> informática – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 “Es esencial que las mujeres no tengamos miedo al elegir estudios” https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/es-esencial-que-las-mujeres-no-tengamos-miedo-al-elegir-estudios/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/es-esencial-que-las-mujeres-no-tengamos-miedo-al-elegir-estudios/#respond Thu, 17 Dec 2020 07:27:09 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39696

Natalia Franch lo tenía claro: desde que configuraba proyectores y ordenadores en el instituto por simple intuición, sabía que la tecnología era lo suyo. Así que decidió estudiar Ingeniería Informática en la Universitat Jaume I de Castellón. Ella era la única mujer en la mayor parte de las clases a las que asistía.

Distinguida en la segunda edición de los Premios WONNOW, otorgados por CaixaBank y Microsoft a las mejores alumnas de grados STEM, Natalia trabaja actualmente como analista en el departamento de Ciberseguridad de CaixaBank. Esta ingeniera comparte su experiencia con otras mujeres que se plantean realizar carreras técnicas para animarlas a dar el paso y estar presentes en unas disciplinas, las STEM, en las que la presencia femenina es muy necesaria.

¿Cuándo comenzaste a tener inquietud por la tecnología?

Mi inquietud por la tecnología comenzó cuando empecé secundaria. De hecho, yo dominaba los proyectores, que empezaban a utilizarse en los institutos, cuando nadie más sabía manejarlos. Siempre me encargaban gestionarlos incluso en otros cursos, desde donde me llamaban para ayudarles a conectar el proyector, configurar el ordenador… todo era nuevo. Y lo hacía desde la intuición.

Era un tema que me interesaba mucho y que conocía simplemente porque me apetecía. Era algo innato en mí.

¿Y desde cuándo supiste que querías estudiar algo relacionado con la tecnología?

Lo tuve muy claro desde 4º de la ESO. Quería estudiar Ingeniería Informática. Aunque mi primera inclinación fue estudiar Matemáticas, ya que tengo una referente en mi familia, mi tía, que había estudiado esa carrera. Como en mi etapa del instituto vi que la tecnología era un don innato para mí, decidí tomar finalmente ese camino.

¿Contaste con apoyo en tu entorno para realizar ese tipo de estudios?

Mi familia siempre me apoyó a la hora de realizar este tipo de estudios, pero es cierto que tanto familiares como amigos me preguntaron si realmente estaba segura porque es una carrera que tiene fama de complicada. También me dijeron que sería la única chica y si eso me iba a suponer un inconveniente. Eso, y más en esa época que suele ser de incertidumbre, influye, pero de todas formas siempre me he sentido muy apoyada en mi elección.

¿Por qué crees que podían surgir ese tipo de comentarios?

En mi entorno no conocíamos a ninguna chica ingeniera. Este tipo de profesiones presentan ciertos estereotipos marcados en la sociedad que hacen que te vean menos capaz de desarrollarlas. Simplemente, porque no hay referentes femeninos en ese ámbito.

¿Ha cambiado tu propia percepción acerca de la Ingeniería Informática después de haberla estudiado?

Sí, mi percepción cambió por completo porque en bachillerato yo no había estudiado nada relacionado con Informática. No tenía ninguna asignatura optativa en ese ámbito y yo no sabía ni lo que era programar.

Obviamente, yo sabía que la Ingeniería Informática no consistía en arreglar un proyector, ni mucho menos, pero tenía curiosidad y ganas de aprender. Así que entré en la carrera sin saber prácticamente nada, a diferencia de mis compañeros, de los cuales muchos procedían de ciclos formativos o de haber cursado Informática durante el bachillerato. Me decían: “¡Pero si no sabes nada!”. Y yo respondía: “Bueno, para eso estoy aquí”.

¿Por qué crees que hay tan pocas chicas en carreras como la tuya?

Yo tuve la suerte de tener una referente en el ámbito de las disciplinas STEM, que es mi tía Pilar, que estudió Matemáticas. Sin embargo, hay más mujeres matemáticas que informáticas. La directora de mi carrera me dijo que las mujeres éramos solo un 12% de los estudiantes en toda la carrera en el año 2019. Eso, junto el elevado nivel de abandono, tanto por parte de chicos como de chicas, hace que nos graduemos un número muy reducido de mujeres. De hecho, yo era la única en la mayoría de las clases a las que he acudido a lo largo de toda la carrera.

A mí, personalmente, me cuesta encontrar una explicación a esta situación, porque yo siempre tuve muy claro lo que quería aprender. Sin embargo, es cierto que el entorno te suele animar a que estudies otro tipo de carreras, bien por miedo, o bien porque es una época complicada en la que no sabes muy bien qué decidir. Todo esto hace que, si no tienes una elección muy clara, acudas a un campo que conoces más y que sabes con seguridad que te va a gustar.

¿Qué opinas de los premios que, como WONNOW, buscan visibilizar a las estudiantes que optáis por este tipo de carreras?

Creo que son muy necesarios este tipo de premios que dan visibilidad a las mujeres que han estudiado carreras STEM. La razón es que nuestra presencia es muy minoritaria y no creo que sea cuestión de tener uno u otro género. Más bien, tiene que ver con todo lo que nos han inculcado desde pequeños en la sociedad.

En mi caso, yo agradecía mucho tener a mujeres como profesoras durante la carrera, ya que tenía pocas compañeras. También en los Premios WONNOW tuve la ocasión de conocer a otras nueve ingenieras. ¡Nunca había conocido a tantas ingenieras juntas!

¿Por qué decidiste presentarte a estos premios?

Vi la oportunidad de presentarme a los premios cuando ya estaba en la última etapa de mi carrera porque mis compañeros me insistieron mucho. Nos habían enviado un correo a través de la universidad para animar a las alumnas a participar en los premios WONNOW y la idea me atraía, pero estaba en plenos exámenes y no lo veía claro. Mis compañeros me dijeron que, al ser la única chica en nuestro grupo, tenía la obligación de presentar mi currículo y hacer las pruebas para convertirme en un referente para muchas otras mujeres.

¿Y qué significó para ti ganar los premios WONNOW?

