> ingeniería – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 Las nuevas referentes STEM se abren paso https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/las-nuevas-referentes-stem-se-abren-paso/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/las-nuevas-referentes-stem-se-abren-paso/#respond Wed, 10 Feb 2021 18:06:54 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39984

Son mayoría en las aulas universitarias de España, pero su presencia es mucho más discreta en aquellas en las que se imparten las conocidas como disciplinas STEM. Las mujeres ocupan, en concreto, el 54,8% de las matrículas, según datos procedentes del Sistema Universitario Español. Un porcentaje que empieza a bajar si hablamos de Ciencias (51%) y se desploma en el caso de la rama de Ingeniería y Arquitectura, donde apenas ocupan uno de cada cuatro asientos en las aulas de Grado.

Las causas por las que las niñas y jóvenes no suelen optar por carreras tecnológicas o científicas fuera del ámbito de la salud son variadas. Sin embargo, en la mayor parte de ellas encontramos palabras en común, como «prejuicios», «estereotipos», «referentes» o «confianza». Las dos primeras destacan por su abundancia. Las dos últimas, por su escasez.

Precisamente este es el principal motivo por el que cada 11 de febrero celebramos el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Se trata de buscar soluciones a un problema, el de la escasa presencia femenina en disciplinas científicas y técnicas, que la sociedad no se puede permitir. También de dar voz a aquellas mujeres que no solo han seguido su vocación en el ámbito STEM, sino que se han convertido en referentes con los que niñas y mujeres jóvenes se pueden identificar con facilidad.

Las ganadoras de las últimas ediciones de los Premios WONNOW, organizados por CaixaBank y Microsoft, son claros ejemplos de esa nueva generación de referentes que se abre paso en las disciplinas STEM. Mujeres dispuestas a derribar estereotipos y contar sus vivencias como estudiantes de carreras STEM para que otras se animen a seguir sus pasos.

Vocación innata (también para ellas)

Entre los estereotipos más extendidos por los que las jóvenes no optan por carreras STEM se encuentra aquel que describe este tipo de carreras como una opción que atrae de manera innata solo a hombres. Sin embargo, la realidad contradice este prejuicio: también las niñas muestran, desde pequeñas, curiosidad y atracción por este tipo de disciplinas. Así se desprende, al menos, de lo que cuentan las ganadoras de los Premios WONNOW desde su propia experiencia.

Carlota Armillas, ingeniera industrial y mecánica ganadora del premio en 2018, siempre tuvo claro que quería ser inventora para ayudar a los demás. Mientras, Natalia Franch, ingeniera informática distinguida con el galardón en 2019, arreglaba por intuición los proyectores de su instituto, y Carlota Parés –ingeniera informática y telemática, ganadora en 2019– demostraba ya de niña una gran curiosidad por los dispositivos electrónicos de su casa.

En el caso de Fátima El Baghdadi, ingeniera mecánica ganadora de los premios en 2019, tenía claro que «quería estudiar algo que no es para chicos, sino para seres humanos». Una decisión que la llevó a obtener su título de ingeniera mecánica, pese a las reticencias iniciales de su entorno y la escasa presencia de mujeres en las aulas de su facultad.

El problema de la identificación

Precisamente la influencia del entorno y la abundancia de estereotipos de género provoca que las niñas tengan dificultades para identificarse con profesiones STEM. «Cuando yo era pequeña, los juguetes eran, por ejemplo, muñecas y cocinitas, mientras que los anuncios de juguetes más científicos como mecanos, pipetas o microscopios solían estar más orientados a un público de chicos», reflexiona Carlota Armillas. «De hecho, en la caja aparecen niños. Lo quieras o no, eso te desanima y son cosas que la sociedad poco a poco te va metiendo en la cabeza».

Para Natalia Franch, «parece que no hay mujeres en sectores como los videojuegos o construcción. Parece que, desde pequeños, nos separan». Ella también destaca la influencia del entorno, que puede hacer que una estudiante desista de elegir una carrera técnica: «Es cierto que el entorno te suele animar a que estudies otro tipo de carreras, bien por miedo, o bien porque es una época complicada en la que no sabes muy bien qué decidir. Todo esto hace que, si no tienes una elección muy clara, acudas a un campo que conoces más y que sabes con seguridad que te va a gustar».

Visibilizar referentes

Otro problema que dificulta la identificación de las mujeres con las profesiones STEM tiene que ver con la escasa visibilidad de los referentes femeninos. «Aunque ha habido muchas mujeres que han contribuido a los avances actuales de la tecnología, sus contribuciones no se han hecho tan públicas como otras realizadas por hombres. Yo creo que esto influye mucho en las niñas a la hora de no verse a sí mismas dentro de estos campos», apunta Carlota Parés.

Otorgar visibilidad a mujeres que puedan servir como referentes es crucial para conseguir que otras logren identificarse con las disciplinas STEM y decidan seguir sus pasos. Y ese es el caso de las ganadoras de los Premios WONNOW, que se han convertido en ejemplos de mujeres que han decidido seguir su vocación y confiado en sus propias habilidades para acceder a profesiones apasionantes.

Gracias a su determinación, todas ellas se han convertido en referentes para muchas otras niñas que muestran su interés por estas disciplinas.

Así las anima a seguir sus pasos Lola Ardura, una de las galardonadas en la última edición y estudiante de Ingeniería Biomédica e Ingeniería de Sistemas de Telecomunicación, con una gran inquietud por aplicar sus conocimientos a ayudar a los demás: «A una futura estudiante le diría que adelante, por supuesto. Se trata de carreras preciosas, con una aplicación muy directa para mejorar el día a día de las personas».

«Si verdaderamente es lo que te gusta, ¿vas a perder la oportunidad de dedicarte a ello y tener una vida feliz por miedo? ¿No merece la pena intentarlo? Hazlo. No pierdes nada», añade Carlota Armillas. Al fin y al cabo, tal y como recuerda Fátima El Baghdadi: «Hay muchas chicas que están luchando por sus sueños, independientemente de la visión que tiene la sociedad sobre el papel de la mujer en el ámbito de las carreras STEM».

Un gran valor para la sociedad

Una mayor inclusión de mujeres en las disciplinas STEM puede aportar importantes valores añadidos a la sociedad. Entre otros, disponer de tecnologías más completas y diversas gracias a la inclusión del punto de vista femenino en su proceso de desarrollo. También contar con una parte importante del talento que, de otro modo, se perdería.

Así lo considera Nora Carreira, ingeniera mecánica ganadora de la tercera edición de los Premios WONNOW: «Si las chicas nos vamos animando a estudiar carreras STEM y a abrirnos paso en este mundo, podremos llegar a hacer grandes cosas».

«Yo espero que, poco a poco, las mujeres se animen y que podamos alcanzar mayor igualdad en este campo», añade Nora. Un punto de vista que comparte Lola Ardura: «Soy optimista, porque sé que muchas compañeras serán futuras líderes y eso ayudará considerablemente a que unas tiremos de otras para estar presentes en este sector», finaliza.

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Son mayoría en las aulas universitarias de España, pero su presencia es mucho más discreta en aquellas en las que se imparten las conocidas como disciplinas STEM. Las mujeres ocupan, en concreto, el 54,8% de las matrículas, según datos procedentes del Sistema Universitario Español. Un porcentaje que empieza a bajar si hablamos de Ciencias (51%) y se desploma en el caso de la rama de Ingeniería y Arquitectura, donde apenas ocupan uno de cada cuatro asientos en las aulas de Grado.

Las causas por las que las niñas y jóvenes no suelen optar por carreras tecnológicas o científicas fuera del ámbito de la salud son variadas. Sin embargo, en la mayor parte de ellas encontramos palabras en común, como «prejuicios», «estereotipos», «referentes» o «confianza». Las dos primeras destacan por su abundancia. Las dos últimas, por su escasez.

Precisamente este es el principal motivo por el que cada 11 de febrero celebramos el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Se trata de buscar soluciones a un problema, el de la escasa presencia femenina en disciplinas científicas y técnicas, que la sociedad no se puede permitir. También de dar voz a aquellas mujeres que no solo han seguido su vocación en el ámbito STEM, sino que se han convertido en referentes con los que niñas y mujeres jóvenes se pueden identificar con facilidad.

Las ganadoras de las últimas ediciones de los Premios WONNOW, organizados por CaixaBank y Microsoft, son claros ejemplos de esa nueva generación de referentes que se abre paso en las disciplinas STEM. Mujeres dispuestas a derribar estereotipos y contar sus vivencias como estudiantes de carreras STEM para que otras se animen a seguir sus pasos.

Vocación innata (también para ellas)

Entre los estereotipos más extendidos por los que las jóvenes no optan por carreras STEM se encuentra aquel que describe este tipo de carreras como una opción que atrae de manera innata solo a hombres. Sin embargo, la realidad contradice este prejuicio: también las niñas muestran, desde pequeñas, curiosidad y atracción por este tipo de disciplinas. Así se desprende, al menos, de lo que cuentan las ganadoras de los Premios WONNOW desde su propia experiencia.

Carlota Armillas, ingeniera industrial y mecánica ganadora del premio en 2018, siempre tuvo claro que quería ser inventora para ayudar a los demás. Mientras, Natalia Franch, ingeniera informática distinguida con el galardón en 2019, arreglaba por intuición los proyectores de su instituto, y Carlota Parés –ingeniera informática y telemática, ganadora en 2019– demostraba ya de niña una gran curiosidad por los dispositivos electrónicos de su casa.

En el caso de Fátima El Baghdadi, ingeniera mecánica ganadora de los premios en 2019, tenía claro que «quería estudiar algo que no es para chicos, sino para seres humanos». Una decisión que la llevó a obtener su título de ingeniera mecánica, pese a las reticencias iniciales de su entorno y la escasa presencia de mujeres en las aulas de su facultad.

