El camping ha pasado de ser un alojamiento vinculado a un turismo doméstico y más económico a una opción que mueve a gran número de viajeros gracias a la modernización del sector, a la amplia oferta y a las localizaciones atractivas. Y todo tras la pandemia.
¿Qué ha pasado en estos años para que el camping se haya revelado como la rama de actividad turística con mejores registros desde 2020?
En las fases iniciales de recuperación económica tras la primera ola de la COVID-19, el turismo de camping «gozó de un gran atractivo gracias a que los turistas buscaban destinos cercanos y con mayor distancia social», según destacan los economistas de CaixaBank Research en el Informe Sectorial de Turismo.
«El descubrimiento de mercado de camping durante la pandemia por parte de los clientes que anteriormente no lo habían considerado podría haber borrado algunos prejuicios hacia el sector y, con ello, habría ensanchado la base de clientes», apuntan.
Desde ese momento, la demanda no ha parado de crecer y ha coincidido con una gran transformación del sector, que ha profesionalizado su gestión y ha aumentado el ritmo de inversión para mejorar la oferta y competir en un mercado más amplio.
«Antes de la pandemia, este sector llevaba 20 años sin ganar peso dentro del mercado del alojamiento. […] Con el estallido de la pandemia, esta cuota de mercado se incrementó hasta el 15 % en 2020, gracias a que rápidamente fue capaz de recuperar las cotas de demanda doméstica similares a las de 2019», indican los economistas de CaixaBank Research en el artículo ‘Las oportunidades que brinda el sector del camping en España‘
La recuperación de la demanda turística en el resto del mercado del alojamiento ha permitido una normalización de las cuotas de mercado del camping en los años posteriores, hasta alcanzar el 10,1 % en 2022.
El principal motor del sector está siendo la demanda doméstica, con un 56 % de las pernoctaciones totales en el acumulado de los últimos 12 meses para los datos disponibles (hasta mayo de 2023).
Esta cifra muestra, asimismo, que el peso de la demanda internacional también es muy relevante y se ha comportado de un modo mucho más positivo que en el sector hotelero para todos los mercados emisores.
El principal país emisor es Países Bajos, con el 9,7 % de las pernoctaciones totales, seguido de Alemania (9,6 %) y Francia (8,7 %).
El peso del sector del camping se sitúa en el 10,1 % en el conjunto de España (datos de 2022), pero hay seis comunidades autónomas en las que este porcentaje se sitúa entre el 20 % y el 25 %: La Rioja, Cantabria, Murcia, Cataluña, Navarra y Comunitat Valenciana.
Por su parte, Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Galicia tienen un peso algo más reducido, pero con gran capacidad de crecimiento en turismo rural y de naturaleza, opción en la que el camping encaja como alternativa de alojamiento.
Entre medias, encontramos el caso de Asturias que, siendo una comunidad en la que el sector turístico goza de menor protagonismo, cuenta con un sector del camping relativamente consolidado, con el 16,9 % del mercado.
Con estos datos, los economistas de CaixaBank Research concluyen que el desarrollo del sector del camping en España «es una muy buena noticia para la competitividad de la industria turística, más aún sabiendo que este desarrollo nace de una modernización del sector muy profunda, tanto en su gestión (por la entrada de capital) como por su modelo de negocio (más colmado de oferta complementaria)».
Además, esperan que esta tendencia de crecimiento se consolide en los próximos años, genere oportunidades en destinos turísticos menos desarrollados y redistribuya mejor la generación de riqueza de la industria turística.