Me dijeron que estaba seleccionada un martes 13, que parece que tiene que ser un mal día, pero lo cierto es que para mí no lo fue. No se lo había contado a mucha gente para no gafarlo. Cuando me dieron la noticia, me alegré muchísimo. Me iba a estudiar un máster a Madrid, pero finalmente acabé en Barcelona, trabajando en CaixaBank. Era verano, estaba de vacaciones y se lo conté a mi madre. Soy de un pueblo pequeño y acabamos todos tomando algo en el bar a mi salud.

¿Qué le dirías a una chica que quiera orientar sus estudios hacia el ámbito tecnológico?

A una chica que esté valorando estudiar una ingeniería le daría muchos ánimos y también le diría que las mujeres somos muy capaces. Aunque es un mundo nuevo, lleno de incertidumbres y que nos va a exigir aprender muchísimo, tenemos que estar en él. El mundo va orientado a profesiones STEM y van a ser necesarias mujeres en este ámbito  para que haya diversidad en los equipos del futuro.

¿Qué opinas sobre la brecha de género en este ámbito?

Creo que la gente no es muy consciente del bajo número de mujeres que estudian Ingeniería Informática. De hecho, creo que mi carrera es, de largo, la que tiene menos mujeres en sus aulas, pero tenemos que estar ahí.

Por otro lado, sí que he notado que, en promociones posteriores a la mía, el número de mujeres en los primeros años ha aumentado, pero la realidad es que seguimos siendo un grupo muy minoritario. No solo eso: según las estadísticas parece que la brecha de género en estas carreras incluso aumenta. Por esa razón creo que es muy necesario que las mujeres nos veamos capaces desde pequeñas de elegir lo que queremos. Es fundamental que no tengamos miedo a elegir.

¿Qué medidas crees que podrían ayudar a corregir esta situación?

Mi madre siempre me ha dicho que, desde bien pequeñita, le quitaba los puzles a mi hermano mayor y los hacía yo solita. Por eso creo que es tan importante la igualdad en cosas básicas como los juegos desde la infancia. Un Lego podría asociarse a Ingeniería Industrial y un videojuego, con Ingeniería Informática o de Videojuegos.

Parece que las mujeres no estamos presentes en los videojuegos ni en la construcción. Por suerte, esto cada vez evoluciona a mejor. Y espero que, cada vez, podamos ser más mujeres en este ámbito STEM.

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Natalia Franch lo tenía claro: desde que configuraba proyectores y ordenadores en el instituto por simple intuición, sabía que la tecnología era lo suyo. Así que decidió estudiar Ingeniería Informática en la Universitat Jaume I de Castellón. Ella era la única mujer en la mayor parte de las clases a las que asistía.

Distinguida en la segunda edición de los Premios WONNOW, otorgados por CaixaBank y Microsoft a las mejores alumnas de grados STEM, Natalia trabaja actualmente como analista en el departamento de Ciberseguridad de CaixaBank. Esta ingeniera comparte su experiencia con otras mujeres que se plantean realizar carreras técnicas para animarlas a dar el paso y estar presentes en unas disciplinas, las STEM, en las que la presencia femenina es muy necesaria.

¿Cuándo comenzaste a tener inquietud por la tecnología?

Mi inquietud por la tecnología comenzó cuando empecé secundaria. De hecho, yo dominaba los proyectores, que empezaban a utilizarse en los institutos, cuando nadie más sabía manejarlos. Siempre me encargaban gestionarlos incluso en otros cursos, desde donde me llamaban para ayudarles a conectar el proyector, configurar el ordenador… todo era nuevo. Y lo hacía desde la intuición.

Era un tema que me interesaba mucho y que conocía simplemente porque me apetecía. Era algo innato en mí.

¿Y desde cuándo supiste que querías estudiar algo relacionado con la tecnología?

Lo tuve muy claro desde 4º de la ESO. Quería estudiar Ingeniería Informática. Aunque mi primera inclinación fue estudiar Matemáticas, ya que tengo una referente en mi familia, mi tía, que había estudiado esa carrera. Como en mi etapa del instituto vi que la tecnología era un don innato para mí, decidí tomar finalmente ese camino.

¿Contaste con apoyo en tu entorno para realizar ese tipo de estudios?

Mi familia siempre me apoyó a la hora de realizar este tipo de estudios, pero es cierto que tanto familiares como amigos me preguntaron si realmente estaba segura porque es una carrera que tiene fama de complicada. También me dijeron que sería la única chica y si eso me iba a suponer un inconveniente. Eso, y más en esa época que suele ser de incertidumbre, influye, pero de todas formas siempre me he sentido muy apoyada en mi elección.

¿Por qué crees que podían surgir ese tipo de comentarios?

En mi entorno no conocíamos a ninguna chica ingeniera. Este tipo de profesiones presentan ciertos estereotipos marcados en la sociedad que hacen que te vean menos capaz de desarrollarlas. Simplemente, porque no hay referentes femeninos en ese ámbito.

¿Ha cambiado tu propia percepción acerca de la Ingeniería Informática después de haberla estudiado?

Sí, mi percepción cambió por completo porque en bachillerato yo no había estudiado nada relacionado con Informática. No tenía ninguna asignatura optativa en ese ámbito y yo no sabía ni lo que era programar.

Obviamente, yo sabía que la Ingeniería Informática no consistía en arreglar un proyector, ni mucho menos, pero tenía curiosidad y ganas de aprender. Así que entré en la carrera sin saber prácticamente nada, a diferencia de mis compañeros, de los cuales muchos procedían de ciclos formativos o de haber cursado Informática durante el bachillerato. Me decían: “¡Pero si no sabes nada!”. Y yo respondía: “Bueno, para eso estoy aquí”.

¿Por qué crees que hay tan pocas chicas en carreras como la tuya?

Yo tuve la suerte de tener una referente en el ámbito de las disciplinas STEM, que es mi tía Pilar, que estudió Matemáticas. Sin embargo, hay más mujeres matemáticas que informáticas. La directora de mi carrera me dijo que las mujeres éramos solo un 12% de los estudiantes en toda la carrera en el año 2019. Eso, junto el elevado nivel de abandono, tanto por parte de chicos como de chicas, hace que nos graduemos un número muy reducido de mujeres. De hecho, yo era la única en la mayoría de las clases a las que he acudido a lo largo de toda la carrera.

