Hay aficionados al fútbol que parecen auténticas bases de datos: partidos ganados de su equipo durante las últimas temporadas, goles marcados por las estrellas, tarjetas rojas, saques de esquina… Desde luego, del mundo del fútbol se pueden extraer miles de datos y, de hecho, ya ocurre: algunas retransmisiones ya ofrecen detalles como los kilómetros recorridos por los jugadores, las posiciones del campo en las que se han concentrado, etc. ¿Qué ocurriría si algún equipo de fútbol no solo se fijara en tácticas y estrategia para ganar a su rival, sino en el propio big data para configurar su plantilla y sacarle el máximo provecho a cada uno de sus jugadores? No hace falta preguntárselo, ya lo sabemos.
Muchos clubes de Europa ya están utilizando el big data en su día a día para valorar posibles fichajes. Pero, sin duda, uno de los casos más relevantes es el del Leicester City, un club relativamente modesto que en apenas un par de años pasó de militar en la segunda división inglesa a ganar la Premier League. Y parte de ese triunfo nace del programa de entrenamiento que utilizó el laureado entrenador Claudio Ranieri, quien personalizó al máximo los entrenamientos de sus jugadores gracias al uso de datos y al conocimiento, al detalle, del estado físico de cada uno de ellos.
Estos son solo cuatro ejemplos muy específicos que demuestran que el big data no es una tecnología futurista, es la responsable de cambiar nuestras vidas para mejor sin que nos demos cuenta.
Las áreas en las que más se usa el big data
- En la red de transporte de las grandes ciudades y en la organización del tráfico aéreo.
- En el desarrollo de vacunas y tratamientos médicos, y en la predicción de epidemias.
- En el comercio electrónico, para conocer cada vez mejor a los consumidores y ofrecerles el producto o servicio perfecto.
- En el mundo del fútbol, donde perfeccionar los entrenamientos se ha convertido en el arma secreta de muchos equipos.
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