Desde el 16 de julio y hasta el próximo 5 de enero se podrá visitar en Barcelona una exposición singular. La Obra Social de “la Caixa” propone una aproximación diferente a los fondos de uno de los museos más importantes del mundo, el Museo Nacional del Prado, reuniendo un total de 135 obras en pequeño formato. Cuadros de gabinete, bocetos preparatorios, pequeños retratos, relieves y esculturas de dimensiones reducidas son la esencia de La belleza cautiva. Pequeños tesoros del Museo del Prado, un recorrido a través de los siglos donde lo íntimo cobra un protagonismo especial.
Desde la religión y la vida cotidiana en la baja Edad Media hasta los ámbitos privados del siglo XIX, la exposición repasa a través de siete secciones no sólo la historia de las colecciones del Museo del Prado, sino también la historia de la intimidad en el arte. Muchas de las piezas que se podrán admirar en CaixaForum Barcelona nunca han estado destinadas a ser expuestas al gran público; formaban parte de colecciones particulares o bien constituían bocetos preliminares dentro del proceso creativo de obras de mayores dimensiones de los grandes maestros.
Pedro Pablo Rubens. Diana y sus ninfas cazando, 1636-37
Óleo sobre tabla, 27,7 x 58 cm
Archivo fotográfico. Madrid, Museo Nacional del Prado
Pocas veces el espectador podrá tener el privilegio de contemplar en directo pequeñas joyas de pintores tan excepcionales como El Bosco, Velázquez, Rubens o Goya, maestro indiscutible de la pintura en pequeño formato. Obras de estas características, todavía tan ligadas al periodo histórico que representan, provocan una empatía turbadora en el visitante, que va a tener la sensación de colarse en los diferentes periodos de la historia del arte por la puerta de atrás.
Cuadros de Cristo, la Virgen y los santos se alinean al lado de los tormentos de El Bosco, el dinamismo de Rubens se contrapone a la minuciosidad de Brueghel el Viejo y paisajes de la escuela italiana contrastan con las obras que decoraban las paredes de la burguesía del siglo XVII. Todo con un único fin: subrayar la belleza cautiva de ese arte privado, personal e íntimo que nació para ser vivido.
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