A mí, personalmente, me cuesta encontrar una explicación a esta situación, porque yo siempre tuve muy claro lo que quería aprender. Sin embargo, es cierto que el entorno te suele animar a que estudies otro tipo de carreras, bien por miedo, o bien porque es una época complicada en la que no sabes muy bien qué decidir. Todo esto hace que, si no tienes una elección muy clara, acudas a un campo que conoces más y que sabes con seguridad que te va a gustar.

¿Qué opinas de los premios que, como WONNOW, buscan visibilizar a las estudiantes que optáis por este tipo de carreras?

Creo que son muy necesarios este tipo de premios que dan visibilidad a las mujeres que han estudiado carreras STEM. La razón es que nuestra presencia es muy minoritaria y no creo que sea cuestión de tener uno u otro género. Más bien, tiene que ver con todo lo que nos han inculcado desde pequeños en la sociedad.

En mi caso, yo agradecía mucho tener a mujeres como profesoras durante la carrera, ya que tenía pocas compañeras. También en los Premios WONNOW tuve la ocasión de conocer a otras nueve ingenieras. ¡Nunca había conocido a tantas ingenieras juntas!

¿Por qué decidiste presentarte a estos premios?

Vi la oportunidad de presentarme a los premios cuando ya estaba en la última etapa de mi carrera porque mis compañeros me insistieron mucho. Nos habían enviado un correo a través de la universidad para animar a las alumnas a participar en los premios WONNOW y la idea me atraía, pero estaba en plenos exámenes y no lo veía claro. Mis compañeros me dijeron que, al ser la única chica en nuestro grupo, tenía la obligación de presentar mi currículo y hacer las pruebas para convertirme en un referente para muchas otras mujeres.

¿Y qué significó para ti ganar los premios WONNOW?

Me dijeron que estaba seleccionada un martes 13, que parece que tiene que ser un mal día, pero lo cierto es que para mí no lo fue. No se lo había contado a mucha gente para no gafarlo. Cuando me dieron la noticia, me alegré muchísimo. Me iba a estudiar un máster a Madrid, pero finalmente acabé en Barcelona, trabajando en CaixaBank. Era verano, estaba de vacaciones y se lo conté a mi madre. Soy de un pueblo pequeño y acabamos todos tomando algo en el bar a mi salud.

¿Qué le dirías a una chica que quiera orientar sus estudios hacia el ámbito tecnológico?

A una chica que esté valorando estudiar una ingeniería le daría muchos ánimos y también le diría que las mujeres somos muy capaces. Aunque es un mundo nuevo, lleno de incertidumbres y que nos va a exigir aprender muchísimo, tenemos que estar en él. El mundo va orientado a profesiones STEM y van a ser necesarias mujeres en este ámbito  para que haya diversidad en los equipos del futuro.

¿Qué opinas sobre la brecha de género en este ámbito?

Creo que la gente no es muy consciente del bajo número de mujeres que estudian Ingeniería Informática. De hecho, creo que mi carrera es, de largo, la que tiene menos mujeres en sus aulas, pero tenemos que estar ahí.

Por otro lado, sí que he notado que, en promociones posteriores a la mía, el número de mujeres en los primeros años ha aumentado, pero la realidad es que seguimos siendo un grupo muy minoritario. No solo eso: según las estadísticas parece que la brecha de género en estas carreras incluso aumenta. Por esa razón creo que es muy necesario que las mujeres nos veamos capaces desde pequeñas de elegir lo que queremos. Es fundamental que no tengamos miedo a elegir.

¿Qué medidas crees que podrían ayudar a corregir esta situación?

Mi madre siempre me ha dicho que, desde bien pequeñita, le quitaba los puzles a mi hermano mayor y los hacía yo solita. Por eso creo que es tan importante la igualdad en cosas básicas como los juegos desde la infancia. Un Lego podría asociarse a Ingeniería Industrial y un videojuego, con Ingeniería Informática o de Videojuegos.

Parece que las mujeres no estamos presentes en los videojuegos ni en la construcción. Por suerte, esto cada vez evoluciona a mejor. Y espero que, cada vez, podamos ser más mujeres en este ámbito STEM.

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El superordenador más rápido de Europa recala finalmente en Barcelona https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/barcelona-es-candidata-a-albergar-uno-de-los-superordenadores-mas-potentes-del-mundo/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/barcelona-es-candidata-a-albergar-uno-de-los-superordenadores-mas-potentes-del-mundo/#respond Mon, 01 Jul 2019 07:15:15 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=32840

La cadena televisiva HBO estrenó en 2016 la famosa serie Westworld. Su trama se desarrollaba en un parque temático ambientado en el lejano oeste poblado por androides, robots con aspecto humano, que Anthony Hopkins controlaba a través de un superordenador albergado en una sala vintage. Podría decirse que esta sala y este superordenador ya existen en Barcelona, aunque todavía no han sido utilizados ─que se sepa─ para controlar androides ni parques temáticos. Una antigua capilla situada en el recinto de Torre Girona, en el emblemático barrio de Pedralbes, alberga desde 2004 el supercomputador más potente de España: el MareNostrum.  Ahora, la Comisión Europea ha seleccionado el Centro Nacional de Supercomputación (BSC) para que ponga en marcha un ordenador de nueva generación: el MareNostrum V.

Este nuevo superordenador llegará a una potencia en pico de 200 petaflops/s, lo que equivale a la realización de 200.000 billones de operaciones por segundo. Empezará a funcionar el 31 de diciembre de 2020. El salto cualitativo es enorme, 17 veces superior a la potencia de MareNostrum IV y 10.000 veces más alta que el primer supercomputador que albergó la ciudad. La anterior versión de MareNostrum, instalada en 2017, que llegó a ser el segundo ordenador más potente de Europa y el decimotercero del mundo en sus primeros tiempos, alcanzó en su máximo pico los 13,7 petaflops/s (11.100 billones de operaciones por segundo).

