta la directiva europea de copyright

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Cómo te afecta la directiva europea de copyright
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CaixaBank

19 Diciembre, 2019


Una directiva pensada para proteger a los creadores en la era digital fue la protagonista de uno de los debates más largos y polémicos que se recuerdan en la Unión Europea. Después de dos años y medio de debates, propuestas, enmiendas y hasta manifestaciones en las calles, el pasado mes de marzo veía la luz la conocida como ley del copyright en el Parlamento Europeo.

La razón de tanta polémica tiene que ver más con los efectos que la nueva norma pueda llegar a tener sobre internet en Europa tal y como lo conocemos, que con los cambios que pueda introducir en la propia gestión de derechos de autor.

Por un lado, artistas y editores de prensa aplaudían su aprobación, que obligará a plataformas como YouTube a obtener licencias de los creadores o a impedir que se suban contenidos que vulneren sus derechos de autor. También agregadores de noticias como Google News deberán pedir permiso para utilizar los contenidos de los editores. Todo esto significa una mayor protección de los creadores de contenidos y un paso más para que participen de manera equitativa de los ingresos que consiguen esas plataformas por el uso de sus obras.

Por otro lado, miembros de la sociedad civil, grandes plataformas, activistas, políticos e incluso organismos internacionales como la ONU protestaban por lo que consideran una apertura de puertas a la censura previa en internet. Y, en el medio, la mayor parte de los internautas, que ya no sabían si podrían siquiera compartir un simple meme sin meterse en jaleos.

¿Por qué se desarrolló esta nueva legislación?

La difusión de obras artísticas y contenidos ha cambiado mucho en los últimos años y lo ha hecho en paralelo a la evolución de internet. Según los defensores de la nueva directiva, más del 80% del uso de las obras de los creadores no se remunera de manera equitativa. Esto se debe a que algunas grandes plataformas proveen acceso a obras creativas mediante publicidad y otros medios. Una actividad que produce ingresos, que después se comparten en condiciones con los creadores y no siempre de manera equitativa.

Para los expertos de la Agrupación Europea de Sociedades de Autores y Compositores (GESAC), esta circunstancia pone en peligro no solo la continuidad del sector creativo y cultural, sino también la de las propias empresas digitales europeas. Estas compiten en inferioridad de condiciones respecto a las extranjeras, en su mayoría estadounidenses, que según la GESAC prácticamente no tienen obligaciones respecto al copyright, debido a un marco legal europeo obsoleto. La anterior normativa era del año 2001.

Estas son las principales razones por las que los autores consideraban necesaria la nueva legislación que, según la GESAC, obligará a los gigantes de internet a sentarse a negociar con los creadores.

¿Cómo afecta la nueva norma al usuario medio?

Esta es una pregunta para la que todavía no hay una respuesta exacta. Tras su aprobación, se abre un periodo transitorio de dos años para que los países de la Unión Europea incorporen la directiva a sus propias legislaciones. Esto quiere decir que la nueva norma podría presentar, todavía, ciertas particularidades en su aplicación efectiva dentro de cada Estado.

Por esa razón, de momento solo contamos con los análisis de expertos y analistas sobre cuál podrá ser la aplicación práctica de una norma que concentra sus puntos más polémicos en dos artículos: el 15 y el 17.

A grandes rasgos, el artículo 15 permite a los editores de prensa dar o no su permiso a webs con ánimo de lucro para compartir “fragmentos significativos” de sus publicaciones. Por su parte, el artículo 17 insta a las plataformas que almacenan, organizan y difunden contenidos de otros usuarios con fines comerciales a pedir una licencia a los creadores de las obras.

Además, para evitar que se suban contenidos que vulneren los derechos de autor, las plataformas deberán establecer mecanismos para sortear multas, los cuales tendrá que establecer cada Estado miembro. Se espera que esos mecanismos sean filtros de carga previos y prácticas de moderación más estrictas. Una exigencia que los detractores de la norma consideran una limitación de la libertad de expresión y un peligro para creadores como los youtubers, que a menudo utilizan fragmentos de películas o series en sus contenidos, así como partidas grabadas de videojuegos.

¿Significa esto que un usuario de internet no podrá compartir un artículo de prensa o un meme a través de WhatsApp o cualquier red social? Aunque hay quien asegura que esta directiva, a la larga, podría acabar con los memes y las parodias, la norma protege expresamente la subida a la red de contenidos si es para citar, criticar, reseñar, caricaturizar, parodiar o imitar. Además, plataformas como WhatsApp, Wikipedia o nubes, cuyo objetivo no consiste en lucrarse con el contenido, se encuentran fuera de la aplicación de la ley.

En cualquier caso, los expertos aseguran que esta norma no impone la responsabilidad a los usuarios de internet por el uso de contenidos ajenos. En realidad, las medidas afectan a las empresas titulares de las plataformas de contenidos, que son las que deben velar por su cumplimiento. Esto significa que un usuario particular, que no persigue un lucro al compartir una obra de terceros en internet, no tendrá que pagar una multa por subirlos o enviarlos a otros usuarios. Lo que sí se podrá encontrar en el futuro es con que no podrá subir el contenido a una plataforma porque un filtro considera que vulnera los derechos de autor.

El alcance real de la normativa solo se conocerá con el tiempo, cuando los países la adapten, las plataformas pongan en marcha sus mecanismos de control de manera efectiva y se conozcan las primeras sanciones. Mientras tanto, internet continúa ofreciendo contenidos útiles y entretenimiento a sus usuarios, además de ser un importante punto de encuentro para ellos.

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