El problema de la identificación

Precisamente la influencia del entorno y la abundancia de estereotipos de género provoca que las niñas tengan dificultades para identificarse con profesiones STEM. «Cuando yo era pequeña, los juguetes eran, por ejemplo, muñecas y cocinitas, mientras que los anuncios de juguetes más científicos como mecanos, pipetas o microscopios solían estar más orientados a un público de chicos», reflexiona Carlota Armillas. «De hecho, en la caja aparecen niños. Lo quieras o no, eso te desanima y son cosas que la sociedad poco a poco te va metiendo en la cabeza».

Para Natalia Franch, «parece que no hay mujeres en sectores como los videojuegos o construcción. Parece que, desde pequeños, nos separan». Ella también destaca la influencia del entorno, que puede hacer que una estudiante desista de elegir una carrera técnica: «Es cierto que el entorno te suele animar a que estudies otro tipo de carreras, bien por miedo, o bien porque es una época complicada en la que no sabes muy bien qué decidir. Todo esto hace que, si no tienes una elección muy clara, acudas a un campo que conoces más y que sabes con seguridad que te va a gustar».

Visibilizar referentes

Otro problema que dificulta la identificación de las mujeres con las profesiones STEM tiene que ver con la escasa visibilidad de los referentes femeninos. «Aunque ha habido muchas mujeres que han contribuido a los avances actuales de la tecnología, sus contribuciones no se han hecho tan públicas como otras realizadas por hombres. Yo creo que esto influye mucho en las niñas a la hora de no verse a sí mismas dentro de estos campos», apunta Carlota Parés.

Otorgar visibilidad a mujeres que puedan servir como referentes es crucial para conseguir que otras logren identificarse con las disciplinas STEM y decidan seguir sus pasos. Y ese es el caso de las ganadoras de los Premios WONNOW, que se han convertido en ejemplos de mujeres que han decidido seguir su vocación y confiado en sus propias habilidades para acceder a profesiones apasionantes.

Gracias a su determinación, todas ellas se han convertido en referentes para muchas otras niñas que muestran su interés por estas disciplinas.

Así las anima a seguir sus pasos Lola Ardura, una de las galardonadas en la última edición y estudiante de Ingeniería Biomédica e Ingeniería de Sistemas de Telecomunicación, con una gran inquietud por aplicar sus conocimientos a ayudar a los demás: «A una futura estudiante le diría que adelante, por supuesto. Se trata de carreras preciosas, con una aplicación muy directa para mejorar el día a día de las personas».

«Si verdaderamente es lo que te gusta, ¿vas a perder la oportunidad de dedicarte a ello y tener una vida feliz por miedo? ¿No merece la pena intentarlo? Hazlo. No pierdes nada», añade Carlota Armillas. Al fin y al cabo, tal y como recuerda Fátima El Baghdadi: «Hay muchas chicas que están luchando por sus sueños, independientemente de la visión que tiene la sociedad sobre el papel de la mujer en el ámbito de las carreras STEM».

Un gran valor para la sociedad

Una mayor inclusión de mujeres en las disciplinas STEM puede aportar importantes valores añadidos a la sociedad. Entre otros, disponer de tecnologías más completas y diversas gracias a la inclusión del punto de vista femenino en su proceso de desarrollo. También contar con una parte importante del talento que, de otro modo, se perdería.

Así lo considera Nora Carreira, ingeniera mecánica ganadora de la tercera edición de los Premios WONNOW: «Si las chicas nos vamos animando a estudiar carreras STEM y a abrirnos paso en este mundo, podremos llegar a hacer grandes cosas».

«Yo espero que, poco a poco, las mujeres se animen y que podamos alcanzar mayor igualdad en este campo», añade Nora. Un punto de vista que comparte Lola Ardura: «Soy optimista, porque sé que muchas compañeras serán futuras líderes y eso ayudará considerablemente a que unas tiremos de otras para estar presentes en este sector», finaliza.

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“La Ingeniería Mecánica no es una carrera de chicos, sino de seres humanos” https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-ingenieria-mecanica-no-es-una-carrera-de-chicos-sino-de-seres-humanos/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-ingenieria-mecanica-no-es-una-carrera-de-chicos-sino-de-seres-humanos/#respond Wed, 03 Feb 2021 07:35:48 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39936

Fátima El Baghdadi sorprendió a sus familiares cuando, un día, les dijo: «Quiero estudiar Ingeniería Mecánica». Y así lo hizo: se mantuvo firme en su propósito y hoy, ya graduada, cursa un Máster de Robótica y Control Automático en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Ella es una de las ganadoras de los Premios WONNOW 2019, que organizan cada año CaixaBank y Microsoft. Desde su experiencia, anima a otras mujeres a estudiar carreras STEM, independientemente de la opinión de su entorno.

¿Cuál es tu experiencia como mujer en el ámbito STEM?

Cuando empecé Ingeniería Mecánica éramos solo dos chicas entre unos 100 alumnos. Y cuando la terminé, éramos solo tres de los 100 graduados de mi promoción. La verdad es que la presencia femenina es muy escasa en este ámbito, sobre todo en las ingenierías. Lo que ocurre es que en Ingeniería Mecánica se nota aún más porque es una carrera tradicionalmente asociada a los hombres. A nivel laboral, también he visto que en los departamentos técnicos suele haber menos chicas que en otras áreas de las empresas.

¿Qué te motivó a dedicarte al ámbito STEM?

Escogí Ingeniería Mecánica porque, cuando empecé a plantearme qué carrera quería estudiar en segundo de bachillerato, dudaba entre Matemáticas o Ingeniería Mecánica. Finalmente me decidí por la ingeniería porque veía que era un reto, no solo para mí sino también para mi familia. En la cultura marroquí, las ingenierías se ven más como estudios para hombres. Así que era una manera de demostrar que, siendo una mujer de origen marroquí, también podía sacar adelante la carrera.

¿Y cómo fue la experiencia de plantear en tu familia que querías estudiar Ingeniería Mecánica?

Cuando quise estudiar Ingeniería Mecánica, mis padres se sorprendieron, al igual que la gente de mi alrededor. Me preguntaban cómo podía ser que quisiera hacer una ingeniería, cuando hay muchos chicos.

Tradicionalmente, las mujeres siempre han optado por otras carreras como Enfermería, Medicina o Biología. Por eso, al sugerir algo tan distinto, me dijeron que tal vez me lo debería replantear. Sin embargo, les respondí: «Es que ya me lo he replanteado y sigo queriendo hacerlo». En mi entorno también asociaban Ingeniería Mecánica con trabajar de mecánico en un taller. Les expliqué que no se trata exactamente de eso, sino que se trata de algo más general, relacionado con el diseño de máquinas. En cualquier caso, aunque se tratara de arreglar coches, tenía claro que, si me gustaba, iría a por ello.

¿Contabas con algún referente cuando decidiste estudiar esta ingeniería?

Lo cierto es que no. He ido conociendo a referentes durante la carrera, básicamente profesores o compañeros con los que competía.

Tampoco sabía lo que me iba a encontrar cuando empecé Ingeniería Mecánica. Sin embargo, quería estudiar esa carrera porque me gusta entender cómo funcionan las cosas. También quería demostrar a mi entorno, como española, mujer y de cultura marroquí, que la Ingeniería Mecánica no es una carrera de chicos, sino para seres humanos.

Actualmente sí tengo referentes, porque he conocido a chicas como yo, distinguidas con los Premios WONNOW, así como a otras personas trabajando en empresas y en la universidad.

¿Qué te han aportado los Premios WONNOW concretamente en este aspecto?

Los premios WONNOW me han dado la oportunidad de conocer otras chicas de carreras STEM que también son competitivas, tienen ganas de aprender y me han servido como referentes. La verdad es que durante la carrera he conocido a muy pocas chicas. Sin embargo, con WONNOW he podido comprobar que no somos tan pocas. Que hay muchas chicas que también están luchando por sus sueños, independientemente de la visión que tiene la sociedad sobre el papel de la mujer en el ámbito de las carreras STEM.

¿Por qué crees que las mujeres se animan en menor medida a estudiar carreras STEM?

En primer lugar, porque la sociedad tiende a juzgar mucho y sobre muchos aspectos. Uno de ellos es el papel de la mujer en el ámbito STEM. Yo creo, en primer lugar, que ese tipo de juicios son una limitación para nosotras, cuando en realidad las mujeres tenemos tanto la personalidad como las capacidades necesarias para poder hacer lo que queramos.

En segundo lugar, si no vemos referentes, es más difícil que nos sintamos vinculadas a una carrera o a un ámbito concreto. Yo creo que estos dos factores son claves para poder promocionar el papel de la mujer en el ámbito STEM.

¿Qué ha supuesto para ti ganar los Premios WONNOW?

Cuando me dijeron que era una de las ganadoras de los Premios WONNOW, la verdad es que fue uno de los mejores momentos de mi vida. Vi que todo el esfuerzo que había desarrollado para sacar adelante mi carrera profesional, académica y personal había dado resultados. Me he sentido valorada y he visto que todo mi esfuerzo ha valido la pena. Además, me ha dado la energía para seguir luchando y continuar con mi carrera tal y como lo he hecho. La verdad es que ha sido mi mejor experiencia a nivel profesional.

¿Cómo crees que está evolucionando la presencia de mujeres en carreras del ámbito STEM?

Yo creo que ha cambiado un poco porque hay diferentes movimientos y personas que están luchando para dar visibilidad a la mujer en el ámbito STEM. Por ejemplo, cuando yo estudiaba la carrera fui a escuelas e institutos a contar mi experiencia y, básicamente, mostrar a los estudiantes que yo podía hacerlo con las capacidades que tengo. Así que, si yo lo puedo hacer, cualquier persona lo puede lograr también.