La Unión Europea aportará inicialmente cien millones de euros para financiar la nueva instalación, cantidad que servirá para mantener la máquina activa durante los primeros cinco años. El resto de la inversión se dividirá entre el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (60%), la Universidad Politécnica de Cataluña (10%) y la Generalitat de Catalunya (30%). Los tres países que apoyaron la candidatura española, Croacia, Turquía y Portugal, también harán su aportación a nivel económico.

El proyecto de los superordenadores europeos está gestionado por EuroHPC Joint Undertaking (EuroHPC-JU) a partir del acuerdo al que llegaron los 28 estados miembros y la Comisión Europea para cofinanciar una hoja de ruta común para impulsar la Computación de Altas Prestaciones (HPC).

Esencial para la investigación

El nuevo superordenador podrá ser utilizado por científicos de toda Europa. Será crucial su ayuda en la investigación sobre la inteligencia artificial y sobre nuevos materiales, pero todavía más en el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer ya que permite, entre otras funciones, secuenciar el genoma para diferenciar las células sanas de las tumorales. La máquina es vital para los investigadores que, por ejemplo, buscan la vacuna contra el VIH, un virus en el que intervienen múltiples variables que serían imposibles de valorar sin contar con la ayuda de una instalación como la que se construirá en Barcelona.

La llegada de los exaescala, en 2023

La previsión es que la siguiente generación de superordenadores, los llamados “ordenadores exaescala”, entren en funcionamiento en el año 2023. Todo indica que llegarán a la velocidad de cálculo de 1 exaflop (lo equivalente a 1.000 petaflops), cinco veces más que el que se instalará en Barcelona. China empezó a desarrollar esta tecnología en 2017 creando el supercomputador Sunway TaihuLight que fue, durante dos años consecutivos, el ordenador más rápido del mundo al alcanzar una velocidad de 93 petaflops.

La tecnología con la que operarían estos ordenadores podría llegar a superar la potencia del procesamiento neuronal humano, lo cual abriría la puerta a un desarrollo exponencial de la inteligencia artificial, de manera que el mundo que nos presentaba la serie de ficción Westworld podría estar más cerca de lo que creemos.

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La cadena televisiva HBO estrenó en 2016 la famosa serie Westworld. Su trama se desarrollaba en un parque temático ambientado en el lejano oeste poblado por androides, robots con aspecto humano, que Anthony Hopkins controlaba a través de un superordenador albergado en una sala vintage. Podría decirse que esta sala y este superordenador ya existen en Barcelona, aunque todavía no han sido utilizados ─que se sepa─ para controlar androides ni parques temáticos. Una antigua capilla situada en el recinto de Torre Girona, en el emblemático barrio de Pedralbes, alberga desde 2004 el supercomputador más potente de España: el MareNostrum.  Ahora, la Comisión Europea ha seleccionado el Centro Nacional de Supercomputación (BSC) para que ponga en marcha un ordenador de nueva generación: el MareNostrum V.

Este nuevo superordenador llegará a una potencia en pico de 200 petaflops/s, lo que equivale a la realización de 200.000 billones de operaciones por segundo. Empezará a funcionar el 31 de diciembre de 2020. El salto cualitativo es enorme, 17 veces superior a la potencia de MareNostrum IV y 10.000 veces más alta que el primer supercomputador que albergó la ciudad. La anterior versión de MareNostrum, instalada en 2017, que llegó a ser el segundo ordenador más potente de Europa y el decimotercero del mundo en sus primeros tiempos, alcanzó en su máximo pico los 13,7 petaflops/s (11.100 billones de operaciones por segundo).

La Unión Europea aportará inicialmente cien millones de euros para financiar la nueva instalación, cantidad que servirá para mantener la máquina activa durante los primeros cinco años. El resto de la inversión se dividirá entre el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (60%), la Universidad Politécnica de Cataluña (10%) y la Generalitat de Catalunya (30%). Los tres países que apoyaron la candidatura española, Croacia, Turquía y Portugal, también harán su aportación a nivel económico.

El proyecto de los superordenadores europeos está gestionado por EuroHPC Joint Undertaking (EuroHPC-JU) a partir del acuerdo al que llegaron los 28 estados miembros y la Comisión Europea para cofinanciar una hoja de ruta común para impulsar la Computación de Altas Prestaciones (HPC).

Esencial para la investigación

El nuevo superordenador podrá ser utilizado por científicos de toda Europa. Será crucial su ayuda en la investigación sobre la inteligencia artificial y sobre nuevos materiales, pero todavía más en el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer ya que permite, entre otras funciones, secuenciar el genoma para diferenciar las células sanas de las tumorales. La máquina es vital para los investigadores que, por ejemplo, buscan la vacuna contra el VIH, un virus en el que intervienen múltiples variables que serían imposibles de valorar sin contar con la ayuda de una instalación como la que se construirá en Barcelona.

La llegada de los exaescala, en 2023

La previsión es que la siguiente generación de superordenadores, los llamados “ordenadores exaescala”, entren en funcionamiento en el año 2023. Todo indica que llegarán a la velocidad de cálculo de 1 exaflop (lo equivalente a 1.000 petaflops), cinco veces más que el que se instalará en Barcelona. China empezó a desarrollar esta tecnología en 2017 creando el supercomputador Sunway TaihuLight que fue, durante dos años consecutivos, el ordenador más rápido del mundo al alcanzar una velocidad de 93 petaflops.

La tecnología con la que operarían estos ordenadores podría llegar a superar la potencia del procesamiento neuronal humano, lo cual abriría la puerta a un desarrollo exponencial de la inteligencia artificial, de manera que el mundo que nos presentaba la serie de ficción Westworld podría estar más cerca de lo que creemos.

