SOSTENIBILIDAD

Objetivos de Desarrollo Sostenible: el reto de todos

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Objetivos de Desarrollo Sostenible: el reto de todos
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CaixaBank

20 Septiembre, 2021


Hay veces que las circunstancias exigen algo más que gestos. Cuando los desafíos adquieren cierta entidad, es necesario fijar una estrategia para afrontarlos. Tiene que incluir objetivos claros y medibles que permitan saber si se está remando en la dirección correcta. ¿Qué ocurre cuando esos retos afectan a un planeta en el que viven más de 7.700 millones de personas? Básicamente, que hay que implicar a todo el mundo, una meta que persiguen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y cuyo cumplimiento se ve amenazado hoy por la irrupción de una pandemia mundial.

Han pasado seis años ya desde que países de todo el mundo se pusieron de acuerdo para afrontar los desafíos medioambientales, políticos y económicos a los que se enfrenta la humanidad. Con la gran meta global de lograr un presente próspero para todos sin comprometer a las generaciones futuras, se establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que deben alcanzarse en 2030. Para ello, es necesario que Administración, empresas y sociedad civil se empleen a fondo.

Objetivos relacionados

Los ODS se establecieron en la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP21) de la ONU, celebrada en París en 2015. Se trata de una serie de 17 objetivos relacionados entre sí, lo que significa que el éxito de unos influye en el de otros.

Así lo explica la ONU: responder a la amenaza del cambio climático repercute en la gestión de los recursos naturales. Mejorar la salud o alcanzar la igualdad de género ayuda a acabar con la pobreza. Fomentar sociedades inclusivas reducirá desigualdades y propulsará las economías.

De esta reacción en cadena dependerá la creación de un planeta más sostenible, seguro y próspero tanto para sus habitantes actuales como para las generaciones futuras.

Los ODS, en jaque

Más allá de las palabras, el esfuerzo de los distintos estamentos de la sociedad ya comienza a dar sus frutos. Desde 1990, más de 1.000 millones de personas han salido de la pobreza extrema y la mortalidad infantil se ha reducido en más de la mitad. Entre 1997 y 2019, el número de niños que no acuden a la escuela ha descendido en similar proporción. Desde el año 2000, las infecciones anuales por VIH han pasado de 5,3 millones a los 1,5 millones de 2020.

Sin embargo, la irrupción de la pandemia de COVID-19 ha comprometido esta evolución. Los efectos acumulativos de este desastre sanitario y económico, junto a los de los conflictos armados y el cambio climático, podrían poner en jaque no solo la evolución de los ODS, sino también los logros ya alcanzados en este ámbito.

Tal y como reconoce el Banco Mundial, junto a su costo directo en vidas humanas, la pandemia ha provocado un desastre económico mundial que pone, a su vez, más vidas en peligro. Los cálculos de este organismo apuntan que, solo en el año 2020, la COVID-19 ha podido arrastrar a unos 100 millones de personas a la pobreza extrema.

Financiación sostenible e imprescindible

Para romper esa dinámica, es imprescindible que los ODS dispongan de recursos para salir adelante. Son necesarios para extender la red de agua potable allí donde se necesita, llevar programas de vacunación a todo el mundo, promover una sociedad más diversa e inclusiva o cuidar del planeta, entre otros objetivos.

En este punto, la financiación resulta fundamental. Tal y como destaca el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, los inversores, las empresas, los bancos, los gobiernos y otros participantes en el mercado deben trabajar juntos hacia un sistema financiero sostenible que impulse la inversión en los ODS.

Para ello, es necesario crear un mercado eficiente que abarque las inversiones y flujos de capital relacionados con los ODS. En ello trabaja ya toda la cadena de valor de las inversiones, desde los inversores a los bancos, las instituciones de financiación del desarrollo, las agencias de calificación y las empresas de evaluación de la sostenibilidad.

Todo este trabajo ya se plasma, entre otras cuestiones, en el desarrollo de instrumentos de financiación sostenible como los bonos verdes y los bonos sociales. También en el de índices de sostenibilidad como el DJSI o el FTSE4Good, que tienen en cuenta factores ESG (sociales, ambientales y de buen gobierno) de las compañías para guiar las inversiones bajo criterios sostenibles.

Un esfuerzo dirigido

Desde su instauración, los ODS han servido de guía para que gobiernos, compañías y ciudadanos puedan dirigir sus acciones en un esfuerzo colectivo y coordinado. Este es el caso de entidades como CaixaBank, que contribuye a los ODS mediante su actividad, su acción social y sus alianzas estratégicas.

CaixaBank pretende contribuir al bienestar financiero de sus clientes y al progreso de toda la sociedad. Para conseguirlo, la entidad contribuye a cuatro ODS prioritarios:

• ODS 1. Fin de la pobreza, mediante la concesión de microcréditos familiares, alquiler social y su presencia en todas las poblaciones de más de 10.000 habitantes y en un 94 % de las de más de 5.000 habitantes, facilitando el acceso a servicios bancarios.

• ODS 8. Trabajo decente y crecimiento económico, promocionando la inversión en emprendimiento, innovación y crecimiento de microempresas y pymes, junto a la promoción de la igualdad de género, entre otros aspectos.

• ODS 12. Producción y consumo responsables, a través de su actividad de financiación sostenible y mediante el uso de energía de origen renovable certificado.

• ODS 17. Alianzas para lograr los objetivos, siendo Socio Signatory de la Red Española del Pacto Mundial o a través de la participación de la Obra Social “la Caixa” en programas como Incorpora, GAVI, The Vaccine Alliance o la Asociación de Voluntarios de “la Caixa”.

Junto a estos esfuerzos, CaixaBank desarrolla muchas otras iniciativas relacionadas con distintos ODS y que contribuyen al desarrollo global de todas estas metas.

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