ECONOMÍA

Qué es la financiación sostenible y por qué es necesaria

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Qué es la financiación sostenible y por qué es necesaria
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CaixaBank

25 Junio, 2019


Sostenibilidad es mucho más que la palabra de moda. Es la meta hacia la que se dirige el mundo. Hasta la ONU le ha puesto fecha: en 2030, el planeta debe ser un hogar seguro y habitable. Es decir, en 2030 tenemos que haber alcanzado la sostenibilidad.

La ONU nos involucra a todos en la consecución de esa Agenda 2030. Esto abarca a gobiernos, compañías y sociedad civil. Todos debemos arrimar el hombro para conseguir un objetivo tan ambicioso en tan poco tiempo. Incluidas las entidades bancarias y aquellos organismos capaces de aportar la financiación necesaria para acometer semejante transformación. Proveer fondos es imprescindible para alcanzar esta meta.

Sin embargo, antes de destinar recursos al cumplimiento de cualquier objetivo, es necesario delimitarlo. Hacerlo comprensible y abarcable. ¿Cómo se alcanza algo tan etéreo como la sostenibilidad? ¿Qué se puede hacer para que sociedad y planeta sean sostenibles? Para responder a estas cuestiones, la ONU identificó 17 objetivos cruciales para el cumplimiento de su Agenda 2030. Son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y se han convertido en el faro que alumbra la financiación sostenible.

Qué es la financiación sostenible

La financiación sostenible se puede definir como aquella cuyos recursos se destinan a apoyar proyectos verdes y/o socialmente responsables, es decir, aquellos que tienen claros beneficios para el medio ambiente o la sociedad. Va ligada a los ODS fijados por la ONU.

Es una de las herramientas de las denominadas finanzas sostenibles. Son aquellas que incluyen un fuerte componente ecológico y, al mismo tiempo, se orientan a apoyar el crecimiento económico. Entre sus metas se encuentra reducir el impacto medioambiental, ocuparse del efecto invernadero y la contaminación, minimizar los residuos y optimizar el uso de recursos naturales. Todo ello, respetando los principios de transparencia y concienciación.

¿Qué diferencia a la financiación sostenible de la tradicional? Básicamente, en que exige a las instituciones que aspiran a beneficiarse de ella que cumplan ciertos estándares ligados a la sostenibilidad. Esto significa que se concede a los organismos públicos o privados que demuestren políticas y desempeño sólidos en materias ambientales y sociales. También a los que destinan parte o todos los fondos recibidos a este tipo de proyectos.

Las empresas que reciben financiación sostenible obtienen varios beneficios. En primer lugar, acceso a condiciones favorables, como pueden ser intereses reducidos o plazos más amplios para conseguir sus objetivos. Por otro lado, visibilizan su compromiso con la sostenibilidad, un impacto que puede resultar muy positivo para su imagen dentro del mercado.

Cuestión de principios

Para que un instrumento financiero pueda considerarse como sostenible es necesario contar con una serie de parámetros que permitan establecer esta cualidad. Por ese motivo, en 2014 se dieron a conocer los Green Bond Principles (GBP), actualizados por última vez en junio de 2018, y los Social Bond Principles (SBP) en 2017. Publicados por ICMA (International Capital Market Association), son de aplicación voluntaria y establecen los cuatro puntos que deben cumplir las emisiones de los bonos para tener la consideración de verdes o sociales. También los préstamos sostenibles cuentan con su propio documento, Green Loan Principles (GLP), que se basa en los mismos componentes clave.

Básicamente, esos principios se relacionan con el uso de los fondos, que debe destinarse a proyectos con claros beneficios medioambientales y sociales evaluados por la entidad emisora.

En cuanto al proceso de selección y evaluación de los proyectos, tanto si se trata de un emisor (bonos) como de un prestatario (préstamos), se deben comunicar de manera clara los objetivos sostenibles que se persiguen y los criterios de elegibilidad, entre otros aspectos.

La gestión de la financiación, cuyos fondos deben separarse del resto, y la información puntual sobre el uso de esos fondos son también principios aplicables a la financiación sostenible.

Así son los préstamos y bonos sostenibles

En el caso de CaixaBank, la entidad apoya mediante su actividad aquellas iniciativas y proyectos más respetuosos con el medio ambiente y que contribuyan a prevenir, mitigar y dar respuesta al cambio climático y la transición hacia una economía baja en carbono. Para lograrlo, ha articulado distintos instrumentos financieros.

Entre ellos se encuentran los denominados préstamos verdes, que se destinan a proyectos relacionados con la sostenibilidad medioambiental. Esto incluye financiación a proyectos vinculados a la gestión del agua, el tratamiento de residuos, energías renovables, infraestructuras y transporte limpio. Todos los concedidos por la entidad han obtenido el Green Certificate en base a los criterios recogidos en los GBP.

Otro tipo de instrumento son los préstamos vinculados a ESG (Environmental, Social and Governance). Esta financiación se asocia a índices que miden la responsabilidad social, medioambiental y de gobierno.

Esto quiere decir que las condiciones de estos préstamos van ligadas al reconocimiento del buen impacto de la estrategia de sostenibilidad de los organismos que los reciben. Para ello se emplean índices que realizan entidades independientes, como MSCI (préstamos de energía) o GRESB (mercado inmobiliario).

En estos casos, la entidad que recibe el préstamo puede dedicar los fondos a su actividad corporativa, no necesariamente a proyectos relacionados de manera directa con la sostenibilidad. Eso sí, está obligada a acreditar su compromiso con esa sostenibilidad, así como una serie de beneficios asociados a ella y resultantes de su gestión.

Los bonos verdes son otra posibilidad. CaixaBank es firmante de sus principios (GBP) desde el año 2015. Desde entonces, ha participado en la colocación de este tipo de instrumentos financieros, cuyo importe se ha dedicado a proyectos con un impacto climático positivo.

El año pasado, CaixaBank destinó 1.448 millones de dólares a préstamos verdes,   aquellos otorgados a iniciativas respetuosas con el medioambiente.  Ofrece una oferta específica de ecoPréstamos y ecoMicrocréditos personales para financiar a los particulares interesados en adquirir vehículos y electrodomésticos eficientes, así como en realizar reformas a su hogar para mejorar su eficiencia energética. También dispone de fórmulas de ecoFinanciación para el sector agrario y ha abierto una línea de crédito, mediante un acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), destinada a financiar inversiones de particulares, pymes y sector público para luchar contra el cambio climático. La entidad comercializa, asimismo, el fondo verde MicroBank Fondo Ecológico, gestionado bajo criterios ESG.

Además, CaixaBank se sitúa a la vanguardia en la búsqueda de instrumentos financieros con sello de sostenibilidad. Ha emitido la primera Carta de Crédito verde del mercado europeo y, también por primera vez, ha sido nombrada agente de sostenibilidad en una operación corporativa que ha implicado a otras 20 entidades financieras.

CaixaBank es una de las entidades financieras líderes en la lucha contra el cambio climático a nivel global. Es el primer banco del Ibex 35 en neutralizar totalmente su huella de carbono calculada, incluidas las emisiones indirectas de la entidad. La organización CDP la ha incluido, por quinto año consecutivo, en el índice de empresas líderes en la lucha contra el cambio climático.

El papel de las entidades financieras es fundamental para el cumplimiento de la Agenda 2030. La financiación sostenible es una de las herramientas que tienen a su alcance para ayudar a ciudadanos, empresas y sector público a alcanzar esta meta.

Fuentes: Gobierno de España, CaixaBank, Cinco Días, Forética, Unión Europea, ICMAGroup, MSCI, GRESB

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