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Biohacking: ¿ciencia o magia? https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/biohacking-ciencia-o-magia/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/biohacking-ciencia-o-magia/#respond Fri, 24 May 2019 09:06:43 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=31936

Cuando ya nos habíamos acostumbrado a los wearables, esto es, llevar dispositivos tecnológicos sobre nuestro cuerpo, la ciencia ya ha dado un paso más allá con su versión más vanguardista y transgresora: el biohacking. Su objetivo sería el mismo: ampliar las capacidades, tanto físicas como mentales, del ser humano. La diferencia es que, con el biohacking, la forma de mejorar el cuerpo humano sería llevar el dispositivo no de forma externa como en los wearables, sino internamente.

¿Nos convertiremos todos en cíborgs como Neil Harbisson, considerado el primer cíborg del mundo? Hay división de opiniones: mientras algunos lo ven como un paso excesivo, otros no solo hablan ya de transhumanismo, sino que lo presentan como el único futuro posible.

En realidad, el biohacking, término que obviamente proviene de la combinación de biología y hacking, es un concepto amplio que puede utilizarse para referirse a actividades bastante variadas. Mencionado por primera vez en un artículo del Washington Post de enero de 1988, «Playing God in Your Basement», el biohacking se suele dividir hoy en día en tres grandes categorías: la nutrigenómica (o genómica nutricional), la biología DIY (DIY de do it yourself, también conocida como biología de garaje) y, por último, el llamado biohacking grinder.

Nutrigenómica

La nutrigenómica consiste en la manipulación de la actividad de nuestro cuerpo a través de la alimentación, el sueño, el ejercicio físico o la gestión del estrés. Siendo la versión más light del biohacking, la nutrigenómica se basa en la idea de que nuestros cuerpos están en constante transformación, y pretende utilizar estos cambios para vivir mejor, sea a través de la alimentación, el sueño, las actividades físicas u otros estímulos que lo que hacen es alterar las funciones del cuerpo humano.

Biología DIY

La DIYbio, biología do it yourself o biología de garaje, movimiento surgido a principios del siglo XXI, es una subcategoría del biohacking que pretende crear una versión accesible de la biología, mediante soluciones tecnológicas de bajo coste que uno mismo puede llevar a cabo en su casa –o en su garaje– y que suele moverse fuera de las universidades, empresas de biotecnología y otros entornos convencionales de la biología. Con ardientes defensores y férreos detractores, los practicantes de la biología DIY no suelen tener formación académica, sino que la practican por su cuenta y riesgo, con el único apoyo de su propia comunidad.

Biohacking grinder

Finalmente, el biohacking grinder sería el último paso: sus defensores apuestan directamente por los implantes tecnológicos o la manipulación química del cuerpo para ampliar las capacidades del ser humano.

Los transhumanistas no solo defienden los implantes para mejorar la «experiencia humana», sino que aseguran que estos mejorarán nuestro coeficiente intelectual, nos harán más fuertes físicamente, y que incluso podrían detener o revertir el envejecimiento. ¿Estamos hablando de ciencia o de magia? El debate está servido.

Por cierto, ¿qué pensará el ciborg Neil Harbisson de todo ello?

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Cuando ya nos habíamos acostumbrado a los wearables, esto es, llevar dispositivos tecnológicos sobre nuestro cuerpo, la ciencia ya ha dado un paso más allá con su versión más vanguardista y transgresora: el biohacking. Su objetivo sería el mismo: ampliar las capacidades, tanto físicas como mentales, del ser humano. La diferencia es que, con el biohacking, la forma de mejorar el cuerpo humano sería llevar el dispositivo no de forma externa como en los wearables, sino internamente.

¿Nos convertiremos todos en cíborgs como Neil Harbisson, considerado el primer cíborg del mundo? Hay división de opiniones: mientras algunos lo ven como un paso excesivo, otros no solo hablan ya de transhumanismo, sino que lo presentan como el único futuro posible.

En realidad, el biohacking, término que obviamente proviene de la combinación de biología y hacking, es un concepto amplio que puede utilizarse para referirse a actividades bastante variadas. Mencionado por primera vez en un artículo del Washington Post de enero de 1988, «Playing God in Your Basement», el biohacking se suele dividir hoy en día en tres grandes categorías: la nutrigenómica (o genómica nutricional), la biología DIY (DIY de do it yourself, también conocida como biología de garaje) y, por último, el llamado biohacking grinder.

Nutrigenómica

La nutrigenómica consiste en la manipulación de la actividad de nuestro cuerpo a través de la alimentación, el sueño, el ejercicio físico o la gestión del estrés. Siendo la versión más light del biohacking, la nutrigenómica se basa en la idea de que nuestros cuerpos están en constante transformación, y pretende utilizar estos cambios para vivir mejor, sea a través de la alimentación, el sueño, las actividades físicas u otros estímulos que lo que hacen es alterar las funciones del cuerpo humano.

Biología DIY

La DIYbio, biología do it yourself o biología de garaje, movimiento surgido a principios del siglo XXI, es una subcategoría del biohacking que pretende crear una versión accesible de la biología, mediante soluciones tecnológicas de bajo coste que uno mismo puede llevar a cabo en su casa –o en su garaje– y que suele moverse fuera de las universidades, empresas de biotecnología y otros entornos convencionales de la biología. Con ardientes defensores y férreos detractores, los practicantes de la biología DIY no suelen tener formación académica, sino que la practican por su cuenta y riesgo, con el único apoyo de su propia comunidad.

Biohacking grinder

Finalmente, el biohacking grinder sería el último paso: sus defensores apuestan directamente por los implantes tecnológicos o la manipulación química del cuerpo para ampliar las capacidades del ser humano.

Los transhumanistas no solo defienden los implantes para mejorar la «experiencia humana», sino que aseguran que estos mejorarán nuestro coeficiente intelectual, nos harán más fuertes físicamente, y que incluso podrían detener o revertir el envejecimiento. ¿Estamos hablando de ciencia o de magia? El debate está servido.

Por cierto, ¿qué pensará el ciborg Neil Harbisson de todo ello?

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Neil Harbisson: “No uso tecnología, soy tecnología y me siento cíborg” https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/neil-harbisson-no-uso-tecnologia-soy-tecnologia-y-siento-ciborg/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/neil-harbisson-no-uso-tecnologia-soy-tecnologia-y-siento-ciborg/#respond Mon, 21 Jan 2019 15:33:59 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=28641

Este joven británico está considerado el primer cíborg del mundo, ya que cuenta con un órgano nuevo y completamente artificial: una antena, con la que explora los límites sensoriales del ser humano y que le permite escuchar los colores.

