SOSTENIBILIDAD

Radiografía del emprendimiento femenino en España

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Radiografía del emprendimiento femenino en España
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CaixaBank

19 Noviembre, 2020


Poner en marcha una empresa es un auténtico reto. Toda una carrera de obstáculos que libran cada día miles de emprendedores a base de ilusión, mucha perseverancia y cabeza fría. Se trata de un desafío que cada vez más mujeres aceptan. Ellas están cambiando el panorama empresarial del país gracias a su creciente presencia en el ecosistema emprendedor.

En el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, merece la pena conocer un poco más cómo es el entorno en el que miles de estas profesionales se desarrollan cada día. La observación de los datos ofrece algunas realidades llamativas en este aspecto. Distintas brechas que se van cerrando poco a poco y otras que perseveran.

Precisamente el emprendimiento femenino es una de las claves que nos ayudará a cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS) número 5, referente a la igualdad de género y empoderamiento de la mujer. Un factor que, tal y como apunta la organización, nos ayudará a su vez a construir un mundo pacífico, próspero y sostenible.

La brecha STEM

Aunque la tasa de emprendimiento en mujeres ha aumentado en los últimos años, lo cierto es que ellas emprenden más por necesidad que por oportunidad en comparación con los hombres, según pone de manifiesto el Informe GEM Spain 2019-2020. Esto significa que, entre las razones que llevan a una emprendedora a poner en marcha su propio negocio, se encuentran muchas veces la falta de empleo o de una mejor alternativa profesional. Es decir: que los males endémicos que aquejan a las mujeres en el mercado laboral son los que motivan en buena medida su impulso emprendedor.

El problema con esta tendencia es que el emprendimiento por necesidad suele ser más propenso al fracaso que el motivado por una oportunidad, tal y como destaca el informe. No solo eso: además, tiende a crear trabajos más precarios.

¿Cuál es la razón de este comportamiento? ¿Por qué las mujeres tienden menos a emprender simplemente porque han detectado una oportunidad, en lugar de hacerlo por necesidad? Uno de los factores que explica en parte esta tendencia tiene que ver con la menor participación de chicas en estudios relacionados con materias STEM, tal y como explica el informe. Esta circunstancia también explicaría por qué la presencia de empresarias en sectores intensivos en el uso de la tecnología es más reducida.

Otra de las diferencias llamativas que se observan entre el emprendimiento femenino y el masculino tiene que ver con la brecha de género existente en las start-ups. Aunque ellas ya ocupan el 43 % del emprendimiento general, tan solo el 20 % de las personas que impulsan start-ups son mujeres, según el Mapa de Emprendimiento 2020 de South Summit. Un porcentaje que lleva varios años prácticamente invariable. Se trata de una realidad que también se puede achacar, en parte, al menor número de mujeres en disciplinas STEM y a la fuerte vinculación del emprendimiento con los estudios técnicos o científicos.

Diferencias que se reducen

Sin embargo, las diferencias de género entre la actividad emprendedora de las mujeres y la de los hombres se van reduciendo poco a poco. Algo está cambiando en el tipo de empresas que ellas ponen en marcha: hoy apuestan más por sectores como el fintech, que une tecnología y finanzas, que por otros considerados tradicionalmente más femeninos, como la moda o el impacto social, tal y como aprecia el trabajo de South Summit.

Una tendencia que apoya el Informe GEM Spain al analizar el uso que hacen de las tecnologías las empresas recientemente creadas por mujeres respecto a las que ya llevan tiempo funcionando. En concreto, este trabajo apunta que el porcentaje de empresas nuevas fundadas por mujeres que emplean las tecnologías más recientes (9,4 %) casi duplica al de las consolidadas (5,5 %).

El informe concluye que las nuevas empresas que están poniendo en marcha las mujeres españolas no solo presentan un mejor desempeño que las que ya están consolidadas en el uso de nuevas tecnologías. También lo hacen en otras cuestiones como la innovación o la internacionalización del negocio. En lo referente a la innovación de producto, se sitúan incluso por encima de la media nacional y de la cifra correspondiente a las nuevas empresas creadas por hombres.

Junto a las emprendedoras

Promocionar el talento femenino es una de las principales claves para el desarrollo sostenible que persiguen países de todo el mundo. Las entidades bancarias tienen mucho que decir en este sentido, ya que factores como el acceso a la financiación, la visibilidad y el acceso al conocimiento de las nuevas emprendedoras son muy importantes para su éxito.

En este sentido, CaixaBank ofrece, a través de su entidad MicroBank, microcréditos a mujeres emprendedoras que pueden tener dificultades en el acceso a la financiación por motivos económicos o sociales.

Otra muestra de la implicación de CaixaBank con el apoyo a las mujeres emprendedoras es la nueva plataforma de mentoring virtual puesta en marcha en colaboración con Vital Voices. Se trata de un sistema que pone en contacto a personas emprendedoras con profesionales que atesoran una experiencia directiva consolidada. A través de vitalvoicesmentoring.com, pueden conectar para desarrollar sesiones virtuales de asesoramiento.

Por su parte, los Premios Emprendedor XXI otorgados cada año por CaixaBank a distintas start-ups ayudan a las personas emprendedoras a ganar una gran visibilidad, así como obtener ayudas económicas para su desarrollo. Mientras, los Premios WONNOW premian a las mejores estudiantes STEM de España para potenciar la presencia de mujeres en los ámbitos de la ciencia y la tecnología. Una presencia que, tal y como hemos visto, puede transformar el futuro del panorama emprendedor femenino de las próximas décadas.

Aunque ya se están identificando y cerrando algunas brechas de género en el ecosistema emprendedor, todavía queda un largo camino por recorrer en este sentido. Apoyar a las emprendedoras es fundamental para promover la igualdad de género y desarrollar una economía más justa e inclusiva.

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