El próximo domingo, a las cuatro y cuarto de la tarde, Madrid y Barcelona serán dos ciudades atípicamente tranquilas. Habrá poco tráfico y poca gente en la calle. Se juega el clásico. Esta es la rutina que se vive cada vez que los dos gigantes del fútbol español y mundial se ven las caras. Una rivalidad histórica que, con el paso de los años, ha traspasado fronteras y se ha convertido en un encuentro de alcance global. Y es que este es un partido que no sólo paraliza Barcelona y Madrid. Los ojos de medio mundo estarán pendientes de lo que ocurra sobre el césped del Camp Nou. Las cifras que mueve el Barça-Real Madrid hablan por sí mismas y son mareantes. El partido se emitirá por 183 países, en 325 canales, y la audiencia potencial será de 650 millones de espectadores.
Los jugadores serán los grandes protagonistas de la cita del domingo en Barcelona. Por primera vez en años sin Cristiano Ronaldo y Lionel Messi frente a frente. Pero su ausencia por motivos bien diferentes no ha reducido la expectación. Para que la emoción del clásico llegue a todos los rincones del mundo habrá una legión de periodistas que ya llevan días informando sobre todo lo que lo rodea. Es una cita especial. Para entender la trascendencia que tiene, sólo hay que ver los recursos humanos y materiales que se destinan a cubrir el partido.
Comentarios