En 1972 tuvo lugar la primera cumbre mundial sobre medio ambiente, momento en que la ONU estableció el 5 de junio como la fecha conmemorativa del Día Mundial del Medio Ambiente. Han pasado ya casi 40 años desde aquella cumbre que pretendía aumentar la conciencia y la acción global en materia medioambiental y, a lo largo de estas décadas, tanto la población como las empresas e instituciones han mostrado un nivel creciente de compromiso con la misión de preservar nuestro planeta.
La generación actual es, sin duda, la más concienciada con la sostenibilidad y el medio ambiente. Pocas veces una misión había sido abordada por tantas personas, a escala global, y con un nivel de compromiso que se manifiesta, no solo en las pequeñas acciones individuales, sino también en las estrategias y políticas públicas y el emprendimiento empresarial. Una muestra de ello es que, este año 2021, el Día Mundial del Medio Ambiente marca el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.
Sostenibilidad y emprendimiento: la receta secreta del éxito
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CaixaBank
04 Junio, 2021
Reimagina, recrea, restaura
Bajo el lema «Reimagina, recrea, restaura», este año, el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en la restauración de ecosistemas e inicia un decenio que pretende revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques y tierras de cultivo hasta las profundidades del mar. La salubridad de los ecosistemas afecta directamente, no solo al cambio climático y la biodiversidad, sino también a nuestra propia vida, ya que la pérdida de ecosistemas produce las condiciones ideales para la propagación de patógenos como los coronavirus y aumenta el riesgo de pandemias.
La restauración de los ecosistemas es una tarea global titánica, que supone reparar superficies de tierra más grandes que China, pero sus beneficios son incalculables. O quizás sí que se puedan calcular. Naciones Unidas ha estimado que, por cada dólar invertido en restauración, se pueden esperar al menos entre 7 y 30 dólares en ganancias para la sociedad. Y es que las acciones para recuperar los ecosistemas no solo nos devolverán un aire más limpio y ríos libres de residuos, sino que además beneficiarán a nuestra salud y generarán empleos.
Invertir en ecosistemas es invertir en nuestro futuro. Esta es una realidad de la que empiezan a ser conscientes ya numerosos países, que se han decidido a invertir en la restauración, ya sea a raíz de la pandemia o por una visión ecologista. En cualquier caso, las políticas estatales están viendo su reflejo en la población, que cada día incorpora más acciones de preservación medioambiental a su rutina diaria (reciclaje, consumo responsable, eficiencia energética, reducción de emisiones), y en las empresas, que han decidido asumir su papel como referentes en sostenibilidad.
Comprometidas y rentables: así son las nuevas start-ups
El cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático se han convertido en valores de prestigio para las grandes compañías, que ya han emprendido procesos de transformación industrial y ofrecen nuevos productos y servicios a sus usuarios que ayuden a revertir los efectos que se venían produciendo en los ecosistemas. Es una misión común, global y compartida entre todos los agentes sociales que va más allá de una mera campaña de RSC; es un compromiso en el que cada acción cuenta. Pero resulta que, además, este compromiso puede ser una fuente de riqueza, un nuevo nicho plagado de oportunidades de negocio.
Existen ya quienes han vislumbrado estas posibilidades y, aunando el ingenio y la conciencia ecológica, han creado start-ups rentables, innovadoras y sostenibles.
– Auara: agua mineral natural embotellada social y sostenible. Auara es uno de los proyectos sociales más relevantes de España, que se centra en llevar agua potable a todas las regiones del mundo que lo necesiten, en envases reciclados y reciclables.
– CO2 Revolution: una solución caída del cielo para la deforestación. CO2 Revolution está cambiando radicalmente el sistema de reforestación gracias a sus sistema de siembra con drones, que permite cubrir rápidamente grandes superficies afectadas por incendios o accidentes ambientales.
– Heat Energía: sus paneles de energía solar, que producen energía renovable día y noche, han hecho de esta start-up española una pionera en aprovechamiento de la energía solar.
– Heura: la carne, elaborada con ingredientes 100 % vegetales, que sabe a carne. Ganadora Estatal Agro Food en los Premios Emprendedor XXI de CaixaBank 2019, esta empresa tiene como objetivo hacer frente a los problemas del actual sistema alimentario, ofreciendo proteínas con un impacto positivo a través de alimentos sostenibles y nutritivos.
– Métrica6: esta start-up radicada en Málaga ha cosechado ya numerosos premios nacionales e internacionales en sus pocos años de vida. Entre ellos, cabe destacar el de la Organización Mundial del Turismo de Naciones Unidas por los objetivos de desarrollo sostenible (ODS 11: ciudades y comunidades sostenibles). Métrica6 quiere hacer de la innovación algo accesible para todo el mundo, guiando y asesorando a empresas y administraciones a partir de la sostenibilidad, la economía y la funcionalidad.
– Mitto: liderada por Marcos Cuevas, es una de las start-ups con más proyección en el mercado nacional y europeo y la fintech sostenible por excelencia de Barcelona. Mitto ofrece una tarjeta virtual que permite conocer el coste de CO2 que produce cada una de tus compras y recuperar parte de la compra si optas por las marcas sostenibles de su plataforma.
– Nantek: ganadora Estatal Impact en los Premios Emprendedor XXI de CaixaBank 2019, esta empresa convierte el plástico en combustible mediante el uso de nanoelementos a través de un proceso termoquímico. Además de generar energía a partir de residuos plásticos, se basa en un sistema de economía circular de la producción de plástico que permite el reciclaje y la reutilización.
– Sepiia: si pensamos en una camiseta que no se arruga, que no se mancha y que es transpirable, probablemente nos la imaginaremos como una prenda futurista. Pero, ¿y si le añadimos la producción local y tejidos reciclados y reciclables? Esa es la apuesta de Sepiia, una start-up española que defiende la producción con bajo impacto y proporciona una segunda vida a sus prendas.
– TeamLabs: aprender desde el emprendimiento para cambiar el mundo. Esto es lo que se propone TeamLabs, una escuela de negocios perteneciente a la Universidad de Mondragón que ha decidido apostar por un sistema educativo diferente en el que, durante los cuatro años que dura su programa, los alumnos deberán desarrollar un proyecto empresarial que sea rentable y aporte un beneficio a la sociedad.
– The Goood Shop: la moda y la decoración también pueden ser sostenibles. Esta es la misión de Carmela Serantes, la fundadora de The Goood Shop, un marketplace que ofrece un cuidado catálogo que conjuga el buen gusto con el respeto al medioambiente.
Los ODS han llegado para quedarse y alcanzar los objetivos de erradicación de la pobreza, protección del planeta y prosperidad para la ciudadanía. Las grandes empresas ya los están incorporando a sus agendas y, para los emprendedores, ha supuesto una oportunidad para ocupar un espacio que hasta ahora estaba vacío y generar vínculos sólidos con sus stakeholders.
El futuro de nuestro planeta y el de nosotros mismos depende de las acciones que emprendamos a partir de ahora. Debemos tomar conciencia de la gravedad de la situación e incorporar a nuestra rutina pequeñas cosas que ayuden a detener el desastre climático, pero, además, podemos empezar a ver la rentabilidad de este compromiso. Cada vez está más constatado que la rentabilidad y la sostenibilidad pueden ir (y van) de la mano en lo que a innovación se refiere. Aquellos que sepan verlo y que se permitan imaginar nuevas soluciones serán los que creen las empresas del mañana. Unas empresas comprometidas, ecológicas, con conciencia social y que sean capaces de generar riqueza mientras cambian el mundo.