Otro hecho relevante es que el impacto del crecimiento de los precios de la vivienda sobre el consumo agregado es muy reducido. «Una posible explicación es que el aumento del precio de la vivienda supone un aumento de la riqueza para un sector de la sociedad (los propietarios), pero una disminución del poder adquisitivo del otro (los que quieren comprar)», indica el informe de CaixaBank Research.
«Para realizar proyecciones del consumo, debemos formarnos una idea de las perspectivas sobre el empleo, los salarios, los tipos de interés y el precio de la vivienda para el año que viene», prosigue el informe. Así, por el lado del empleo, cabe esperar que el crecimiento de la ocupación se modere a medida que lo haga la actividad. «Sin embargo, se espera que la demanda interna mantenga unas perspectivas favorables, y aún subsiste un elevado grado de holgura en el mercado laboral, por lo que es de prever que esta moderación sea leve y que el empleo siga creciendo ligeramente por encima del 2% en 2019».
En cuanto a los tipos de interés, las perspectivas son estables: el BCE ya ha indicado que no subirá el tipo de interés de referencia antes del último tramo de 2019, y es poco probable que se aleje de esta previsión salvo grandes sorpresas macroeconómicas. Asimismo, tras repuntar con fuerza durante los últimos tres años, el informe espera que el crecimiento de los precios de la vivienda se consolide en cotas elevadas, pero más moderadas que las del último año.
Combinando estas perspectivas, CaixaBank Research presenta tres escenarios posibles para el consumo: un escenario parecido al descrito anteriormente, otro que dibuja una evolución algo más fuerte de las variables consideradas y un tercero que considera un escenario más moderado. Pero en los tres casos, el grado de ralentización sería moderado, por lo que es de prever que la demanda interna siga ofreciendo un pilar de crecimiento sólido durante los próximos trimestres.
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