Son mayoría en las aulas universitarias de España, pero su presencia es mucho más discreta en aquellas en las que se imparten las conocidas como disciplinas STEM. Las mujeres ocupan, en concreto, el 54,8% de las matrículas, según datos procedentes del Sistema Universitario Español. Un porcentaje que empieza a bajar si hablamos de Ciencias (51%) y se desploma en el caso de la rama de Ingeniería y Arquitectura, donde apenas ocupan uno de cada cuatro asientos en las aulas de Grado.
Las causas por las que las niñas y jóvenes no suelen optar por carreras tecnológicas o científicas fuera del ámbito de la salud son variadas. Sin embargo, en la mayor parte de ellas encontramos palabras en común, como «prejuicios», «estereotipos», «referentes» o «confianza». Las dos primeras destacan por su abundancia. Las dos últimas, por su escasez.
Precisamente este es el principal motivo por el que cada 11 de febrero celebramos el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Se trata de buscar soluciones a un problema, el de la escasa presencia femenina en disciplinas científicas y técnicas, que la sociedad no se puede permitir. También de dar voz a aquellas mujeres que no solo han seguido su vocación en el ámbito STEM, sino que se han convertido en referentes con los que niñas y mujeres jóvenes se pueden identificar con facilidad.
Las ganadoras de las últimas ediciones de los Premios WONNOW, organizados por CaixaBank y Microsoft, son claros ejemplos de esa nueva generación de referentes que se abre paso en las disciplinas STEM. Mujeres dispuestas a derribar estereotipos y contar sus vivencias como estudiantes de carreras STEM para que otras se animen a seguir sus pasos.