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Bodegas, papeleras y ganaderas: estas son las empresas más antiguas de España

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Bodegas, papeleras y ganaderas: estas son las empresas más antiguas de España
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No todo el mundo lo sabe, pero en España hay negocios que suman siglos de existencia y siguen funcionando.

En la era de las startups y los unicornios, resulta algo chocante hablar de cooperativas con 800 años de actividad o de bodegas del siglo XVI.

Sin embargo, existen y se merecen un homenaje, así que vamos a repasar algunas de las empresas más antiguas de España que continúan con su actividad hoy en día.

Una cooperativa de ganaderos, la más antigua

¿Quién no ha oído hablar del ternasco de Aragón? Es una carne de cordero muy apreciada, pero no solo eso: también es la protagonista de la que se considera como la empresa más antigua de España. Esto no es casualidad: sus orígenes están vinculados a la antiquísima actividad ganadera de la trashumancia.

Efectivamente, la Casa de Ganaderos de Zaragoza es una cooperativa que tiene sus orígenes en 1218. Fue el 18 de mayo de ese año cuando el rey Jaime I de Aragón nombró una Justicia de los Ganaderos de Zaragoza, a la que otorgaba la jurisdicción y defensa de los derechos ganaderos del reino.

A lo largo de los siglos, esta empresa histórica ha adoptado distintas formas, sin dejar de operar en ningún momento. Hoy lo hace como cooperativa, cuya actividad principal es la venta de carne de cordero procedente de las granjas de sus 270 socios.

El papel no pasa de moda

En plena era digital parece que hablar de empresas papeleras es cosa del pasado. Sin embargo, hay ejemplos de auténtica resiliencia y adaptación a los nuevos tiempos en esta actividad.

Uno de esos ejemplos es el de la papelera Pere Valls, un negocio familiar que tiene su sede en Sant Pere de Riudebitlles (Barcelona). Sus raíces se hunden en unos molinos papeleros construidos a mediados del siglo XVI.

La familia Valls comenzó con la actividad de fabricación de papel en uno de ellos después de la Guerra de Sucesión. Nueve generaciones más tarde, todavía se dedica a ella y lo hace con las adaptaciones necesarias para estos tiempos, de la reducción de la huella de carbono de sus actividades al uso de papel reciclado como materia prima.

Otra empresa papelera que suma siglos de existencia es J. Vilaseca, también en la provincia de Barcelona. Fundada en 1714 en Capellades, se dedica a la producción de papeles especiales, incluidos los que se utilizan para fabricar billetes.

Por su parte, Gomá-Camps, con sede en La Riba (Tarragona), se dedica actualmente a la fabricación de productos de celulosa, aunque también arrancó en su día en un molino papelero construido por la familia Camps en 1758. Entonces producía a mano papel para documentos oficiales.

Bodegas, una actividad muy antigua

Al repasar las empresas más antiguas de España, siempre surge el nombre de varias bodegas. Algunas de ellas tan renombradas como Raventós Codorníu, un grupo que se originó en 1551 cuando Jaume Codorníu comenzó con la actividad vitivinícola.

Una buena muestra de la capacidad de adaptación de esta empresa que va camino de los 500 años es la reciente inclusión de Raventós Codorníu entre las empresas B Corp. Esta certificación distingue a compañías comprometidas con las cuestiones medioambientales y sociales.

Junto con este grupo existen otras empresas dedicadas a la producción vitivinícola con siglos de experiencia.

Hay varios ejemplos en Andalucía, como Bodegas Góngora, que lleva en funcionamiento desde 1682 y tiene su sede en Villanueva del Ariscal (Sevilla); Bodegas Alvear, que arrancó en 1729 cuando Diego de Alvear construyó una pequeña bodega en Montilla (Córdoba); o Bodegas Osborne, cuyo origen se remonta a 1772, cuando se permitió a las bodegas de Jerez ocuparse de todo el ciclo del vino, desde el cultivo de la vid y su elaboración hasta su envejecimiento y venta.

Cuchillos y metales con mucha tradición

La vinculación de las empresas más antiguas con oficios históricos es algo natural, por eso no es de extrañar que otra de las que llevan más tiempo en funcionamiento en España sea una cuchillera de Albacete.

Arcos es una empresa que arrancó su actividad en 1734. Fue entonces cuando Juan de Arcos produjo sus primeras tijeras de escritorio, que se pueden admirar en el Museo de la Cuchillería de Albacete.

Hoy la empresa da trabajo a cerca de 500 personas y exporta sus productos a distintos países, desde cuchillos y cubiertos hasta distintos utensilios de cocina.

También tiene relación con el metal otra de las empresas más antiguas del país: La Farga. Dio sus primeros pasos en 1808, en un pequeño taller de fundición del barrio de la Barceloneta en la Ciudad Condal. Actualmente se dedica a la recuperación y transformación de cobre.

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