Del 9 al 15 del pasado mes de septiembre se celebró en Londres el Mundial de Natación Paralímpica, del que la selección española regresó a casa con un total de 14 medallas.
Reto 9: Los medallistas hablan de su experiencia en el Mundial de Natación
Tiempo de Lectura: 5 minutos
CaixaBank
10 Octubre, 2019
Entrevista a Toni Ponce, plata (en los 200 libres, categoría S5) y dos bronces (uno logrado en la final de los 100 metros braza y otro, en los 100 libres), y Óscar Salguero, plata 100 metros braza, clase S8 (se quedó solo a 13 centésimas del cetro mundialista).
–Toni Ponce: Desde 2017 siempre estamos concentrados juntos en la semana de competición. Pese a la diferencia de edad, nos compenetramos muy bien y nos apoyamos mucho el uno en el otro. Por eso, siempre damos al seleccionador la misma premisa: que, por favor, nos ponga juntos en el hotel. Óscar es un chaval joven pero muy maduro, que sabe lo que quiere en cada momento. Ambos somos muy cabezones (ríe).
–Óscar Salguero: Yo creo que tenemos las ideas muy claras y una mentalidad muy parecida. No vamos a los entrenos a pasar el rato, sino a aprovechar al máximo y a dar el cien por cien.
-Ahora que ha concluido la competición y habéis tenido tiempo de digerir los resultados, ¿qué valoración hacéis de vuestro rendimiento en el reciente Mundial?
–T. P.: Personalmente, la valoración ya la hice hace una semana, nada más volver de Londres. Ahora, sinceramente, ya estoy pensando en la siguiente temporada. Pero, en cualquier caso, es muy positiva, porque me había marcado el objetivo de conseguir tres medallas. Y así lo hice. La espinita que se me quedó clavada fue lograr el bronce de los 100 metros braza, categoría en la que me hubiera gustado estar un poco más arriba en el podio. Ahora toca mirar vídeos, míos y de los rivales, porque tenemos un año para trabajar duro y ser más competitivos de cara a los juegos de Tokio.
–Óscar Salguero: Por mi parte, creo que ha sido uno de los mejores campeonatos que he hecho.
Pero no fue fácil, porque a mí me tocaba nadar el último día, e iba viendo cómo, a medida que transcurría la competición, a algunos de mis compañeros no les salían las cosas como deseaban. Eso me generaba ciertas dudas, aunque en el fondo sabía que estaba en mi mejor momento. Finalmente, logré el objetivo que me había fijado con mi entrenador, que era mejorar mi marca personal. En mi caso también, el único sinsabor fue no conseguir ganar a mi rival y quedarme a 13 centésimas del oro.
-Fuera del aspecto deportivo, ¿con qué os quedaríais de esta experiencia?
–T. P.: Yo, personalmente, con la convivencia con mis compañeros y con Jaume Marcé, nuestro entrenador. Se responsabiliza de un grupo grande de chicos y chicas y no todos obtienen los mismos buenos resultados. Por eso creo que, para él, no siempre debe de ser fácil gestionarlo; por eso intentamos ayudarle.
-Y vosotros, ¿cómo lleváis la presión?
–Ó. S.: Antes me influía más y me ponía más nervioso. Pero este año mi entrenador y yo hemos abordado la prueba de una forma distinta. Y estoy muy contento con el resultado. Básicamente, he intentado aprovechar un poco los días antes de la competición, cuando no tenía que entrenar, para relajarme, desconectar de la piscina y, por ejemplo, ir a pasear por Londres con mi familia.
Si bien es cierto que noto mucho la evolución física y técnica que he hecho últimamente, no menos importante es todo lo que estoy aprendiendo en gestión emocional. Cuando empecé en esto era un crío y no llevaba nada bien la forma en que tus oponentes intentan intimidarte antes de una prueba, mirándote fijamente, riéndose de ti, intentando ponerte nervioso. Ahora he cambiado. Voy a la mía y no me fijo en nada ni en nadie. En ese sentido he evolucionado mucho.
–T. P.: Yo también creo que he estado bastante concentrado. De todas formas, intento ponerme solo la presión justa, ni más ni menos. En este sentido, trabajamos mucho con Edu, el psicólogo del CAR, visualizando situaciones de estrés para saber cómo afrontarlas cuando te encuentras frente a ellas. Este año quizás necesitemos un poco más de ayuda para gestionar los nervios de cara a Tokio. Porque a veces la cabeza no te ayuda mucho.
-¿Cómo son las últimas semanas antes de una competición de este nivel? ¿Os preparáis de alguna forma específica?
–T. P.: En realidad, a mí me gusta ver el resultado como la suma de un todo, del esfuerzo de todo el año, desde que empezamos la pretemporada.
-Ó. S.: Pero sí que es cierto que en las últimas semanas haces menos horas de gimnasio, para descansar la musculatura, haces simulacros de competición con el bañador oficial, cuidas más la alimentación –no necesitas comer tantos carbohidratos porque tampoco consumes tanta energía– y trabajas junto al biomecánico del CAR (Andreu Roig) para analizar vídeos de nuestros propios entrenamientos y poder, de esa forma, rascar algunas décimas de segundo puliendo ciertos detalles. Buscamos la perfección.
-Son esas ansias de superación las que pone en valor la campaña Inconformistas del deporte de CaixaBank.
–T. P.: Yo tuve la oportunidad de participar activamente en la definición de dicha campaña. La entidad convocó a unos cuantos atletas para que pudiéramos aportar nuestra visión del deporte paralímpico en primera persona. Y les dijimos que preferíamos que no se pusiera el acento en la discapacidad. La tenemos, claro; no lo negamos. Pero eso no nos hace diferentes a los atletas convencionales. Nos esforzamos igual, lo intentamos sin desfallecer, nos enfrentamos a nuestros hándicaps. Por eso, lo que hacemos no vale ni más ni menos. Y no necesitamos la compasión de nadie.
-¿Qué representa para vosotros que una entidad tan potente como CaixaBank apueste por el deporte paralímpico?
–Ó. S.: A mí me llena de satisfacción, porque mi objetivo es que un día nos den las mismas becas que a los atletas olímpicos, y seamos igual de conocidos. El apoyo de CaixaBank contribuye a esa visibilidad y reconocimiento.
–T. P.: Lo fácil es apostar por el deporte olímpico, así que estamos muy agradecidos por toda la difusión que están haciendo a nivel mediático. Gracias a ellos –y a otras empresas como Ámbar o Luamvi–, el deporte paralímpico es cada vez más reconocido, hay más dinero, llegamos a más gente. Pero no para dar lástima, sino para plasmar la rivalidad bien entendida, el espíritu competitivo, la autoexigencia y la superación diaria.
-Pero aún queda mucho camino por hacer…
–T. P.: En España se percibe una mejora. Pero, por supuesto, hay otros países que nos dan mil vueltas, como por ejemplo Inglaterra. Sin ir más lejos, el reciente Mundial no debía celebrarse allí, sino en Malasia. Pero por motivos políticos no podía ser. Y a Inglaterra no le faltó tiempo para levantar la mano y organizar la competición. Y nada menos que en su piscina olímpica.
–Ó. S.: A mí me ha sorprendido mucho la consideración y el seguimiento que tiene el deporte paralímpico en Londres. Se valora muchísimo, se difunde en las redes sociales, se ven anuncios en el metro y por la ciudad… Solo había que ver lo llenas que estaban las graderías durante la competición.
Fuente: SPORT, Alberto González.
Si quieres escuchar más sobre ellos, haz clic en sus pódcast: