El primer teléfono móvil con pantalla táctil capacitiva fue el LG Prada, lanzado en 2006. La aparición de este tipo de pantalla representó una gran revolución que hasta ese momento solo era materia de las creaciones de la ciencia ficción. Su sistema de funcionamiento se basaba en la detección del tacto de los dedos en las pantallas, a diferencia de sus predecesoras, que basaban su dinámica en la presión de estos sobre la misma.
Un año después, en 2007, el primer iPhone de Apple aterrizó con toda su potencia en nuestras vidas. La gran novedad de este modelo fue que dio un paso más en el desarrollo de la pantalla capacitiva, ya que se creó la primera pantalla multitáctil de la historia a partir de una técnica que se había empezado a desarrollar en 1982 en la Universidad de Toronto (Canadá). Este nuevo sistema ofrecía al usuario más prestaciones, y estaba diseñado para que la pantalla funcionara, en la práctica, como un ratón de ordenador.
Como su nombre indica, el sistema multitáctil detecta múltiples puntos de presión en la pantalla, lo que permite al usuario utilizar varios dedos para interactuar con ella. De este modo, puede hacer zum dentro de las imágenes y otras acciones similares a un clic utilizando tanto el dedo índice como el pulgar, lo que mejora considerablemente la experiencia de navegación porque la acerca a la de un PC.
El siguiente fabricante con una gran innovación en las pantallas de nuestros teléfonos fue Nokia en 2008. El teléfono Nokia N85 fue el primer terminal en presentar la tecnología OLED (diodo orgánico de emisión de luz), que sigue muy presente hoy en día. Esta tecnología permitía mejores contrastes de colores oscuros. Su sistema de ahorro energético consistía en algo que ahora nos parece básico: la pantalla del terminal se apagaba cuando el teléfono no estaba en uso.
Más tarde, ya en 2011, llegaría el Samsung Galaxy Note. La pantalla de este dispositivo era de tamaño intermedio, entre una tableta y un smartphone. No fue el primer dispositivo de estas características que salió al mercado (su pantalla medía 12 centímetros), pero fue un gran éxito de ventas para la marca y abrió el camino hacia unos teléfonos con pantallas más grandes. Hasta ese momento, la tendencia había sido siempre tratar de reducir su tamaño.
Las pantallas táctiles supusieron un impulso para la era de la conectividad y han sido uno de los cimientos sobre los cuales se ha edificado la tecnología móvil actual. Lo visual es tendencia y las pantallas se transforman en las verdaderas protagonistas del presente y del futuro. El camino hacia la innovación en el desarrollo de las pantallas para smartphones continúa. Y es una carrera en la que ningún fabricante de dispositivos móviles se quiere quedar atrás.