Neil Harbisson (Londres, 1984) no ve el arte, lo escucha. Este inglés criado en Mataró (Barcelona) asegura que Picasso y Warhol tienen sonidos muy altos, saturados. Velázquez, en cambio, “suena poco”. Para Harbisson, el mundo es en blanco y negro. Nació con acromatismo, una patología que afecta a una de cada treinta y tres mil personas en el mundo. Desde 2004, una antena conectada a su cerebro le permite escuchar los colores y, así, detectarlos. Memorizó centenares de ellos. Este artista británico se define como cíborg, un ser compuesto por elementos orgánicos y cibernéticos.

Su “órgano” colgándole de la cabeza y una estética moderna y vanguardista, acorde también con su corte de pelo, le dan un aura futurista. Harbisson es pionero en implantarse tecnología en el cuerpo. Este joven usa la tecnología para explorar y superar las fronteras de los sentidos humanos. Desde su fundación, ayuda a todo aquel interesado en convertirse en un cíborg. Hablamos con él en el centro cultural ImaginCafé, un espacio de CaixaBank donde está a punto de presentar, junto con Silvia Lladós, Colors&NeilHarbisson, una app que permite realizar sesiones de luz y escuchar el sonido del color con las composiciones sonocromáticas compuestas por él mismo.

¿Cómo escuchas los colores sin que los sonidos que te rodean se solapen?

Noto la vibración que emiten los colores dentro del hueso y esta vibración se convierte en sonido. Escucho los colores a través de los huesos, mientras que el resto de sonidos los escucho por las orejas. Se trata de dos canales diferentes. Si fuera sordo, percibiría los colores igualmente.

¿Cuántos colores eres capaz de detectar?

Percibo trescientos sesenta tonos visibles, aunque también capto muchos más que son invisibles para el ojo humano, como los infrarrojos y ultravioletas.

¿Cómo suena una puesta de sol?

Es un sol que se va deslizando hacia un fa sostenido. Es un sonido descendente.

¿Cuántos cíborgs hay en el mundo?

Ser cíborg es una identidad. Hay mucha gente que tiene tecnología dentro del cuerpo, pero no todos se consideran cíborgs. Muchos la tienen por razones médicas, pero no sienten esta tecnología como parte de su identidad, sino como algo externo. También hay mucha gente sin implantes que sí se sienten cíborgs, porque han nacido y crecido siempre con tecnología. Sienten que es parte de su identidad.

Entonces, ¿somos cíborgs psicológicos?

En muchos lugares, la gente se siente unida psicológicamente a la tecnología y se habla de esta en primera persona. Sentimos gente decir “me estoy quedando sin batería” en lugar de “mi móvil se está quedando sin batería”.

En tu caso, el Reino Unido sí te reconoció como tal.

En 2004 no me dejaron renovar el pasaporte porque decían que no podía hacerme la fotografía con un aparato electrónico. Les dije que se trataba de un órgano más. No uso tecnología, yo soy tecnología y me siento cíborg. Después aceptaron mi razonamiento y los periodistas dijeron que era la primera vez que un gobierno aceptaba a un ciudadano cíborg.

Existe un antes y un después.

Al principio, memorizaba el sonido de cada color. Era algo muy externo, pero poco a poco el cerebro se acostumbró hasta el punto de que empecé a soñar colores y a dejar de notar la diferencia entre el cerebro y el software. Sentí que la palabra cíborg definía esa unión. La antena es un órgano más de mi cuerpo, no es un aparato.

El aprendizaje es infinito. ¿El límite lo pones tú?

Es como con el idioma. De pequeño debías memorizar lo que veías en una palabra. Cuando escuchaba la frecuencia del rojo, la llamaba rojo. Esto fue en 2004, cuando aprendí los colores. Ahora no lo pienso.

¿No descansas nunca de escuchar colores?

Puedo taparlo, es como un ojo o una oreja, pero no hay un on y un off. No existe un interruptor.

¿La comunidad científica reconoce a los cíborgs?

Las comisiones bioéticas de los hospitales no ven ético añadir órganos y sentidos que no sean humanos. Yo me hice cirugía con un doctor anónimo. Son operaciones que no están aceptadas. Uno de los grandes retos es conseguir que lo vean ético. Pasó lo mismo con la cirugía transgénero en los años cincuenta y sesenta.

¿Qué quieres demostrar con tu experiencia?

Lo hago para explorar. Quiero revelar realidades que ya existen, como los colores infrarrojos y ultravioletas, que vosotros no percibís. Unirnos a la tecnología nos permite revelar realidades y saber mejor dónde estamos y quién somos, porque descubrimos mejor cuáles son nuestros sentidos. La medicina hace implantes para mejorar la vida de las personas, yo lo hago por arte. Soy un artista cíborg.

¿Querías superar el hecho de ver la vida en blanco y negro?

No. Cuando estudiaba música, quise usar la tecnología en el artista y no en el arte. Me decidí por los colores, porque al ver en blanco y negro siempre me interesó el color, pero no quería solucionar un problema, sino satisfacer una curiosidad. Para mí, ver en blanco y negro es algo que tiene muchas ventajas.

¿Cuáles?

Tenemos mejor visión nocturna y vemos a más distancia, porque el color no interfiere. Podemos memorizar la forma más fácilmente. Mucha gente que ve en escala de grises trabaja en la marina para detectar dónde hay barcos, porque vemos la forma antes que el color. Y la gente que ve color se puede confundir con el camuflaje.

¿Estás pensando en otro implante?

Sí. Me permitirá notar el paso del tiempo, crear ilusiones del tiempo. Podré viajar en el tiempo, eliminar los jet lags. El objetivo es llevar a la práctica la teoría de Einstein, la relatividad del tiempo llevada a un órgano.

¿Viajar en el tiempo?