Yo he visto que actualmente hay más chicas que preguntan sobre las carreras del ámbito STEM que antes. Esto me satisface, porque veo que hay más interés. Creo que en los próximos años habrá más presencia femenina, ya que existe un mayor esfuerzo por dar visibilidad a la mujer en el ámbito STEM.

¿Qué le dirías a una chica de 17 años que se esté planteando estudiar una carrera STEM?

Si quieres estudiar una carrera STEM y, pese a tener muchas dudas, tú sabes qué es lo que realmente te gusta y que quieres probarlo, deberías hacerlo independientemente de lo que te digan los demás o de lo que te diga la familia. Porque, si tú quieres, tendrás las capacidades y también las habilidades para conseguirlo.

Seguramente te encontrarás dificultades y piedras en tu camino. Pero no pasa nada, porque estas piedras harán que seas más fuerte y más competente en el futuro. Así que, si te gusta lo que quieres estudiar, lo primero que tienes que hacer es intentarlo y, después, verás que realmente podrás conseguirlo.

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Fátima El Baghdadi sorprendió a sus familiares cuando, un día, les dijo: «Quiero estudiar Ingeniería Mecánica». Y así lo hizo: se mantuvo firme en su propósito y hoy, ya graduada, cursa un Máster de Robótica y Control Automático en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Ella es una de las ganadoras de los Premios WONNOW 2019, que organizan cada año CaixaBank y Microsoft. Desde su experiencia, anima a otras mujeres a estudiar carreras STEM, independientemente de la opinión de su entorno.

¿Cuál es tu experiencia como mujer en el ámbito STEM?

Cuando empecé Ingeniería Mecánica éramos solo dos chicas entre unos 100 alumnos. Y cuando la terminé, éramos solo tres de los 100 graduados de mi promoción. La verdad es que la presencia femenina es muy escasa en este ámbito, sobre todo en las ingenierías. Lo que ocurre es que en Ingeniería Mecánica se nota aún más porque es una carrera tradicionalmente asociada a los hombres. A nivel laboral, también he visto que en los departamentos técnicos suele haber menos chicas que en otras áreas de las empresas.

¿Qué te motivó a dedicarte al ámbito STEM?

Escogí Ingeniería Mecánica porque, cuando empecé a plantearme qué carrera quería estudiar en segundo de bachillerato, dudaba entre Matemáticas o Ingeniería Mecánica. Finalmente me decidí por la ingeniería porque veía que era un reto, no solo para mí sino también para mi familia. En la cultura marroquí, las ingenierías se ven más como estudios para hombres. Así que era una manera de demostrar que, siendo una mujer de origen marroquí, también podía sacar adelante la carrera.

¿Y cómo fue la experiencia de plantear en tu familia que querías estudiar Ingeniería Mecánica?

Cuando quise estudiar Ingeniería Mecánica, mis padres se sorprendieron, al igual que la gente de mi alrededor. Me preguntaban cómo podía ser que quisiera hacer una ingeniería, cuando hay muchos chicos.

Tradicionalmente, las mujeres siempre han optado por otras carreras como Enfermería, Medicina o Biología. Por eso, al sugerir algo tan distinto, me dijeron que tal vez me lo debería replantear. Sin embargo, les respondí: «Es que ya me lo he replanteado y sigo queriendo hacerlo». En mi entorno también asociaban Ingeniería Mecánica con trabajar de mecánico en un taller. Les expliqué que no se trata exactamente de eso, sino que se trata de algo más general, relacionado con el diseño de máquinas. En cualquier caso, aunque se tratara de arreglar coches, tenía claro que, si me gustaba, iría a por ello.

¿Contabas con algún referente cuando decidiste estudiar esta ingeniería?

Lo cierto es que no. He ido conociendo a referentes durante la carrera, básicamente profesores o compañeros con los que competía.

Tampoco sabía lo que me iba a encontrar cuando empecé Ingeniería Mecánica. Sin embargo, quería estudiar esa carrera porque me gusta entender cómo funcionan las cosas. También quería demostrar a mi entorno, como española, mujer y de cultura marroquí, que la Ingeniería Mecánica no es una carrera de chicos, sino para seres humanos.

Actualmente sí tengo referentes, porque he conocido a chicas como yo, distinguidas con los Premios WONNOW, así como a otras personas trabajando en empresas y en la universidad.

¿Qué te han aportado los Premios WONNOW concretamente en este aspecto?

Los premios WONNOW me han dado la oportunidad de conocer otras chicas de carreras STEM que también son competitivas, tienen ganas de aprender y me han servido como referentes. La verdad es que durante la carrera he conocido a muy pocas chicas. Sin embargo, con WONNOW he podido comprobar que no somos tan pocas. Que hay muchas chicas que también están luchando por sus sueños, independientemente de la visión que tiene la sociedad sobre el papel de la mujer en el ámbito de las carreras STEM.

¿Por qué crees que las mujeres se animan en menor medida a estudiar carreras STEM?

En primer lugar, porque la sociedad tiende a juzgar mucho y sobre muchos aspectos. Uno de ellos es el papel de la mujer en el ámbito STEM. Yo creo, en primer lugar, que ese tipo de juicios son una limitación para nosotras, cuando en realidad las mujeres tenemos tanto la personalidad como las capacidades necesarias para poder hacer lo que queramos.

En segundo lugar, si no vemos referentes, es más difícil que nos sintamos vinculadas a una carrera o a un ámbito concreto. Yo creo que estos dos factores son claves para poder promocionar el papel de la mujer en el ámbito STEM.

¿Qué ha supuesto para ti ganar los Premios WONNOW?

Cuando me dijeron que era una de las ganadoras de los Premios WONNOW, la verdad es que fue uno de los mejores momentos de mi vida. Vi que todo el esfuerzo que había desarrollado para sacar adelante mi carrera profesional, académica y personal había dado resultados. Me he sentido valorada y he visto que todo mi esfuerzo ha valido la pena. Además, me ha dado la energía para seguir luchando y continuar con mi carrera tal y como lo he hecho. La verdad es que ha sido mi mejor experiencia a nivel profesional.

¿Cómo crees que está evolucionando la presencia de mujeres en carreras del ámbito STEM?

Yo creo que ha cambiado un poco porque hay diferentes movimientos y personas que están luchando para dar visibilidad a la mujer en el ámbito STEM. Por ejemplo, cuando yo estudiaba la carrera fui a escuelas e institutos a contar mi experiencia y, básicamente, mostrar a los estudiantes que yo podía hacerlo con las capacidades que tengo. Así que, si yo lo puedo hacer, cualquier persona lo puede lograr también.

Yo he visto que actualmente hay más chicas que preguntan sobre las carreras del ámbito STEM que antes. Esto me satisface, porque veo que hay más interés. Creo que en los próximos años habrá más presencia femenina, ya que existe un mayor esfuerzo por dar visibilidad a la mujer en el ámbito STEM.

¿Qué le dirías a una chica de 17 años que se esté planteando estudiar una carrera STEM?

Si quieres estudiar una carrera STEM y, pese a tener muchas dudas, tú sabes qué es lo que realmente te gusta y que quieres probarlo, deberías hacerlo independientemente de lo que te digan los demás o de lo que te diga la familia. Porque, si tú quieres, tendrás las capacidades y también las habilidades para conseguirlo.

Seguramente te encontrarás dificultades y piedras en tu camino. Pero no pasa nada, porque estas piedras harán que seas más fuerte y más competente en el futuro. Así que, si te gusta lo que quieres estudiar, lo primero que tienes que hacer es intentarlo y, después, verás que realmente podrás conseguirlo.

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“Si eres una chica y sientes que la ingeniería es tu pasión, adelante” https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/si-eres-una-chica-y-sientes-que-la-ingenieria-es-tu-pasion-adelante/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/si-eres-una-chica-y-sientes-que-la-ingenieria-es-tu-pasion-adelante/#respond Thu, 14 Jan 2021 07:19:37 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39836

“Yo quiero ser inventora.” Así de claro lo tenía Carlota Armillas, ingeniera industrial y mecánica, cuando era pequeña. Carlota es una de las ganadoras de los Premios WONNOW 2018, organizados por CaixaBank y Microsoft para potenciar a las mujeres que, como ella, han demostrado excelencia en estudios relacionados con disciplinas STEM.

Para Carlota, es fundamental la organización de este tipo de iniciativas, que permiten visibilizar el papel de las mujeres en ciencia y tecnología, para que se conviertan en referentes de todas aquellas niñas que deseen estudiar carreras STEM en el futuro.

¿Cuándo te diste cuenta de que querías estudiar una ingeniería?

Yo decidí estudiar ingeniería porque desde pequeña me fascinaba poder inventar cosas que ayudasen a los demás y la ingeniería está muy vinculada a esto. Entonces dije: “Yo quiero ser inventora, quiero hacer cosas técnicas que ayuden a crear un futuro mejor y que tengan algún impacto positivo en alguien”. Por eso estudié un doble grado en Ingeniería Industrial y Mecánica.

¿Ha cambiado tu perspectiva sobre tus estudios?

Es cierto que, cuando yo empecé la carrera, tenía unas expectativas determinadas. Tenía ciertas ideas sobre lo que haría después y me preguntaba si esto se cumpliría o no. Afortunadamente, en mi caso se está cumpliendo y por eso estoy contenta.

¿Cómo es la presencia de mujeres en tu ámbito?

Lo cierto es que ganar los Premios WONNOW me abrió puertas a participar en proyectos relacionados con este mundo y me dí cuenta de que había muchas más mujeres trabajando en estas disciplinas de las que yo pensaba.

