Desde 1812, el sorteo de la lotería de Navidad capta la atención de los españoles, que aguardamos con ilusión acabar el día con un premio que celebrar. Pero los efectos de ganar el gordo van más allá de un impacto positivo en nuestra cuenta corriente.
Un estudio del Banco de España, realizado por las investigadoras Isabel Micó-Millán, Morteza Ghomi y Evi Pappa, que utiliza la lotería de Navidad española como experimento, desvela que sus efectos tienen réplica en la comunidad.
El documento The sentimental propagation of lottery winnings: Evidence from the Spanish Christmas lottery (La propagación sentimental de los premios de lotería: la lotería de Navidad en España) sostiene que «los consumidores de las provincias ganadoras se muestran significativamente más optimistas sobre las condiciones macroeconómicas españolas que los que viven en otros lugares» y que ese optimismo conduce a un aumento en las intenciones de gasto en las zonas que han resultado agraciadas con algún premio.
«De media, las provincias ganadoras reciben un golpe de ingresos equivalente al 0,2 % de su PIB, cifra que sube hasta el 3,4 % en las provincias que reciben el mayor premio per cápita», señala el informe.
Asimismo, los premios de lotería «cambian significativamente el sentimiento de los consumidores a nivel individual». «Los hogares se vuelven temporalmente más optimistas sobre sus ingresos y empleo actuales y futuros. Además, mejoran sus expectativas sobre la evolución de la economía española si viven en una provincia agraciada con la lotería», añade.
«Los hogares que viven en regiones premiadas con la lotería son más propensos a declarar un aumento de sus futuras compras de bienes duraderos en relación con los hogares que no residen en estas provincias», refleja el estudio.
En esta línea, el estudio arroja otro hallazgo significativo. Examinando datos regionales sobre nuevas licencias de tráfico como indicador de compra de vehículos, los premios de lotería también estimulan la adquisición de este tipo de productos en las provincias ganadoras. «La tasa de crecimiento de las licencias de automóviles aumenta 10 puntos porcentuales en las provincias ganadoras», se detalla en el texto.
El estudio recoge que cuando una provincia gana una lotería de 1.000 euros per cápita, la tasa de desempleo cae lentamente alcanzando su máxima caída (-0,3 puntos porcentuales) en los 12 meses posteriores y se mantiene significativamente más baja 20 meses después del impacto inicial.
También se observa que el nivel de precios en la provincia ganadora aumenta persistentemente hasta alcanzar su máximo de 17 meses después del sorteo, y muestra una lenta reversión a la media, volviendo a su valor anterior al sorteo al cabo de aproximadamente dos años.
Este año, los décimos de lotería de Navidad reproducen una obra de arte seleccionada en colaboración con el Museo del Prado de Madrid. Se trata de La Natividad del Maestro de Sopetrán, de estilo flamenco.
Con esta obra, Loterías y Apuestas del Estado ha querido reconocer «a las miles de personas anónimas que trabajan cada día de manera excelente, y aunque no sean conocidos, aportan un valor incalculable a toda la sociedad y hacen de España un país que progrese y avance». Además, los décimos incluyen por primera vez el logo de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.
El sorteo cuenta con 185 series de 100.000 números cada una, con una emisión de 3.700 millones de euros de los que el 70 % se destina a premios, unos 2.590 millones de euros, lo que supone 70 millones más que en la anterior edición.
Según El Periódico, cada español desembolsará 71,67 euros en la lotería de Navidad, superando los 69,36 euros del sorteo de 2022.