El tiempo es una percepción. Si puedes modificar la percepción, puedes viajar en el tiempo. El tiempo está en tu cabeza. No está demostrado que esté fuera.

ImaginCafé

Una antigua sede de CaixaBank en el centro de Barcelona acoge desde hace un año ImaginCafé, un centro cultural de la entidad bancaria dedicado a la generación millenial. En las antiguas dependencias de las cajas fuertes descansan ahora potentes ordenadores y cómodos sillones, listos para jugar a videojuegos o eSports. Con este centro, la entidad busca captar al público joven con numerosas ofertas culturales y lúdicas. El espacio, de 1.200 metros cuadrados y tres pisos, organiza exposiciones, conferencias y conciertos. Las salas del piso superior ofrecen la posibilidad de trabajar por grupos y un nuevo espacio de coworking.

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Este joven británico está considerado el primer cíborg del mundo, ya que cuenta con un órgano nuevo y completamente artificial: una antena, con la que explora los límites sensoriales del ser humano y que le permite escuchar los colores.

Neil Harbisson (Londres, 1984) no ve el arte, lo escucha. Este inglés criado en Mataró (Barcelona) asegura que Picasso y Warhol tienen sonidos muy altos, saturados. Velázquez, en cambio, “suena poco”. Para Harbisson, el mundo es en blanco y negro. Nació con acromatismo, una patología que afecta a una de cada treinta y tres mil personas en el mundo. Desde 2004, una antena conectada a su cerebro le permite escuchar los colores y, así, detectarlos. Memorizó centenares de ellos. Este artista británico se define como cíborg, un ser compuesto por elementos orgánicos y cibernéticos.

Su “órgano” colgándole de la cabeza y una estética moderna y vanguardista, acorde también con su corte de pelo, le dan un aura futurista. Harbisson es pionero en implantarse tecnología en el cuerpo. Este joven usa la tecnología para explorar y superar las fronteras de los sentidos humanos. Desde su fundación, ayuda a todo aquel interesado en convertirse en un cíborg. Hablamos con él en el centro cultural ImaginCafé, un espacio de CaixaBank donde está a punto de presentar, junto con Silvia Lladós, Colors&NeilHarbisson, una app que permite realizar sesiones de luz y escuchar el sonido del color con las composiciones sonocromáticas compuestas por él mismo.

¿Cómo escuchas los colores sin que los sonidos que te rodean se solapen?

Noto la vibración que emiten los colores dentro del hueso y esta vibración se convierte en sonido. Escucho los colores a través de los huesos, mientras que el resto de sonidos los escucho por las orejas. Se trata de dos canales diferentes. Si fuera sordo, percibiría los colores igualmente.

¿Cuántos colores eres capaz de detectar?

Percibo trescientos sesenta tonos visibles, aunque también capto muchos más que son invisibles para el ojo humano, como los infrarrojos y ultravioletas.

¿Cómo suena una puesta de sol?

Es un sol que se va deslizando hacia un fa sostenido. Es un sonido descendente.

¿Cuántos cíborgs hay en el mundo?

Ser cíborg es una identidad. Hay mucha gente que tiene tecnología dentro del cuerpo, pero no todos se consideran cíborgs. Muchos la tienen por razones médicas, pero no sienten esta tecnología como parte de su identidad, sino como algo externo. También hay mucha gente sin implantes que sí se sienten cíborgs, porque han nacido y crecido siempre con tecnología. Sienten que es parte de su identidad.

Entonces, ¿somos cíborgs psicológicos?

En muchos lugares, la gente se siente unida psicológicamente a la tecnología y se habla de esta en primera persona. Sentimos gente decir “me estoy quedando sin batería” en lugar de “mi móvil se está quedando sin batería”.

En tu caso, el Reino Unido sí te reconoció como tal.

En 2004 no me dejaron renovar el pasaporte porque decían que no podía hacerme la fotografía con un aparato electrónico. Les dije que se trataba de un órgano más. No uso tecnología, yo soy tecnología y me siento cíborg. Después aceptaron mi razonamiento y los periodistas dijeron que era la primera vez que un gobierno aceptaba a un ciudadano cíborg.

Existe un antes y un después.

Al principio, memorizaba el sonido de cada color. Era algo muy externo, pero poco a poco el cerebro se acostumbró hasta el punto de que empecé a soñar colores y a dejar de notar la diferencia entre el cerebro y el software. Sentí que la palabra cíborg definía esa unión. La antena es un órgano más de mi cuerpo, no es un aparato.

El aprendizaje es infinito. ¿El límite lo pones tú?

Es como con el idioma. De pequeño debías memorizar lo que veías en una palabra. Cuando escuchaba la frecuencia del rojo, la llamaba rojo. Esto fue en 2004, cuando aprendí los colores. Ahora no lo pienso.

¿No descansas nunca de escuchar colores?

Puedo taparlo, es como un ojo o una oreja, pero no hay un on y un off. No existe un interruptor.

¿La comunidad científica reconoce a los cíborgs?

Las comisiones bioéticas de los hospitales no ven ético añadir órganos y sentidos que no sean humanos. Yo me hice cirugía con un doctor anónimo. Son operaciones que no están aceptadas. Uno de los grandes retos es conseguir que lo vean ético. Pasó lo mismo con la cirugía transgénero en los años cincuenta y sesenta.

¿Qué quieres demostrar con tu experiencia?

Lo hago para explorar. Quiero revelar realidades que ya existen, como los colores infrarrojos y ultravioletas, que vosotros no percibís. Unirnos a la tecnología nos permite revelar realidades y saber mejor dónde estamos y quién somos, porque descubrimos mejor cuáles son nuestros sentidos. La medicina hace implantes para mejorar la vida de las personas, yo lo hago por arte. Soy un artista cíborg.

¿Querías superar el hecho de ver la vida en blanco y negro?

No. Cuando estudiaba música, quise usar la tecnología en el artista y no en el arte. Me decidí por los colores, porque al ver en blanco y negro siempre me interesó el color, pero no quería solucionar un problema, sino satisfacer una curiosidad. Para mí, ver en blanco y negro es algo que tiene muchas ventajas.

