Fintonic y Mooverang, dos buenas apps para ver y controlar tus finanzas

La más conocida y consolidada en España es Fintonic, pero también está muy bien la presentada hace poco por la OCU, Mooverang. La app de Fintonic la usan ya 366.000 usuarios, de los que la mitad consultan la app al menos 20 veces al mes, mientras que Mooverang no da datos de usuario aún pero asegura que ha sido descargada ya más de 100.000 veces.

“¿Para qué quiero una app de finanzas si yo no soy George Soros?”

Justo por eso: si te tomas unos pocos minutos para aprender cómo funcionan y darle a la app tus datos y preferencias, habrás ganado para siempre una especie de mezcla entre secretaria financiera y Pepito Grillo, que te ayudará en tu día a día. ¿A qué? Pues a tener tus ingresos y gastos vigilados, sin que tú tengas que estar pendiente.

¿Cómo funcionan? Ambas apps son bastante parecidas, aunque tienen algunas diferencias que matizamos más adelante. Así que nos centraremos en una de ellas, Fintonic, para que sea más sencillo explicar cómo funciona y en qué te puede ayudar.

Lo primero, tras bajarte la aplicación para iPhone o Android, es darte de alta con un correo y una contraseña que elijas. No te piden ni tu nombre, ni DNI ni cuenta bancaria, por lo que el nivel de anonimato es más o menos alto. Aun así, ambas aplicaciones cuentan con todos los estándares de seguridad y encriptación de datos (están en los mismos niveles de alta seguridad que los propios bancos). Y son gratis de usar (en Fintonic a cambio de publicidad muy personalizada y en Mooverang porque esperan que algunos usuarios paguen por funciones Premium que irán lanzando próximamente).

Para que la app mida tu actividad financiera, hay que ir agregando entidades bancarias con las que tengas productos que quieras medir (tarjetas, préstamos, cuentas, depósitos, etc.). Y para ello, le das a la aplicación el usuario y contraseña de lectura de cada banco que quieras que siga (solo las claves básicas de lectura, por lo que en Fintonic o Mooverang no se puede hacer ninguna operación, solo leer los movimientos). Ni siquiera podrías hacer movimientos tú, porque no existe ninguna opción (no están pensadas para sustituir a las apps de los bancos sino para complementarlas, como ahora verás).

“Y si solo leen mis movimientos, ¿para qué las quiero?”

Si tienes varias cuentas en bancos distintos, ya has ganado algo: ver todo tu dinero unificado en una sola pantalla (en el teléfono o en el ordenador o la tableta). Pero además te da alertas cada vez que tengas nuevos movimientos (tú fijas a partir de qué importe quieres alertas, en qué tipo de movimientos, y si quieres un aviso en tu teléfono o un correo electrónico).

Lo mejor de estas apps viene cuando ‘le enseñas’ a clasificar al detalle tus ingresos y gastos, pues eso es lo que hace que la aplicación aprenda cada vez más sobre tus hábitos y te dé información útil para mejorar la gestión de tus finanzas. Cuando te das de alta y metes las claves, Fintonic rastrea hacia atrás tus movimientos y te va pidiendo que categorices.

Si cada mes ve un cargo en tu cuenta de 10 euros de una ONG y le asignas la categoría de “Solidaridad”, la app recordará esa elección y la aplicará hacia atrás y adelante siempre que esa entidad te haga un cargo. Muchos movimientos los asigna de forma automática cuando detecta el nombre de una marca conocida (ej. si pagas con tarjeta en Carrefour, te lo apunta en “Supermercados”); y donde tenga dudas, te pide que confirmes qué tipo de gasto o de ingreso es.

Pasados los primeros 10 ó 15 días, en los que vas ajustando para que la app aprenda qué cargos son “Hipoteca”, “Agua” o “Colegios”, qué ingresos son “Nómina”, etc., te sentirás muy bien de tener tan a la vista todas tus finanzas personales. Porque además las apps dan fabulosas gráficas en el móvil y en la web para tener una idea exacta de cómo disfrutas de tu dinero y en qué se te va cada mes.

Usarlas es gratis: ¿A cambio de qué?

Sí, las dos analizadas son gratis, con distintos modelos de negocio. En Fintonic, el usuario nunca paga por serlo ni por usar la aplicación. Lo que hacen ellos a cambio es vender a empresas publicidad muy personal hacia los usuarios, pero nunca comparten tus datos con nadie. Y explican que su criterio para aceptar la publicidad es que a ti, como usuario, recibirla siempre te suponga una mejora.

¿Un ejemplo? Te va a vencer el seguro del coche (porque la app aprendió por el recibo del año pasado que te vence, pongamos, en el mes de agosto). Pues dos meses y medio antes de ese vencimiento, Fintonic te avisa para que así puedas pensar si lo renuevas o si -como aún tienes tiempo- decides contratarlo con otra aseguradora. ¿Y dónde está la publicidad? Justo ahí: te mandan ese recordatorio de que te vencerá el seguro y te muestran 30 ofertas de otras compañías. Tanto si pinchas y vas a verlas como si no, ellos ya han cobrado a esas 30 compañías por mostrarlas ante ti. Si decides pasar de esas ofertas, Fintonic te avisa igualmente un par de semanas antes del cargo del seguro, para evitar que te quedes en descubierto en la cuenta.

Bien, ese es el modelo de negocio de Fintonic. ¿Y qué hay de Mooverang? Esta es una app propiedad de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que se precia de cuidar igualmente con celo todos tus datos. La app de Mooverang también es gratuita pero, a diferencia de Fintonic, sí aspiran a cobrar a algunos usuarios: aquellos que opten por determinados servicios que lanzarán en breve (por ejemplo, por servicios de planificación financiera automática). O sea, es un modelo fremium: tienen usuarios gratuitos y otros de pago, a los que dan mayores servicios. Ofrece Mooverang otra ventaja para sus usuarios: te devuelven un pequeño porcentaje del dinero que gastes en 200 tiendas con las que mantienen acuerdos.

En resumen, las apps de gestión de finanzas personales pueden ser buenas para tu día a día. Si quieres verlas en detalle, entra en la web de Fintonic y en la de Mooverang, que ambas explican muy bien su producto y resuelven cualquier dura.