En los años 90, el concepto de inteligencia artificial, tal y como ahora lo conocemos, era ciencia ficción envuelta en los espectaculares efectos especiales de Matrix (1999, The Wachowski Brothers). Solamente tres años antes del estreno de esta cinta, quien estaba considerado como el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos, Gary Kasparov, podía presumir de tener un cerebro capaz de vencer a cualquier computadora. Los humanos tenían una importante ventaja sobre los programas de ajedrez, ya que estos últimos eran incapaces de ver el juego desde una perspectiva amplia. La partida consta de unas reglas claras y los movimientos pueden ser calculados, pero mientras un humano está concentrado en una variante, puede a la vez pensar más allá: en la amplitud del tablero. El ordenador posee una enorme ventaja en la capacidad de cálculo a corto plazo, pero nuestra gran baza radica en el pensamiento estratégico.
Superordenadores: Deep Blue, la máquina que derrotó a Gary Kasparov
Tiempo de Lectura: 5 minutos
CaixaBank
09 Enero, 2018
El desafío de IBM
En 1996, el gigante de la informática IBM desafió al mejor jugador de ajedrez de la historia. Su superordenador Deep Blue se enfrentaría al campeón ruso en un duelo al mejor de seis partidas. Sería la demostración de que la capacidad de proceso de una máquina había superado, por fin, al cerebro humano en un clásico del cálculo y la precisión, como es el juego del ajedrez. Kasparov aceptó y se citaron en el mes de febrero en Filadelfia (Pensilvania, USA). Con una atención mediática sin precedentes, se sentaron ante el tablero el jugador ruso y un programador de IBM, que había trabajado en el proyecto Deep Blue. A su lado, un teclado con el que introducía la jugada de Kasparov y una pantalla en la que podía ver el movimiento que la máquina deseaba realizar. Así las cosas, la computadora golpeó primero. Deep Blue, con blancas, venció el primer asalto y se convirtió en el primer ordenador que lograba doblegar a todo un campeón del mundo. No volvería a ganar, al menos ese año. Kasparov venció la siguiente partida, firmó dos tablas y doblegó a la máquina dos veces más. Fue una victoria sin paliativos. La hegemonía humana no corría peligro… o sí.
Partida de 1996
La revancha y la extraña jugada de Deep Blue
Como en los grandes combates de boxeo, el mundo quería ver la revancha, y también los programadores de IBM le tenían ganas a Kasparov. Llegaría al año siguiente, y el encuentro fue calificado como «el más espectacular duelo de ajedrez de la historia». Si bien serán los expertos quienes deban decidir si la calidad del juego mostrado fue tan extraordinaria, lo cierto es que sí que se convirtió en el enfrentamiento ajedrecista más conocido y recordado por el gran público.
En esta ocasión, el lugar elegido para la contienda fue la ciudad de Nueva York. Al contrario de lo sucedido en el anterior match, el ruso no se dejó sorprender y comenzó ganando —jugando con blancas— la primera partida. Pero algo raro sucedió en esa primera sesión que desconcentró a Kasparov a pesar de la victoria. Tal y como explica Nate Silver en su libro The Signal and The Noise, Deep Blue realizó un movimiento extraño. Deslizó una torre para dejarla en una posición que, en principio, no tenía sentido, ya que tenía la posibilidad de hacer jaque al rey de Kasparov. Poco después, Deep Blue arrojó la toalla y concedió la victoria en esa partida a su rival. El campeón mundial no dejó de pensar en el movimiento, en lo que podía haber pasado durante los millones de cálculos de la computadora para no optar por el jaque. Junto a su asesor Frederic Friedel, esa misma noche analizaron con precisión todos y cada uno de los movimientos y sus derivadas. Lo que descubrieron les dejó realmente atónitos: si Deep Blue hubiese optado por la inclinación convencional, veinte jugadas después Kasparov habría ganado por jaque mate. Estaban ante el temido salto adelante de la máquina: la visión global y estratégica de una partida y no solo el cálculo de movimientos a corto plazo. Kasparov intuyó que Deep Blue había evolucionado y eso marcó todo el match hasta llegar a la victoria del superordenador y el salto de la noticia a los titulares de todo el mundo.
Partida de 1997
Pese a que Kasparov siempre ha sostenido que pudo haber existido intervención humana en ese y otros movimientos que le llevaron a la derrota, la victoria de Deep Blue fue incuestionable. El ajedrecista español Miguel Illescas, asesor de IBM en la programación de Deep Blue, declaró al diario El País tras la primera victoria del ordenador en 1997 que «se ha vuelto muy versátil. Ya no es aquel monstruo del año pasado lleno de fuerza bruta y nada más». Existen otros expertos que consideran que la extraña jugada de la máquina fue un fallo, un bug como los que sus programadores iban depurando para perfeccionar el programa. Kasparov no tuvo en cuenta esto y, con medio mundo observando, la presión psicológica entró en juego. El resto es historia. Al día siguiente, las acciones de IBM se dispararon en Wall Street.
¡Oops!
¡Bienvenido!
POSTS RELACIONADOS
Comentarios