¿Cuáles?

Tenemos mejor visión nocturna y vemos a más distancia, porque el color no interfiere. Podemos memorizar la forma más fácilmente. Mucha gente que ve en escala de grises trabaja en la marina para detectar dónde hay barcos, porque vemos la forma antes que el color. Y la gente que ve color se puede confundir con el camuflaje.

¿Estás pensando en otro implante?

Sí. Me permitirá notar el paso del tiempo, crear ilusiones del tiempo. Podré viajar en el tiempo, eliminar los jet lags. El objetivo es llevar a la práctica la teoría de Einstein, la relatividad del tiempo llevada a un órgano.

¿Viajar en el tiempo?

El tiempo es una percepción. Si puedes modificar la percepción, puedes viajar en el tiempo. El tiempo está en tu cabeza. No está demostrado que esté fuera.

ImaginCafé

Una antigua sede de CaixaBank en el centro de Barcelona acoge desde hace un año ImaginCafé, un centro cultural de la entidad bancaria dedicado a la generación millenial. En las antiguas dependencias de las cajas fuertes descansan ahora potentes ordenadores y cómodos sillones, listos para jugar a videojuegos o eSports. Con este centro, la entidad busca captar al público joven con numerosas ofertas culturales y lúdicas. El espacio, de 1.200 metros cuadrados y tres pisos, organiza exposiciones, conferencias y conciertos. Las salas del piso superior ofrecen la posibilidad de trabajar por grupos y un nuevo espacio de coworking.

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El uso de las TIC en las escuelas https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-uso-de-las-tic-en-las-escuelas/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-uso-de-las-tic-en-las-escuelas/#respond Mon, 13 Feb 2017 12:51:49 +0000 CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=23506

España está a la cabeza de la Unión Europea en cuanto al uso de ordenadores. Esta es una de las relevaciones que se desprende del informe (formato PDF) Survey of Schools: ICT in Education publicado por la Comisión Europea sobre la penetración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

En concreto, España, junto a Dinamarca, Noruega y Suecia, está entre los países con más ordenadores por alumno, un terminal por cada tres, muy por encima de la media, que se encuentra en un terminal para entre 5 y 7 alumnos.

Este no es el primer estudio que pone a la cabeza España en esta materia. En concreto, ya en el 2015, la Universidad Internacional de Valencia (VIU) publicó un informe similar sobre el uso de las TIC como herramienta en la docencia europea en el que España y Reino Unido ya estaban entonces por encima de la media, tanto en ordenadores por alumno y uso de los mismos como en conectividad en las escuelas.

La implementación de las TIC es importante, pero lo son aún más los beneficios que suponen para los alumnos. Utilizadas en colegios, ayudan en la construcción de conocimiento, sobre todo en el transcurso de las etapas educativas, y tienen potencial para formar parte del aprendizaje autónomo del estudiante, lo que refuerza su autoestima. Apoyan el desarrollo de sus habilidades y su motivación, y mejoran el trabajo en grupo. Además, tienen la ventaja de poder acceder a ellas desde cualquier parte y a cualquier hora, lo que conlleva un aprendizaje sin límites.

Sin embargo, según el informe de la Comisión Europea, aunque tenemos el equipamiento adecuado, nuestra conectividad es baja, lo que supone un desaprovechamiento de los recursos que tenemos y que los alumnos no puedan acceder a grandes cantidades de contenidos digitales a causa de no estar completamente conectados. Es un problema al que el Gobierno ya echó sus manos con el Programa Escuelas Conectadas, que ha aprobado una inversión de 330 millones de euros, con la ayuda del Fondo Europea de Desarrollo Regional (FEDER), para conseguir que todas las escuelas dispongan de alta velocidad.

Si eres profesor y quieres descubrir más sobre temas educativos, entra en la plataforma educativa de la Obra Social ”la Caixa”, eduCaixa, y encuentra todo lo que necesitas para preparar y organizar tus clases.

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España está a la cabeza de la Unión Europea en cuanto al uso de ordenadores. Esta es una de las relevaciones que se desprende del informe (formato PDF) Survey of Schools: ICT in Education publicado por la Comisión Europea sobre la penetración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

En concreto, España, junto a Dinamarca, Noruega y Suecia, está entre los países con más ordenadores por alumno, un terminal por cada tres, muy por encima de la media, que se encuentra en un terminal para entre 5 y 7 alumnos.

Este no es el primer estudio que pone a la cabeza España en esta materia. En concreto, ya en el 2015, la Universidad Internacional de Valencia (VIU) publicó un informe similar sobre el uso de las TIC como herramienta en la docencia europea en el que España y Reino Unido ya estaban entonces por encima de la media, tanto en ordenadores por alumno y uso de los mismos como en conectividad en las escuelas.

La implementación de las TIC es importante, pero lo son aún más los beneficios que suponen para los alumnos. Utilizadas en colegios, ayudan en la construcción de conocimiento, sobre todo en el transcurso de las etapas educativas, y tienen potencial para formar parte del aprendizaje autónomo del estudiante, lo que refuerza su autoestima. Apoyan el desarrollo de sus habilidades y su motivación, y mejoran el trabajo en grupo. Además, tienen la ventaja de poder acceder a ellas desde cualquier parte y a cualquier hora, lo que conlleva un aprendizaje sin límites.

Sin embargo, según el informe de la Comisión Europea, aunque tenemos el equipamiento adecuado, nuestra conectividad es baja, lo que supone un desaprovechamiento de los recursos que tenemos y que los alumnos no puedan acceder a grandes cantidades de contenidos digitales a causa de no estar completamente conectados. Es un problema al que el Gobierno ya echó sus manos con el Programa Escuelas Conectadas, que ha aprobado una inversión de 330 millones de euros, con la ayuda del Fondo Europea de Desarrollo Regional (FEDER), para conseguir que todas las escuelas dispongan de alta velocidad.

Si eres profesor y quieres descubrir más sobre temas educativos, entra en la plataforma educativa de la Obra Social ”la Caixa”, eduCaixa, y encuentra todo lo que necesitas para preparar y organizar tus clases.

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