Antes de ganar el premio, en mi facultad casi todos los estudiantes eran chicos, pero después de ganar el premio, ponerme en contacto con más mujeres trabajando en ciencia, y más tarde irme a Cambridge a estudiar un máster… vi a todas esas mujeres brillantes que trabajan en ciencia y me siento mucho más conectada a ellas. Ya no me siento quizá tan sola como pudiera sentirme antes, sino que tengo la sensación de que somos muchas más en este ámbito.

Aunque es verdad que, en relación con el número de ingenieros, hay menos ingenieras, y muchas menos aún que sean conocidas. Pero poco a poco yo creo que este tipo de iniciativas que tratan de visibilizar las figuras femeninas que trabajan en STEM me hacen sentir más arropada. Y creo que también hay más niñas que se sienten animadas a desarrollar su carrera en este ámbito profesional.

¿Y en tu carrera? ¿Cómo era la presencia de chicas en tus estudios?

Yo estudié un doble grado de Ingeniería en Diseño Industrial e Ingeniería Mecánica y la situación era muy distinta.

En Diseño Industrial, el primer año habría unas 15 o 20 chicas de un total de 60 alumnos. Sin embargo, en Ingeniería Mecánica había unas siete chicas en una clase de 80 o 100 personas. Éramos muy pocas. Eso sí, en el máster que estoy cursando en Cambridge sobre Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, la proporción de mujeres es más elevada, de alrededor del 40 %.

¿Por qué crees que sucede esto?

Creo que hay varios factores que lo explican, sobre todo relacionados con estereotipos y falta de referentes. Si piensas en los referentes que tienen hoy las niñas, te das cuenta de que ellas ven médicos, influencers, modelos o veterinarias, pero no ven ingenieras. Es más complicado que ellas tengan como referente a una arquitecta famosa, aunque se esté tratando de visibilizar más ahora.

Otro problema son los estereotipos ligados a los juguetes. Cuando yo era pequeña, los juguetes eran, por ejemplo, muñecas y cocinitas, mientras los anuncios de juguetes más científicos como mecanos, pipetas o microscopios solían estar más orientados a un público de chicos. De hecho, en la caja aparecen niños. Lo quieras o no, eso te desanima y son cosas que la sociedad poco a poco te va metiendo en la cabeza.

También está la idea de que tú eres chica y la ciencia no es para ti, o la tecnología no es para ti porque cuesta quitártela de la cabeza.

¿Cuáles han sido tus referentes?

Yo vivía con mi madre y, como ella era informática, yo siempre la veía programar y eso se convirtió en algo perfectamente normal para mí. Además, ella me contaba historias de Zaha Hadid, la arquitecta, y me fascinaba lo que hacía. Yo pensaba: “A mí también me gustaría hacer algo así con mi futuro”.

También tuve referentes masculinos como Edison, por ejemplo. A mí me marcó mucho esa figura de un inventor con tanto ingenio y tantas ideas. Yo creo que, por la educación que tuve, no distinguía tanto entre hombres y mujeres. Y, en el instituto, tuve mucha suerte de que mi profesora de matemáticas fuera una mujer que era física. También había muchas profesoras de ciencias y de tecnología. Quizás yo tuve suerte de que en mi colegio pudiera ver a mujeres en todas las áreas, por lo que no sentía que se tratara de cosas exclusivamente para hombres.

¿Por qué te presentaste a los Premios WONNOW?

Me animó uno de mis profesores, Alberto Cerezo. Aunque me parecía muy difícil conseguirlo, él me dijo que mi perfil se ajustaba muy bien al premio y que no perdía nada por intentarlo. Así que me presenté.

Este premio me cambió la vida. No solo fue una recompensa enorme al esfuerzo de tantos años de estar estudiando, sino que también me ha ayudado a abrirme puertas. Gracias a este premio, he podido estudiar el máster que yo quería en la Universidad de Cambridge y puedo dedicarme hoy en día a lo que me gusta, que es la ingeniería en diseño y mecánica, pero orientada al desarrollo sostenible. Por eso estoy muy agradecida de haber conseguido este premio.

Creo que este tipo de iniciativas son muy necesarias, porque ayudan a otras estudiantes de esta rama del ámbito STEM. Ves lo que ha conseguido otra chica y piensas: “Quizás yo también puedo conseguirlo”. Te anima y te hace ver que, si te esfuerzas y sacas buenas notas, quizás puedas conseguir ese premio tú también. Es importante que se vea que las mujeres estamos aquí, trabajando mucho, y que también podemos conseguir medias muy altas, igual que cualquier otra persona.

¿Qué piensas sobre la evolución de la presencia de la mujer en este tipo de ámbitos?

Soy positiva respecto a esto. Hace un par de años tuve la suerte de ser voluntaria en un proyecto STEM. Iba a institutos y trabajaba en talleres, con niñas, para desmontar estereotipos y ayudarles a que sean libres para decidir su carrera profesional. La respuesta que recibí fue muy buena, creo que las niñas ya están empezando a desmontar los estereotipos.

Con todo, algunos se mantienen y escuché algún comentario preocupante como “mi madre no quiere que yo sea criminóloga porque eso es de hombres”. Sin embargo, sí he notado un cambio positivo en la mayoría de las niñas.

¿Qué le dirías a una chica que se esté planteando dedicarse a este ámbito?

Yo le diría: si esto es lo que te gusta y tú sientes que esta es tu pasión, adelante. Las ingenierías son carreras difíciles, pero lo son para todo el mundo. Además, por lo que yo vi, al menos en mi carrera, las chicas solemos sacar mejores notas. Si verdaderamente es lo que te gusta, ¿vas a perder la oportunidad, dedicarte a lo que te gusta y tener una vida feliz por miedo? ¿No merece la pena intentarlo? Hazlo. No pierdes nada.

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“Yo quiero ser inventora.” Así de claro lo tenía Carlota Armillas, ingeniera industrial y mecánica, cuando era pequeña. Carlota es una de las ganadoras de los Premios WONNOW 2018, organizados por CaixaBank y Microsoft para potenciar a las mujeres que, como ella, han demostrado excelencia en estudios relacionados con disciplinas STEM.

Para Carlota, es fundamental la organización de este tipo de iniciativas, que permiten visibilizar el papel de las mujeres en ciencia y tecnología, para que se conviertan en referentes de todas aquellas niñas que deseen estudiar carreras STEM en el futuro.

¿Cuándo te diste cuenta de que querías estudiar una ingeniería?

Yo decidí estudiar ingeniería porque desde pequeña me fascinaba poder inventar cosas que ayudasen a los demás y la ingeniería está muy vinculada a esto. Entonces dije: “Yo quiero ser inventora, quiero hacer cosas técnicas que ayuden a crear un futuro mejor y que tengan algún impacto positivo en alguien”. Por eso estudié un doble grado en Ingeniería Industrial y Mecánica.

¿Ha cambiado tu perspectiva sobre tus estudios?

Es cierto que, cuando yo empecé la carrera, tenía unas expectativas determinadas. Tenía ciertas ideas sobre lo que haría después y me preguntaba si esto se cumpliría o no. Afortunadamente, en mi caso se está cumpliendo y por eso estoy contenta.

¿Cómo es la presencia de mujeres en tu ámbito?

Lo cierto es que ganar los Premios WONNOW me abrió puertas a participar en proyectos relacionados con este mundo y me dí cuenta de que había muchas más mujeres trabajando en estas disciplinas de las que yo pensaba.

Antes de ganar el premio, en mi facultad casi todos los estudiantes eran chicos, pero después de ganar el premio, ponerme en contacto con más mujeres trabajando en ciencia, y más tarde irme a Cambridge a estudiar un máster… vi a todas esas mujeres brillantes que trabajan en ciencia y me siento mucho más conectada a ellas. Ya no me siento quizá tan sola como pudiera sentirme antes, sino que tengo la sensación de que somos muchas más en este ámbito.

Aunque es verdad que, en relación con el número de ingenieros, hay menos ingenieras, y muchas menos aún que sean conocidas. Pero poco a poco yo creo que este tipo de iniciativas que tratan de visibilizar las figuras femeninas que trabajan en STEM me hacen sentir más arropada. Y creo que también hay más niñas que se sienten animadas a desarrollar su carrera en este ámbito profesional.

¿Y en tu carrera? ¿Cómo era la presencia de chicas en tus estudios?

Yo estudié un doble grado de Ingeniería en Diseño Industrial e Ingeniería Mecánica y la situación era muy distinta.

En Diseño Industrial, el primer año habría unas 15 o 20 chicas de un total de 60 alumnos. Sin embargo, en Ingeniería Mecánica había unas siete chicas en una clase de 80 o 100 personas. Éramos muy pocas. Eso sí, en el máster que estoy cursando en Cambridge sobre Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, la proporción de mujeres es más elevada, de alrededor del 40 %.

¿Por qué crees que sucede esto?

Creo que hay varios factores que lo explican, sobre todo relacionados con estereotipos y falta de referentes. Si piensas en los referentes que tienen hoy las niñas, te das cuenta de que ellas ven médicos, influencers, modelos o veterinarias, pero no ven ingenieras. Es más complicado que ellas tengan como referente a una arquitecta famosa, aunque se esté tratando de visibilizar más ahora.

Otro problema son los estereotipos ligados a los juguetes. Cuando yo era pequeña, los juguetes eran, por ejemplo, muñecas y cocinitas, mientras los anuncios de juguetes más científicos como mecanos, pipetas o microscopios solían estar más orientados a un público de chicos. De hecho, en la caja aparecen niños. Lo quieras o no, eso te desanima y son cosas que la sociedad poco a poco te va metiendo en la cabeza.

También está la idea de que tú eres chica y la ciencia no es para ti, o la tecnología no es para ti porque cuesta quitártela de la cabeza.

