ECONOMÍA

¿Qué te interesa más? ¿Amortizar hipoteca o reinvertir?

Tiempo de Lectura: 3 minutos

¿Qué te interesa más? ¿Amortizar hipoteca o reinvertir?
Avatar

Bankia

20 Septiembre, 2017


¿Por qué amortizar?

Amortizar significa adelantar el pago de una parte o del total de la deuda contraída. Es decir, quitar hipoteca. Se puede hacer de dos formas, cada una con sus ventajas e inconvenientes:

  • En cuota: la cuantía que pagas por adelantado se resta del total, pero se mantiene el tiempo de vida de la hipoteca. Esto significa que pagarás menos cada mes y, por tanto, te permitirá disponer de más dinero.
  • En plazo: la amortización se destina a reducir mensualidades de la hipoteca, lo que significa que seguirás pagando lo mismo, pero acabarás antes. Su ventaja es que se pagan menos intereses a lo largo de la vida del préstamo.

Se pueden encontrar buenos motivos para optar por la amortización en cualquiera de las dos modalidades. En Finanzas.com explican que ante los bajos intereses que proporcionan actualmente productos de ahorro como los depósitos, “amortizar hipoteca se convierte en la mejor opción para las familias españolas, que aprovecharían el euríbor en negativo para reducir su deuda y afrontar en una mejor situación” una posible subida futura de los intereses.

Ahorrarse los intereses del préstamo es una ventaja y reducir la carga fiscal es otra: los que compraron antes de 2013 saben que el pago de su hipoteca desgrava en la declaración de la renta. La deducción por vivienda habitual es del 15% de las cuotas de amortización del préstamo (capital e intereses) pagadas durante un ejercicio, con un tope de 9.040 euros.

Este tope se podría ver incrementado en otros 9.040 euros si se trata de matrimonio que presenta declaraciones de IRPF individuales. Es decir, que si con el pago de la cuota mensual de la hipoteca durante todo un año no llegas a esa cifra, te interesa amortizar para deducir el máximo posible.

¿Por qué invertir?

Primero conviene hacer una aclaración: sería más correcto preguntarse por qué reinvertir. Una hipoteca sobre un inmueble es, para la mayoría de nosotros, el mayor gasto financiero de nuestras vidas y tiene como objetivo disponer de un hogar. Pero hay que entender que el piso o la casa que se compra es un bien, una inversión.

Se podrían dar muchas razones a favor de la inversión en lugar de la amortización, pero en las actuales circunstancias, el euríbor en mínimos es un argumento muy importante: si la inversión te proporciona unos beneficios del 2,5% anual y por tu hipoteca pagas un 1% de interés (0% del euríbor más un diferencial de, por ejemplo, un punto), hay un margen de ganancias.

Por otro lado, hay que considerar que normalmente las hipotecas tienen una comisión por desestimiento (que afecta a las amortizaciones anticipadas, tanto totales como parciales) y que está regulada por ley con un máximo del 0,5% si la amortización se hace en los cinco primeros años de vida de la hipoteca y el 0,25% a partir del sexto.

Además, hay una comisión adicional, la compensación por riesgo de tipos de interés, que se aplica casi exclusivamente en las hipotecas a tipo fijo y que puede llegar hasta el 5%. Esta comisión encarece y por lo tanto dificulta al hipotecado la realización de amortizaciones.

Como explica Pau Monserrat, economista de iAhorro.com, en este artículo publicado en Cinco Días, “si el interés que se paga por la hipoteca es inferior a la rentabilidad de una inversión, entonces no conviene amortizar. Mientras que si se paga un interés alto y difícilmente se puede superar con una inversión, es preferible amortizar”.

En esta misma línea, Paula Satrústegui, directora de planificación financiera de Abante, señala en El Economista que, en el actual periodo de tipos bajos, “los activos monetarios y la renta fija ofrecen poca rentabilidad y es preciso acudir a la renta variable para obtener rendimientos superiores a la inflación”.

Esto significa que es mucho más difícil conseguir ese 2,5% anual de interés del que hablábamos antes, pero eso implica acudir a inversiones con mayor nivel de riesgo.

¿Cuál es tu situación?

En realidad, todo depende de ti, de cómo eres, qué quieres, qué planes tienes y cómo de arriesgado eres con tu dinero. Si tienes esos ahorros con los que se iniciaba el dilema, hazte una serie de preguntas antes de tomar cualquier decisión:

  • ¿Vas a necesitar ese dinero a corto plazo? ¿Tienes ahorros para situaciones como que, por ejemplo, se te rompa el coche que usas a diario para trabajar?
  • ¿Te gusta ahorrar? ¿Te gusta invertir? ¿Te gusta gastar? ¿Te gusta vivir sin deudas?
  • ¿Cómo de estable es ese trabajo nuevo en el que ganas el doble? ¿Eres autónomo? ¿Tienes paro acumulado?
  • ¿Cuál es tu presupuesto actual? ¿Cuál crees que será dentro de cinco años?

Conocer tu propia situación financiera y tu perfil inversor son las claves para que aciertes a la hora de elegir si amortizas tu hipoteca o inviertes esos ahorros.

Acepto las condiciones de uso.