Qué significa ser competitivos (y no hablamos de deporte)
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Bankia
26 Abril, 2018
Si tiramos de definiciones académicas, la competitividad es la “capacidad de competir“. Aunque con esto no avanzamos gran cosa, ya nos da una primera pista, porque se trata de medirse en relación al resto de actores económicos con los que se compite.
Por eso resulta mucho más interesante la explicación que da la Cámara de Comercio de España sobre la competitividad empresarial: “ser competitivo es la capacidad que tiene nuestra empresa de hacer las cosas mejor que su competencia, ya sea en términos de producto, producción, costes, calidad… de manera que al final suponga una ventaja a la hora de hacer nuestro negocio más rentable”.
Bien, eso por el lado de las empresas. Pero lo que suele aparecer en las noticias es referido a los países: si la competitividad española sube o baja. Podemos extrapolar lo que se dice de las empresas al conjunto de la economía y vincularla, como señala el Foro Económico Mundial, a la productividad: “Una economía competitiva, creemos, es una economía productiva. Y la productividad conduce al crecimiento, que permite niveles de ingresos más altos, y es de esperar, a riesgo de sonar simplista, a un mayor bienestar”.
Y por eso precisamente resulta importante para cada uno de nosotros, porque repercute en nuestro nivel de vida. Pero entonces: ¿la competitividad española sube o baja?
España, en el puesto 34 en el índice de competitividad mundial
Es precisamente el Foro Económico Mundial la entidad de referencia en la medición de la competitividad de los países y en su Informe Global de Competitividad, presentado en septiembre de 2017, España perdió dos puestos respecto a la edición anterior. Se sitúa en el puesto 34 del mundo en una lista que encabezan los habituales: Suiza, Estados Unidos, Singapur, Países Bajos y Alemania.
Como explica El País, “el estudio se centra en 12 grandes variables que incluyen la calidad de las instituciones públicas y las infraestructuras, la educación de la población, la madurez tecnológica o la innovación”. Y aunque España tenga algunos puntos fuertes, como las infraestructuras y el tamaño de su mercado, tiene que mejorar mucho en términos de productividad.
Estas últimas son claves de cara al futuro, según Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial: “La competitividad global se definirá más y más por la capacidad de innovación de cada país. El talento será cada vez más importante que el capital y, en consecuencia, el mundo se está desplazando de la edad del capitalismo a la edad del talentismo. Los países que mejor se preparen para la Cuarta Revolución Industrial y, simultáneamente, refuercen sus sistemas políticos, económicos y sociales serán los que triunfen en la carrera de la competitividad del futuro”.