Pero, ¿qué es este código?, ¿para qué sirve?, ¿qué empresas deben tenerlo? Para responder primero debemos entender su naturaleza. Se trata de un identificador internacional de personas jurídicas que permite a las empresas operar en todo tipo de mercados. Es decir, algo parecido al DNI, pero dirigido a entidades y organizaciones que permitirá su identificación a nivel global.
Con este código se pretende dotar a los mercados de mayor transparencia ofreciendo una visión más precisa y completa de los riesgos sistémicos (riesgo de que un impago afecte a la estabilidad financiera), así como mejorar la gestión del riesgo por parte de las propias empresas.
Todas las personas jurídicas que participen en los mercados financieros deberán disponer de un código LEI para que puedan ser identificadas a la hora de ejecutar operaciones. Entre ellas, encontramos:
- Bancos y compañías financieras
- Entidades que emiten/comercian acciones, deuda o valores
- Entidades que cotizan en bolsa
- Medios de inversión (incluyendo fondos de inversión)
- Entidades bajo la supervisión de un regulador financiero
- Entidades de contrapartida para transacciones financieras
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