El 1 de enero de 2002 se introdujo el euro en doce Estados de la Unión Europea: Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y España.
Más adelante, lo adoptaron como moneda oficial Chipre, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Malta, Letonia y Lituania.
Sin embargo, hay algunos países de la UE que no usan el euro. Si vas a viajar por Europa, es conveniente que conozcas cuáles son y qué moneda utilizan.
Estos son los siete Estados miembros que no han adoptado el euro como moneda única:
Este Estado no cumple algunos de los criterios necesarios para adoptar el euro, sobre todo en lo relativo a la inflación.
En 2023, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo elaboraron un informe para evaluar la incorporación de Bulgaria al sistema de moneda única, en el que se hace hincapié en «el incumplimiento de los compromisos de adhesión, así como ciertas discrepancias con la inflación».
El informe, sin embargo, señala que el país cumple con el objetivo de déficit. Por tanto, Bulgaria no podrá solicitar la incorporación al euro en 2024. En consecuencia, se mantiene la leva o lev búlgaro como moneda oficial.
A pesar de que Dinamarca fue uno de los Estados firmantes del Tratado de la Unión Europea (1993), texto que obliga a los Estados miembros a adoptar el euro como moneda, este país se adhiere a la cláusula de exclusión voluntaria en los acuerdos europeos, que exime a los Estados de aplicar ciertas medidas.
Dinamarca tiene libertad de elección para entrar o no en la eurozona y, hasta el momento, ha decidido mantener su moneda, la corona danesa.
Se trata de otro de los Estados que no cumple los criterios de convergencia para adoptar el euro. El informe más reciente del Banco Central Europeo (BCE) sitúa la inflación y el déficit en cifras muy por encima de los criterios.
«En abril de 2022, la media de doce meses de la tasa de inflación interanual medida por el IAPC de Hungría se situó en el 6,8 %, es decir, muy por encima del valor de referencia del 4,9 % establecido para el criterio de estabilidad de precios», cita el informe.
«El déficit presupuestario de las Administraciones públicas de Hungría se situó muy por encima del valor de referencia del 3 % en 2021, y su ratio de deuda fue superior al valor de referencia del 60 %», continúa.
«Durante el período de referencia comprendido entre mayo de 2021 y abril de 2022, los tipos de interés a largo plazo en Hungría se situaron en el 4,1 %, en promedio, por lo tanto, por encima del valor de referencia del 2,6 % establecido para el criterio de convergencia de los tipos de interés», añade.
El análisis concluye que «la legislación húngara no cumple todos los requisitos relativos a la independencia del banco central, la prohibición de financiación monetaria, la grafía única del euro y su integración legal en el Eurosistema».
Por ello, la adopción de euro por parte de Hungría se sitúa en un horizonte a medio o largo plazo. Mientras tanto, el país mantiene su moneda, el florín.
El caso de la República Checa está en línea con Hungría: no cumple los criterios de convergencia. En el mismo informe, el BCE indica que «en abril de 2022, la media de doce meses de la tasa de inflación interanual medida por el IAPC de la República Checa se situó en el 6,2 %, es decir, muy por encima del valor de referencia del 4,9 % establecido para el criterio de estabilidad de precios».
Además, «el déficit presupuestario de las Administraciones públicas de la República Checa se situó muy por encima del valor de referencia del 3 % en 2021, mientras que su ratio de deuda en relación con el PIB fue inferior al valor de referencia del 60 %».
«Durante el período de referencia comprendido entre mayo de 2021 y abril de 2022, los tipos de interés a largo plazo en la República Checa se situaron en el 2,5 %, en promedio, por lo tanto, justo por debajo del valor de referencia del 2,6 % establecido para el criterio de convergencia de los tipos de interés», señala.
Por último, el BCE alega que «la legislación checa no cumple todos los requisitos relativos a la independencia del banco central, la prohibición de financiación monetaria y su integración legal en el Eurosistema». Hasta que la República Checa no cumpla con los criterios, su moneda seguirá siendo la corona checa.
Este país es otra de las economías que no alcanza los criterios de convergencia. «En abril de 2022, la media de doce meses de la tasa de inflación interanual medida por el IAPC de Rumanía se situó en el 6,4 %, es decir, muy por encima del valor de referencia del 4,9 % establecido para el criterio de estabilidad de precios», concreta el BCE.
«Aunque la ratio de déficit de Rumanía fue significativamente superior al valor de referencia del 3 % en 2021, su procedimiento de déficit excesivo, que se inició en abril de 2020, se ha dejado en suspenso», continúa el informe.
«Durante el período de referencia comprendido entre mayo de 2021 y abril de 2022, los tipos de interés a largo plazo en Rumanía se situaron en el 4,7 %, en promedio, por lo tanto, muy por encima del valor de referencia del 2,6 % establecido para el criterio de convergencia de los tipos de interés», mantiene.
El BCE, además, asegura que la legislación rumana no cumple todos los requisitos necesarios. La moneda oficial rumana es el leu.
El caso de Suecia difiere bastante de los anteriores. Su inflación, déficit y tipos de interés cumplen con creces los criterios de convergencia. Sin embargo, debido a que su población no apoya la adopción del euro, su Gobierno nunca realiza las reformas legislativas que los informes del BCE y la Comisión Europea reclaman.
De esta manera consigue eludir la entrada en el sistema de moneda única, dejando abierta una puerta para revertir esta situación cuando sea necesario a través de una reforma legal. Suecia mantiene como moneda oficial la corona sueca.
El BCE estima que Polonia tampoco cumple los requisitos para la entrada en el euro. «En abril de 2022, la media de doce meses de la tasa de inflación interanual medida por el IAPC de Polonia se situó en el 7 %, es decir, muy por encima del valor de referencia del 4,9 % establecido para el criterio de estabilidad de precios», apunta.
«El saldo presupuestario de las Administraciones públicas de Polonia se situó muy por debajo del valor de referencia del 3 % en 2021, y su ratio de deuda en relación con el PIB fue inferior al valor de referencia del 60 %», agrega.
«Durante el período de referencia comprendido entre mayo de 2021 y abril de 2022, los tipos de interés a largo plazo en Polonia se situaron en el 3 %, en promedio, por lo tanto, por encima del valor de referencia del 2,6 % establecido para el criterio de convergencia de los tipos de interés», recoge el informe.
«La legislación polaca no cumple todos los requisitos relativos a la independencia del banco central, la confidencialidad, la prohibición de financiación monetaria y su integración legal en el Eurosistema», apuntala el BCE. Hasta el cumplimiento de los criterios, Polonia usa como moneda oficial el zloty.