¿Cuáles han sido tus referentes?

Yo vivía con mi madre y, como ella era informática, yo siempre la veía programar y eso se convirtió en algo perfectamente normal para mí. Además, ella me contaba historias de Zaha Hadid, la arquitecta, y me fascinaba lo que hacía. Yo pensaba: “A mí también me gustaría hacer algo así con mi futuro”.

También tuve referentes masculinos como Edison, por ejemplo. A mí me marcó mucho esa figura de un inventor con tanto ingenio y tantas ideas. Yo creo que, por la educación que tuve, no distinguía tanto entre hombres y mujeres. Y, en el instituto, tuve mucha suerte de que mi profesora de matemáticas fuera una mujer que era física. También había muchas profesoras de ciencias y de tecnología. Quizás yo tuve suerte de que en mi colegio pudiera ver a mujeres en todas las áreas, por lo que no sentía que se tratara de cosas exclusivamente para hombres.

¿Por qué te presentaste a los Premios WONNOW?

Me animó uno de mis profesores, Alberto Cerezo. Aunque me parecía muy difícil conseguirlo, él me dijo que mi perfil se ajustaba muy bien al premio y que no perdía nada por intentarlo. Así que me presenté.

Este premio me cambió la vida. No solo fue una recompensa enorme al esfuerzo de tantos años de estar estudiando, sino que también me ha ayudado a abrirme puertas. Gracias a este premio, he podido estudiar el máster que yo quería en la Universidad de Cambridge y puedo dedicarme hoy en día a lo que me gusta, que es la ingeniería en diseño y mecánica, pero orientada al desarrollo sostenible. Por eso estoy muy agradecida de haber conseguido este premio.

Creo que este tipo de iniciativas son muy necesarias, porque ayudan a otras estudiantes de esta rama del ámbito STEM. Ves lo que ha conseguido otra chica y piensas: “Quizás yo también puedo conseguirlo”. Te anima y te hace ver que, si te esfuerzas y sacas buenas notas, quizás puedas conseguir ese premio tú también. Es importante que se vea que las mujeres estamos aquí, trabajando mucho, y que también podemos conseguir medias muy altas, igual que cualquier otra persona.

¿Qué piensas sobre la evolución de la presencia de la mujer en este tipo de ámbitos?

Soy positiva respecto a esto. Hace un par de años tuve la suerte de ser voluntaria en un proyecto STEM. Iba a institutos y trabajaba en talleres, con niñas, para desmontar estereotipos y ayudarles a que sean libres para decidir su carrera profesional. La respuesta que recibí fue muy buena, creo que las niñas ya están empezando a desmontar los estereotipos.

Con todo, algunos se mantienen y escuché algún comentario preocupante como “mi madre no quiere que yo sea criminóloga porque eso es de hombres”. Sin embargo, sí he notado un cambio positivo en la mayoría de las niñas.

¿Qué le dirías a una chica que se esté planteando dedicarse a este ámbito?

Yo le diría: si esto es lo que te gusta y tú sientes que esta es tu pasión, adelante. Las ingenierías son carreras difíciles, pero lo son para todo el mundo. Además, por lo que yo vi, al menos en mi carrera, las chicas solemos sacar mejores notas. Si verdaderamente es lo que te gusta, ¿vas a perder la oportunidad, dedicarte a lo que te gusta y tener una vida feliz por miedo? ¿No merece la pena intentarlo? Hazlo. No pierdes nada.

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“Es necesario incentivar la presencia de mujeres en tecnología” https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/es-necesario-incentivar-la-presencia-de-mujeres-en-tecnologia/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/es-necesario-incentivar-la-presencia-de-mujeres-en-tecnologia/#respond Tue, 05 Jan 2021 15:57:39 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39808

Carlota Parés, una de las ganadoras de los Premios WONNOW de 2019 otorgados por CaixaBank y Microsoft, ha mostrado un gran interés por la tecnología desde niña. Este afán la llevó, con el tiempo, a estudiar un doble grado en Ingeniería Telemática e Ingeniería Informática en La Salle Universidad Ramon Llull. Tras trabajar en el Departamento de Ciberseguridad de CaixaBank, próximamente se trasladará a los Estados Unidos para cursar estudios de posgrado. Su experiencia ha sido muy positiva, por eso anima a otras mujeres a estudiar este tipo de disciplinas sin dejarse desanimar por los estereotipos de género.

¿Cómo decidiste que querías estudiar una carrera tecnológica?

Mi inquietud por la tecnología empezó cuando era pequeña. Desde que tenía unos cinco años, ya desmontaba los dispositivos electrónicos que tenía en casa —tanto los que no funcionaban como los que sí lo hacían— para ver cómo estaban hechos por dentro. También he tenido un ordenador y videojuegos desde que era muy pequeña, y creo que todo eso es lo que me ha impulsado a realizar una carrera tecnológica.

Tu visión acerca de las carreras tecnológicas, ¿ha cambiado después de haber cursado los estudios?

La visión que tengo de la tecnología después de haber estudiado este doble grado creo que ha cambiado, sí, pero lo ha hecho para bien. Haber aprendido sobre este campo, que tanto me gusta, me hace querer seguir estudiando aún más ahora. De hecho, tengo la intención de realizar un máster.

¿Cómo es la presencia de las mujeres en tu carrera?

La verdad es que somos muy pocas. En ocasiones, yo era la única chica en una clase de 40 o más estudiantes. Tampoco han sido muchas las profesoras que he tenido en mi carrera; en realidad, suponían un porcentaje muy bajo del profesorado. Aun así, en clase siempre me he sentido como una más y para mí no había diferencias con mis compañeros.

¿A qué crees que se debe esta situación?

El hecho de que no haya tantas mujeres en estos campos creo que viene dado porque desde que somos pequeñas hay un estigma que señala que son carreras para chicos. También creo que existen referentes femeninos, pero que no se les da la suficiente visibilidad. Aunque ha habido muchas mujeres que han contribuido a los avances actuales de la tecnología, sus contribuciones no se han hecho tan públicas como otras realizadas por hombres. Yo creo que esto influye mucho a las niñas a la hora de no verse a sí mismas dentro de estos campos.

¿Cuáles han sido tus referentes?

En mi caso, no he tenido ningún referente científico y tecnológico en especial. Comencé a estudiar la carrera de ingeniería simplemente porque me gustaba, no porque quisiera seguir los pasos de nadie. De hecho, quise seguir mi propio camino y descubrir realmente si eso era lo que me gustaba.

¿Cómo conociste los Premios WONNOW?

Conocí los Premios WONNOW a través de un correo electrónico que recibí de la universidad. Vi un poco en qué consistían, consulté las participantes de la edición anterior y comprobé que eran unas estudiantes brillantes. Eso me animó a participar en la edición de 2019.

¿Sentiste cierta responsabilidad por presentarte y poder convertirte en referente de otras chicas?

En realidad, no, porque al fin y al cabo postularse para estos premios es un acto voluntario. Sin embargo, sí que me llamaron mucho la atención, porque son una contribución de dos empresas muy importantes —como son CaixaBank y Microsoft— a la hora de equilibrar el número de mujeres y hombres en estas carreras tecnológicas. Así que lo vi como una oportunidad para mostrar a las niñas y jóvenes que quieran realizar estudios tecnológicos que nosotras también existimos en este ámbito. Hay mujeres en estas carreras y podemos ser igual o mejores que nuestros compañeros.

¿Qué supuso para ti conseguir el premio?

Para mí supone un reconocimiento a mi trayectoria y creo que es un honor haberlo recibido de la mano de empresas como CaixaBank y Microsoft. Creo que, en parte, me ha ayudado a obtener la beca que me permitirá continuar con mis estudios en los Estados Unidos. En cuanto a la beca remunerada asociada al premio, para mí es un honor también comenzar mi vida laboral dentro de una empresa como CaixaBank y en un departamento como el de Ciberseguridad. Ver cómo funciona desde dentro y ver cómo una empresa tan puntera resuelve sus problemas del día a día es una gran oportunidad.

¿Cómo crees que evolucionará la presencia de mujeres en tu ámbito?

Me gustaría ser positiva y pensar que la proporción de mujeres en carreras tecnológicas va a cambiar. Sin embargo, por lo que he podido ver en los cursos que van detrás del mío, la proporción sigue siendo similar, así que creo que queda mucho trabajo por hacer. Por eso creo que los premios y otros incentivos que motiven a las chicas a estudiar estas carreras son muy importantes para corregir esta desproporción.

¿Qué le dirías a una chica de 18 años que se plantea estudiar una carrera como la tuya?

Yo le diría que no lo dude ni un segundo, que nunca se va a arrepentir de haber escogido una carrera del ámbito STEM. En mi caso, creo que ha sido la mejor decisión que he tomado, me ha enganchado desde el primer momento. Para mí es un placer poder aprender cada día más sobre el ámbito tecnológico y, en mi caso, sobre la ingeniería.

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Carlota Parés, una de las ganadoras de los Premios WONNOW de 2019 otorgados por CaixaBank y Microsoft, ha mostrado un gran interés por la tecnología desde niña. Este afán la llevó, con el tiempo, a estudiar un doble grado en Ingeniería Telemática e Ingeniería Informática en La Salle Universidad Ramon Llull. Tras trabajar en el Departamento de Ciberseguridad de CaixaBank, próximamente se trasladará a los Estados Unidos para cursar estudios de posgrado. Su experiencia ha sido muy positiva, por eso anima a otras mujeres a estudiar este tipo de disciplinas sin dejarse desanimar por los estereotipos de género.

¿Cómo decidiste que querías estudiar una carrera tecnológica?

