Una de las primeras ideas que se habían barajado fue la del representante británico, el prestigioso economista John Maynard Keynes, que había propuesto crear una nueva moneda internacional, el bancor. Pero como la implantación del esperanto como lengua universal, el concepto del bancor tampoco cuajó.
La historia del FMI, un reflejo del mundo
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CaixaBank
09 Marzo, 2018
Al igual que la del Banco Mundial, la idea de crear el Fondo Monetario Internacional (FMI) surgió en julio de 1944, en una conferencia de las Naciones Unidas que tuvo lugar en Bretton Woods, Nuevo Hampshire (Estados Unidos). Allí, representantes de 44 gobiernos acordaron establecer un marco de cooperación económica que tenía como objetivo evitar los círculos viciosos de devaluaciones que habían llevado a la Gran Depresión de los años treinta e, indirectamente, a la II Guerra Mundial. Fue ya concluido el conflicto, en marzo de 1947, cuando el FMI inició sus operaciones financieras, con un primer préstamo a Francia por valor de 25 millones de dólares.
Un nuevo orden económico internacional
Las tesis que finalmente triunfaron fueron las de establecer un patrón monetario oro-dólar: el valor de cada moneda se fijaría con respecto a la divisa estadounidense, y ésta respecto al metal. De esta forma, el dólar se convertía en la única moneda internacional de reserva. Así pues, en la práctica, los llamados acuerdos de Bretton Woods establecieron las bases del nuevo orden económico internacional e institucionalizaron el nuevo papel de Estados Unidos como gran potencia hegemónica.
Naturalmente, sus postulados oficiales son otros: trabajar para promover la cooperación monetaria mundial, asegurar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un alto nivel de empleo y crecimiento económico sostenible, y reducir la pobreza.
Pero su historia, que ha transcurrido condicionada por los hechos más significativos de la segunda mitad del siglo xx y del principio del siglo xxi, no ha sido fácil. Con 189 países miembros en la actualidad (prácticamente todos los del mundo) y sede central en Washington, su cronología podría dividirse en cinco grandes etapas.
Las cinco grandes etapas del FMI
La primera etapa, entre 1944 y 1971, fue la de la cooperación y reconstrucción tras la II Guerra Mundial. Había que reconstruir casi todas las economías nacionales y el FMI fue el encargado de supervisar el sistema monetario internacional, para garantizar la estabilidad de los tipos de cambio, y de promover la eliminación de restricciones que pudieran entorpecer los intercambios comerciales.
La segunda gran etapa, la vivida entre 1972 y 1981, vio el final del sistema Bretton Woods. Tras el colapso, en 1971, del sistema de tipos de cambio fijo con el que el FMI había nacido, los países tenían ahora libertad para escoger su tipo de cambio. Fue también la época de las dos grandes crisis del petróleo, en 1973 y 1979, y el FMI tuvo que intervenir en repetidas ocasiones para ayudar a los países a lidiar con las consecuencias.
Tras las crisis del petróleo llegó la crisis internacional de la deuda, y entre 1982 y 1989, en su tercera etapa, el FMI tuvo que impulsar importantes reformas para ofrecer una respuesta global a los acontecimientos.
En 1989 cayó el muro de Berlín y dos años después, la Unión Soviética, provocando una transformación del mapa de Europa de arriba abajo. Entre 1990 y 2004, el FMI desempeñó un papel central para ayudar a los países que habían pertenecido al bloque soviético a pasar de una economía de planificación centralizada a una economía de libre mercado, además de algunas importantes intervenciones en las crisis de México (1994), Asia (1997), Brasil (1998) y Argentina (2001).
Finalmente, la quinta y última etapa va desde 2005 hasta el día de hoy, y se podría caracterizar por la globalización, las inestabilidades y la actual crisis económica. Las intervenciones más importantes en este periodo han sido, a diferencia del periodo anterior, las de la zona euro, en Grecia (2010) y en Portugal (2011).