Mi inquietud por la tecnología empezó cuando era pequeña. Desde que tenía unos cinco años, ya desmontaba los dispositivos electrónicos que tenía en casa —tanto los que no funcionaban como los que sí lo hacían— para ver cómo estaban hechos por dentro. También he tenido un ordenador y videojuegos desde que era muy pequeña, y creo que todo eso es lo que me ha impulsado a realizar una carrera tecnológica.

Tu visión acerca de las carreras tecnológicas, ¿ha cambiado después de haber cursado los estudios?

La visión que tengo de la tecnología después de haber estudiado este doble grado creo que ha cambiado, sí, pero lo ha hecho para bien. Haber aprendido sobre este campo, que tanto me gusta, me hace querer seguir estudiando aún más ahora. De hecho, tengo la intención de realizar un máster.

¿Cómo es la presencia de las mujeres en tu carrera?

La verdad es que somos muy pocas. En ocasiones, yo era la única chica en una clase de 40 o más estudiantes. Tampoco han sido muchas las profesoras que he tenido en mi carrera; en realidad, suponían un porcentaje muy bajo del profesorado. Aun así, en clase siempre me he sentido como una más y para mí no había diferencias con mis compañeros.

¿A qué crees que se debe esta situación?

El hecho de que no haya tantas mujeres en estos campos creo que viene dado porque desde que somos pequeñas hay un estigma que señala que son carreras para chicos. También creo que existen referentes femeninos, pero que no se les da la suficiente visibilidad. Aunque ha habido muchas mujeres que han contribuido a los avances actuales de la tecnología, sus contribuciones no se han hecho tan públicas como otras realizadas por hombres. Yo creo que esto influye mucho a las niñas a la hora de no verse a sí mismas dentro de estos campos.

¿Cuáles han sido tus referentes?

En mi caso, no he tenido ningún referente científico y tecnológico en especial. Comencé a estudiar la carrera de ingeniería simplemente porque me gustaba, no porque quisiera seguir los pasos de nadie. De hecho, quise seguir mi propio camino y descubrir realmente si eso era lo que me gustaba.

¿Cómo conociste los Premios WONNOW?

Conocí los Premios WONNOW a través de un correo electrónico que recibí de la universidad. Vi un poco en qué consistían, consulté las participantes de la edición anterior y comprobé que eran unas estudiantes brillantes. Eso me animó a participar en la edición de 2019.

¿Sentiste cierta responsabilidad por presentarte y poder convertirte en referente de otras chicas?

En realidad, no, porque al fin y al cabo postularse para estos premios es un acto voluntario. Sin embargo, sí que me llamaron mucho la atención, porque son una contribución de dos empresas muy importantes —como son CaixaBank y Microsoft— a la hora de equilibrar el número de mujeres y hombres en estas carreras tecnológicas. Así que lo vi como una oportunidad para mostrar a las niñas y jóvenes que quieran realizar estudios tecnológicos que nosotras también existimos en este ámbito. Hay mujeres en estas carreras y podemos ser igual o mejores que nuestros compañeros.

¿Qué supuso para ti conseguir el premio?

Para mí supone un reconocimiento a mi trayectoria y creo que es un honor haberlo recibido de la mano de empresas como CaixaBank y Microsoft. Creo que, en parte, me ha ayudado a obtener la beca que me permitirá continuar con mis estudios en los Estados Unidos. En cuanto a la beca remunerada asociada al premio, para mí es un honor también comenzar mi vida laboral dentro de una empresa como CaixaBank y en un departamento como el de Ciberseguridad. Ver cómo funciona desde dentro y ver cómo una empresa tan puntera resuelve sus problemas del día a día es una gran oportunidad.

¿Cómo crees que evolucionará la presencia de mujeres en tu ámbito?

Me gustaría ser positiva y pensar que la proporción de mujeres en carreras tecnológicas va a cambiar. Sin embargo, por lo que he podido ver en los cursos que van detrás del mío, la proporción sigue siendo similar, así que creo que queda mucho trabajo por hacer. Por eso creo que los premios y otros incentivos que motiven a las chicas a estudiar estas carreras son muy importantes para corregir esta desproporción.

¿Qué le dirías a una chica de 18 años que se plantea estudiar una carrera como la tuya?

Yo le diría que no lo dude ni un segundo, que nunca se va a arrepentir de haber escogido una carrera del ámbito STEM. En mi caso, creo que ha sido la mejor decisión que he tomado, me ha enganchado desde el primer momento. Para mí es un placer poder aprender cada día más sobre el ámbito tecnológico y, en mi caso, sobre la ingeniería.

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“Faltan referentes femeninos en ingeniería, pero soy optimista” https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/faltan-referentes-femeninos-en-ingenieria-pero-soy-optimista/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/faltan-referentes-femeninos-en-ingenieria-pero-soy-optimista/#respond Mon, 28 Dec 2020 07:25:13 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=39782

Pese a que no siempre se relacionan estas disciplinas, hay muchos tecnólogos que son grandes humanistas. Personas que buscan siempre el bien de los demás a la hora de enfocar su trabajo. Este es el caso de Lola Ardura, estudiante de Ingeniería Biomédica e Ingeniería de Sistemas de Telecomunicación en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, que aspira a ayudar en el futuro a muchas personas.

Lola cursa ya su último año y ha resultado ganadora de la III Edición de los Premios WONNOW que otorgan CaixaBank y Microsoft para contribuir a la visibilización de mujeres estudiantes de disciplinas STEM. Esta futura ingeniera destaca la importancia de que haya mujeres referentes en el ámbito tecnológico y científico para animar a las jóvenes a decantarse por este tipo de carreras.

¿Cómo surgió tu interés por este ámbito de estudio?

Mi interés por el ámbito tecnológico surgió cuando era pequeña. Tanto mi padre como mi madre son ingenieros, por eso en mi casa la tecnología siempre ha estado muy presente. Eso, junto a mi curiosidad y mis ganas de aprender, es lo que me ha llevado a elegir estos estudios.

Entonces, has contado con referentes directos dentro de tu familia.

Tanto mi padre como mi madre han tenido muchísima influencia, pero lo cierto es que también mi tía es ingeniera, así como lo eran mi abuelo y mi abuela. Así que sí, me viene de familia y, además, he contado con referentes femeninos dentro de ella.

¿Por qué elegiste estos estudios?

Siempre he tenido la inquietud de ayudar a los demás con mi trabajo. Creo que es muy importante, cuando enfocas a qué te quieres dedicar, tener presente esa posibilidad de aportar algo a la vida de los demás. Creo que eso es lo que más nos realiza como seres humanos y me encantaría poder ayudar con mi trabajo a aquellas personas que no tienen la misma suerte que yo.

Me considero una privilegiada y creo que no me he ganado todo lo que tengo. Por eso pienso que es mi deber devolver con mi trabajo parte de esa suerte al máximo número de personas posible.

¿Y qué crees que puede aportar tu carrera en este sentido a la sociedad?

Creo que mi carrera puede aportar muchas cosas. En lo referente a las telecomunicaciones, es evidente que vivimos cada día más conectados y, gracias a ellas, podemos estrechar lazos aunque estemos separados por largas distancias.

Por otro lado, la Ingeniería Biomédica puede aportar importantes avances a nivel clínico, tanto en diagnóstico como a la hora de mejorar la vida de los pacientes. Desde una diagnosis más sencilla y rápida a intervenciones más seguras o el desarrollo de facilidades para que su día a día sea más cómodo.

¿Cómo ves la presencia de mujeres en tu ámbito de estudios?

La presencia de mujeres en ingenierías no es muy común. Tal vez es un poco mayor en Ingeniería Biomédica, probablemente porque es más habitual ver mujeres médicas. Sin embargo, en Telecomunicaciones es muy escasa. Yo creo que esto se debe a una falta de fomento cuando somos pequeñas, porque en realidad son carreras que las mujeres podemos desarrollar perfectamente.

Aunque no ha sido tu caso, ¿crees que la falta de referentes femeninos puede tener algo que ver con esta realidad?

Sí, creo que la escasa presencia de mujeres en estas ramas se debe a la falta de referentes femeninos. No sé si se debe a estereotipos o a cierta trayectoria histórica, pero es fundamental que haya más y también que se inculque a las niñas desde que son pequeñas que las mujeres también pueden participar de la tecnología.

Tenemos capacidad de sobra para aportar a este ámbito aquello que, tal vez, hasta ahora no se haya estado aportando precisamente a causa de una exclusión motivada por falta de motivación.

¿Hacia dónde te gustaría orientarte en un futuro?

Precisamente ahora que estoy terminando mis estudios tengo muchas dudas sobre cómo orientar mi futuro. En principio, el año que viene me gustaría estudiar un Máster en Bioelectrónica en Suiza.

Después desearía trabajar en un ámbito retador intelectualmente y, como comentaba anteriormente, que tenga como últimas beneficiarias a las personas para que me permita ayudar a mejorar su día a día.

¿Cómo ves el futuro de la mujer en el ámbito científico y tecnológico?

La verdad es que soy muy positiva. Creo que cada vez hay menos estereotipos y que habrá más mujeres consagradas que sirvan como referentes. Así que pienso que, poco a poco, se podrá corregir esa ausencia de mujeres en estos ámbitos. Para eso es fundamental que otras mujeres sirvan de ejemplo e inspiración a las que vienen detrás.

Soy optimista, porque sé que muchas compañeras serán futuras líderes y eso ayudará considerablemente a que unas tiremos de otras para estar presentes en este sector.

¿Qué le dirías a una chica que se esté planteando estudiar una carrera del ámbito científico-tecnológico?

A una futura estudiante le diría que adelante, por supuesto. Se trata de carreras preciosas, con una aplicación muy directa para mejorar el día a día de las personas.

Las carreras técnicas tienen cierta dificultad y requieren esfuerzo, pero, si una chica tiene vocación para estudiarlas, no debe dejarse asustar porque podrá perfectamente con ellas. No solo eso: además –literalmente–, tendrá la oportunidad de cambiar el mundo y hacerlo un poquito mejor. Así que yo le doy todo mi ánimo e incluso mi ayuda, si la necesita.

¿Qué ha significado para ti ganar los Premios WONNOW?

Me enteré de su existencia por mi universidad y también por mi tía. Me pareció una iniciativa excelente para dar visibilidad a mujeres presentes en este tipo de carreras. Como llevaba una trayectoria académica bastante buena, me animé a intentarlo. No tenía grandes esperanzas de resultar ganadora, así que creo que todavía no lo he asimilado muy bien.

Recibir estos premios ha supuesto un impulso enorme para poder continuar el año que viene con mi formación. También, una recompensa a todo el trabajo que estoy realizando. Es una señal de que lo estoy haciendo bien y solo puedo dar las gracias por ello.

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Pese a que no siempre se relacionan estas disciplinas, hay muchos tecnólogos que son grandes humanistas. Personas que buscan siempre el bien de los demás a la hora de enfocar su trabajo. Este es el caso de Lola Ardura, estudiante de Ingeniería Biomédica e Ingeniería de Sistemas de Telecomunicación en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, que aspira a ayudar en el futuro a muchas personas.

Lola cursa ya su último año y ha resultado ganadora de la III Edición de los Premios WONNOW que otorgan CaixaBank y Microsoft para contribuir a la visibilización de mujeres estudiantes de disciplinas STEM. Esta futura ingeniera destaca la importancia de que haya mujeres referentes en el ámbito tecnológico y científico para animar a las jóvenes a decantarse por este tipo de carreras.

¿Cómo surgió tu interés por este ámbito de estudio?

Mi interés por el ámbito tecnológico surgió cuando era pequeña. Tanto mi padre como mi madre son ingenieros, por eso en mi casa la tecnología siempre ha estado muy presente. Eso, junto a mi curiosidad y mis ganas de aprender, es lo que me ha llevado a elegir estos estudios.

Entonces, has contado con referentes directos dentro de tu familia.

Tanto mi padre como mi madre han tenido muchísima influencia, pero lo cierto es que también mi tía es ingeniera, así como lo eran mi abuelo y mi abuela. Así que sí, me viene de familia y, además, he contado con referentes femeninos dentro de ella.

¿Por qué elegiste estos estudios?

Siempre he tenido la inquietud de ayudar a los demás con mi trabajo. Creo que es muy importante, cuando enfocas a qué te quieres dedicar, tener presente esa posibilidad de aportar algo a la vida de los demás. Creo que eso es lo que más nos realiza como seres humanos y me encantaría poder ayudar con mi trabajo a aquellas personas que no tienen la misma suerte que yo.

Me considero una privilegiada y creo que no me he ganado todo lo que tengo. Por eso pienso que es mi deber devolver con mi trabajo parte de esa suerte al máximo número de personas posible.

¿Y qué crees que puede aportar tu carrera en este sentido a la sociedad?

Creo que mi carrera puede aportar muchas cosas. En lo referente a las telecomunicaciones, es evidente que vivimos cada día más conectados y, gracias a ellas, podemos estrechar lazos aunque estemos separados por largas distancias.

Por otro lado, la Ingeniería Biomédica puede aportar importantes avances a nivel clínico, tanto en diagnóstico como a la hora de mejorar la vida de los pacientes. Desde una diagnosis más sencilla y rápida a intervenciones más seguras o el desarrollo de facilidades para que su día a día sea más cómodo.

¿Cómo ves la presencia de mujeres en tu ámbito de estudios?

La presencia de mujeres en ingenierías no es muy común. Tal vez es un poco mayor en Ingeniería Biomédica, probablemente porque es más habitual ver mujeres médicas. Sin embargo, en Telecomunicaciones es muy escasa. Yo creo que esto se debe a una falta de fomento cuando somos pequeñas, porque en realidad son carreras que las mujeres podemos desarrollar perfectamente.

Aunque no ha sido tu caso, ¿crees que la falta de referentes femeninos puede tener algo que ver con esta realidad?

Sí, creo que la escasa presencia de mujeres en estas ramas se debe a la falta de referentes femeninos. No sé si se debe a estereotipos o a cierta trayectoria histórica, pero es fundamental que haya más y también que se inculque a las niñas desde que son pequeñas que las mujeres también pueden participar de la tecnología.

Tenemos capacidad de sobra para aportar a este ámbito aquello que, tal vez, hasta ahora no se haya estado aportando precisamente a causa de una exclusión motivada por falta de motivación.

¿Hacia dónde te gustaría orientarte en un futuro?

Precisamente ahora que estoy terminando mis estudios tengo muchas dudas sobre cómo orientar mi futuro. En principio, el año que viene me gustaría estudiar un Máster en Bioelectrónica en Suiza.

Después desearía trabajar en un ámbito retador intelectualmente y, como comentaba anteriormente, que tenga como últimas beneficiarias a las personas para que me permita ayudar a mejorar su día a día.

¿Cómo ves el futuro de la mujer en el ámbito científico y tecnológico?

La verdad es que soy muy positiva. Creo que cada vez hay menos estereotipos y que habrá más mujeres consagradas que sirvan como referentes. Así que pienso que, poco a poco, se podrá corregir esa ausencia de mujeres en estos ámbitos. Para eso es fundamental que otras mujeres sirvan de ejemplo e inspiración a las que vienen detrás.

Soy optimista, porque sé que muchas compañeras serán futuras líderes y eso ayudará considerablemente a que unas tiremos de otras para estar presentes en este sector.

¿Qué le dirías a una chica que se esté planteando estudiar una carrera del ámbito científico-tecnológico?

A una futura estudiante le diría que adelante, por supuesto. Se trata de carreras preciosas, con una aplicación muy directa para mejorar el día a día de las personas.

Las carreras técnicas tienen cierta dificultad y requieren esfuerzo, pero, si una chica tiene vocación para estudiarlas, no debe dejarse asustar porque podrá perfectamente con ellas. No solo eso: además –literalmente–, tendrá la oportunidad de cambiar el mundo y hacerlo un poquito mejor. Así que yo le doy todo mi ánimo e incluso mi ayuda, si la necesita.

¿Qué ha significado para ti ganar los Premios WONNOW?

Me enteré de su existencia por mi universidad y también por mi tía. Me pareció una iniciativa excelente para dar visibilidad a mujeres presentes en este tipo de carreras. Como llevaba una trayectoria académica bastante buena, me animé a intentarlo. No tenía grandes esperanzas de resultar ganadora, así que creo que todavía no lo he asimilado muy bien.

Recibir estos premios ha supuesto un impulso enorme para poder continuar el año que viene con mi formación. También, una recompensa a todo el trabajo que estoy realizando. Es una señal de que lo estoy haciendo bien y solo puedo dar las gracias por ello.

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La solución que predice el comportamiento del terreno en una obra https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-solucion-que-predice-el-comportamiento-del-terreno-en-una-obra/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/la-solucion-que-predice-el-comportamiento-del-terreno-en-una-obra/#respond Mon, 13 Jul 2020 12:50:39 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=37782

Uno de los principales retos de la construcción consiste en saber cómo se comportará el terreno durante una obra. Este conocimiento es especialmente importante no solo para ahorrar costes en materiales y tiempos derivados de imprevistos, sino también para mantener la seguridad de los trabajadores mientras se ejecuta el proyecto.

Cristian de Santos es el CEO y uno de los fundadores de Saalg Geomechanics, una start-up distinguida en la fase sectorial de la 13.a edición de los Premios EmprendedorXXI, que promueve CaixaBank, en la categoría Prop Tech. La empresa ofrece una solución basada en el análisis de datos geotécnicos que permite predecir ese riesgo. Así nos lo explica este directivo.

¿En qué momento se os ocurrió que poner en marcha Saalg Electromechanics podía ser una buena idea?

La idea surgió mientras hacíamos el doctorado en la universidad. Ignasi y yo somos unos apasionados de la tecnología y la ciencia, pero, también, siempre nos ha gustado tener contacto con la industria. Por eso detectamos una necesidad dentro del sector de la construcción que la misma tecnología que estábamos desarrollando en la universidad tenía la posibilidad de solventar. Y ahí es cuando nació Saalg Geomechanics.

Pretendemos hacer de la construcción un sector más eficiente, sostenible y seguro a partir del análisis geotécnico de los datos en la obra. Para hacerlo, comercializamos soluciones digitales que nos permiten comprender cómo se va a comportar el terreno durante todo el ciclo de una excavación o de un proceso constructivo.

La crisis de la COVID-19 ha supuesto un parón sin precedentes para buena parte de la economía. ¿Cómo ha afectado en particular a una empresa de vuestras características?

A pesar de las dificultades que ha traído la crisis de la COVID-19, en Saalg Geomechanics hemos intentado aprovechar la parte positiva de la situación y desarrollar conceptos que, sin un periodo de congelación de la economía, no hubiéramos sido capaces de estudiar.

Por ejemplo, hemos desarrollado nuevas funcionalidades y módulos para nuestra plataforma que nos aproximan más al cliente y nos permiten ofrecer una venta más digital, menos centrada en proyectos que exigen un mayor esfuerzo.

Desde Saalg Geomechanics comercializáis Daarwin, una plataforma pionera en predicción de riesgos geotécnicos. ¿En qué consiste?

Daarwin es la primera plataforma basada en algoritmos de machine learning que nos permiten combinar modelos numéricos con datos de instrumentación geotécnica para predecir el comportamiento real del terreno durante todo el ciclo de ejecución de una obra. Gracias a Daarwin, somos capaces de validar los diseños y detectar cualquier inestabilidad durante la ejecución de las obras, así como optimizar tanto el diseño como el procedimiento constructivo durante la ejecución de la obra.

¿Cuáles son los principales retos que os habéis encontrado a la hora de desarrollar vuestra plataforma?

Desde el inicio de Saalg Geomechanics, uno de los mayores retos que hemos afrontado no tiene tanto que ver con el desarrollo y la implementación de una solución tecnológica, sino con el hecho de cambiar la manera de construir que se ha ido desarrollando durante los últimos cincuenta años. Ese cambio de paradigma en la construcción es el gran desafío que tenemos por delante.

¿Qué repercusiones puede tener una gestión errónea del riesgo geotécnico en este tipo de proyectos?

Actualmente, más del 30% de los grandes proyectos de infraestructuras sufren desviaciones debidas al desconocimiento del comportamiento del terreno. Nosotros ofrecemos una tecnología que permite entender cómo se va a comportar, algo que permite reducir tanto el volumen de material como el tiempo de ejecución de la obra, al mismo tiempo que se aumenta la seguridad.

En uno de los proyectos en los que hemos implementado nuestra tecnología, hemos sido capaces de reducir un 30% el coste de una de las fases de excavación.

¿Y cómo puede contribuir a optimizar las obras vuestra solución?

Aunque el sector de la construcción actual es capaz de levantar prácticamente cualquier cosa —islas artificiales, ciudades en el desierto, líneas de metro…—, en la mayor parte de los proyectos o se pierde dinero o se paga de más, tanto desde el punto de vista medioambiental como desde el financiero. Gran parte del problema es que en la fase de diseño se desconoce cómo se va a comportar el terreno. Como consecuencia, la mayoría de los proyectos están sobredimensionados y ocurren retrasos durante la ejecución de la obra. En el peor de los casos, incluso puede aparecer un colapso. Todo esto es lo que pretendemos evitar gracias a Daarwin.

 

En el ámbito medioambiental, ¿cómo se puede beneficiar el entorno del empleo de herramientas como Daarwin?

Actualmente, la industria de la edificación y las infraestructuras es responsable de más del 39% de las emisiones de CO2. Básicamente, proceden del material, del uso de la maquinaria y de la ejecución de la obra. Con Daarwin pretendemos reducir la cantidad de material y el tiempo necesarios para llevar a cabo el proyecto y, así, lograr un impacto positivo gracias a una ingeniería mucho más eficiente.

En el ámbito de los riesgos laborales, ¿qué ventajas puede aportar Daarwin?

Gracias al análisis de los datos geotécnicos que efectúa Daarwin en tiempo real, buscamos detectar inestabilidades o comportamientos anómalos. Esto nos permite mantener un entorno mucho más seguro en las obras.

No queremos que haya colapsos: lo que queremos es que las obras sean mucho más seguras para todos.

¿Cuáles son vuestros planes para esta plataforma?

Nuestra visión es que Daarwin se convierta en el estándar de las plataformas de previsión geotécnica, que nos permita hacer evolucionar los proyectos durante la ejecución de las obras. No buscamos una construcción estática, sino que los proyectos evolucionen desde el inicio y hasta el final.

¿Qué significa para vosotros haber ganado la fase sectorial de los Premios EmprendedorXXI?

Como emprendedores, una de las mayores dificultades que observamos es alcanzar visibilidad. Gracias a los Premios EmprendedorXXI, la hemos conseguido; para nosotros, han representado un auténtico trampolín que nos ha permitido darnos a conocer. Con esta distinción, no solo hemos conseguido apoyo económico, sino también el reconocimiento de todo el universo start-up del país.

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Uno de los principales retos de la construcción consiste en saber cómo se comportará el terreno durante una obra. Este conocimiento es especialmente importante no solo para ahorrar costes en materiales y tiempos derivados de imprevistos, sino también para mantener la seguridad de los trabajadores mientras se ejecuta el proyecto.

Cristian de Santos es el CEO y uno de los fundadores de Saalg Geomechanics, una start-up distinguida en la fase sectorial de la 13.a edición de los Premios EmprendedorXXI, que promueve CaixaBank, en la categoría Prop Tech. La empresa ofrece una solución basada en el análisis de datos geotécnicos que permite predecir ese riesgo. Así nos lo explica este directivo.

¿En qué momento se os ocurrió que poner en marcha Saalg Electromechanics podía ser una buena idea?

La idea surgió mientras hacíamos el doctorado en la universidad. Ignasi y yo somos unos apasionados de la tecnología y la ciencia, pero, también, siempre nos ha gustado tener contacto con la industria. Por eso detectamos una necesidad dentro del sector de la construcción que la misma tecnología que estábamos desarrollando en la universidad tenía la posibilidad de solventar. Y ahí es cuando nació Saalg Geomechanics.

Pretendemos hacer de la construcción un sector más eficiente, sostenible y seguro a partir del análisis geotécnico de los datos en la obra. Para hacerlo, comercializamos soluciones digitales que nos permiten comprender cómo se va a comportar el terreno durante todo el ciclo de una excavación o de un proceso constructivo.

La crisis de la COVID-19 ha supuesto un parón sin precedentes para buena parte de la economía. ¿Cómo ha afectado en particular a una empresa de vuestras características?

A pesar de las dificultades que ha traído la crisis de la COVID-19, en Saalg Geomechanics hemos intentado aprovechar la parte positiva de la situación y desarrollar conceptos que, sin un periodo de congelación de la economía, no hubiéramos sido capaces de estudiar.

Por ejemplo, hemos desarrollado nuevas funcionalidades y módulos para nuestra plataforma que nos aproximan más al cliente y nos permiten ofrecer una venta más digital, menos centrada en proyectos que exigen un mayor esfuerzo.

Desde Saalg Geomechanics comercializáis Daarwin, una plataforma pionera en predicción de riesgos geotécnicos. ¿En qué consiste?

Daarwin es la primera plataforma basada en algoritmos de machine learning que nos permiten combinar modelos numéricos con datos de instrumentación geotécnica para predecir el comportamiento real del terreno durante todo el ciclo de ejecución de una obra. Gracias a Daarwin, somos capaces de validar los diseños y detectar cualquier inestabilidad durante la ejecución de las obras, así como optimizar tanto el diseño como el procedimiento constructivo durante la ejecución de la obra.

¿Cuáles son los principales retos que os habéis encontrado a la hora de desarrollar vuestra plataforma?

Desde el inicio de Saalg Geomechanics, uno de los mayores retos que hemos afrontado no tiene tanto que ver con el desarrollo y la implementación de una solución tecnológica, sino con el hecho de cambiar la manera de construir que se ha ido desarrollando durante los últimos cincuenta años. Ese cambio de paradigma en la construcción es el gran desafío que tenemos por delante.

¿Qué repercusiones puede tener una gestión errónea del riesgo geotécnico en este tipo de proyectos?

Actualmente, más del 30% de los grandes proyectos de infraestructuras sufren desviaciones debidas al desconocimiento del comportamiento del terreno. Nosotros ofrecemos una tecnología que permite entender cómo se va a comportar, algo que permite reducir tanto el volumen de material como el tiempo de ejecución de la obra, al mismo tiempo que se aumenta la seguridad.

En uno de los proyectos en los que hemos implementado nuestra tecnología, hemos sido capaces de reducir un 30% el coste de una de las fases de excavación.

¿Y cómo puede contribuir a optimizar las obras vuestra solución?

Aunque el sector de la construcción actual es capaz de levantar prácticamente cualquier cosa —islas artificiales, ciudades en el desierto, líneas de metro…—, en la mayor parte de los proyectos o se pierde dinero o se paga de más, tanto desde el punto de vista medioambiental como desde el financiero. Gran parte del problema es que en la fase de diseño se desconoce cómo se va a comportar el terreno. Como consecuencia, la mayoría de los proyectos están sobredimensionados y ocurren retrasos durante la ejecución de la obra. En el peor de los casos, incluso puede aparecer un colapso. Todo esto es lo que pretendemos evitar gracias a Daarwin.

 

En el ámbito medioambiental, ¿cómo se puede beneficiar el entorno del empleo de herramientas como Daarwin?

Actualmente, la industria de la edificación y las infraestructuras es responsable de más del 39% de las emisiones de CO2. Básicamente, proceden del material, del uso de la maquinaria y de la ejecución de la obra. Con Daarwin pretendemos reducir la cantidad de material y el tiempo necesarios para llevar a cabo el proyecto y, así, lograr un impacto positivo gracias a una ingeniería mucho más eficiente.

En el ámbito de los riesgos laborales, ¿qué ventajas puede aportar Daarwin?

Gracias al análisis de los datos geotécnicos que efectúa Daarwin en tiempo real, buscamos detectar inestabilidades o comportamientos anómalos. Esto nos permite mantener un entorno mucho más seguro en las obras.

No queremos que haya colapsos: lo que queremos es que las obras sean mucho más seguras para todos.

¿Cuáles son vuestros planes para esta plataforma?

Nuestra visión es que Daarwin se convierta en el estándar de las plataformas de previsión geotécnica, que nos permita hacer evolucionar los proyectos durante la ejecución de las obras. No buscamos una construcción estática, sino que los proyectos evolucionen desde el inicio y hasta el final.

¿Qué significa para vosotros haber ganado la fase sectorial de los Premios EmprendedorXXI?

Como emprendedores, una de las mayores dificultades que observamos es alcanzar visibilidad. Gracias a los Premios EmprendedorXXI, la hemos conseguido; para nosotros, han representado un auténtico trampolín que nos ha permitido darnos a conocer. Con esta distinción, no solo hemos conseguido apoyo económico, sino también el reconocimiento de todo el universo start-up del país.

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