> vida – El Blog de CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank El Blog de CaixaBank Fri, 21 Apr 2023 13:58:40 +0000 es-ES hourly 1 El impacto de los algoritmos en la vida cotidiana: el caso de la NBA https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-impacto-de-los-algoritmos-en-la-vida-cotidiana-el-caso-de-la-nba/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/el-impacto-de-los-algoritmos-en-la-vida-cotidiana-el-caso-de-la-nba/#respond Wed, 03 Jul 2019 11:13:59 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=33000

En 2018, el baloncesto se convirtió en el segundo deporte más seguido en Estados Unidos, superando al béisbol y por detrás del fútbol americano. Este incremento de popularidad, que impulsó al baloncesto desde la tercera posición que había mantenido durante más de diez años, viene del reciente entusiasmo de los jóvenes por la liga universitaria y, también, de la proyección del baloncesto en todo el mundo. A diferencia de lo que ocurre con el fútbol americano, el baloncesto de la NBA ha traspasado fronteras y cada vez tiene más adeptos en Europa. Una parte de ese éxito es consecuencia también del uso de los algoritmos para elaborar el calendario de las competiciones de baloncesto en Estados Unidos.

Las cifras de audiencia televisiva de los partidos de baloncesto muestran una tendencia al alza durante los últimos tres años, que empezó a materializarse en 2017, aunque se trata de cifras que todavía están lejos de las que alcanzó la Superbowl en ese mismo año.

En 2017, la March Madness de la NCAA (National College Athletic Association), la competición más importante de la liga universitaria, llegó a sumar 97 millones de espectadores. Por lo que respecta a la liga profesional, la final de la NBA ─que enfrentó a los Golden State Warriors con los Cleveland Cavaliers─ alcanzó una audiencia media de 19,3 millones de espectadores, cifra nada desdeñable. Las altísimas cuotas de audiencia hacen que los calendarios de temporada cada vez sean más importantes, pues tienen que ofrecer la máxima rentabilidad a los equipos y facilidades a los espectadores. Se suma, además, otro factor: la importancia de la audiencia europea, que crece año tras año.

¿Cuáles son los elementos que se tienen en cuenta para confeccionar estos calendarios? ¿Cuáles son las variables consideradas y cómo se cuadra todo para que el éxito del baloncesto aumente? La respuesta a estas preguntas la encontraremos en las matemáticas.

Matemáticas para confeccionar el calendario de partidos de la NBA

Confeccionar el calendario de partidos es una tarea complicada. Y es que, a diferencia de las ligas europeas, en las que los encuentros deportivos se programan casi siempre durante el fin de semana, en la liga norteamericana hay que tener en cuenta multitud de variables. El primero en identificarlas fue Matt Winnick, vicepresidente de la NBA durante 30 años y responsable de la configuración del calendario hasta la temporada 2015-2016. Para facilitar dicha tarea, el equipo de Winnick creó un algoritmo informático, que tenía en cuenta los siguientes parámetros

1. Estadios disponibles: a diferencia de lo que ocurre en Europa, en Estados Unidos los estadios no están siempre disponibles. Estos se comparten entre diversos clubs y disciplinas, por lo que los equipos deben enviar sus calendarios con mucha antelación.

2. Duración de la competición: la temporada norteamericana dura seis meses, durante los cuales cada equipo debe jugar 82 partidos en total (suman en conjunto 1.230 partidos). Este elevado número de enfrentamientos se reparte entre los que juega cada equipo en su propia división (la NBA reparte sus equipos en seis divisiones, tres en la conferencia de la Costa Este y tres más en la de la Oeste) y los que juega contra equipos de la otra conferencia.

3. Evitar el back-to-back, o lo que es lo mismo, jugar dos partidos, uno de ida y el otro de vuelta, en días contiguos. Con el algoritmo se intenta reducir los back-to-back al máximo.

4. Tener en cuenta la audiencia europea: los partidos se suelen jugar en jueves, viernes y domingo. Los de los domingos se acostumbran a jugar al mediodía para hacerlos compatibles con el horario europeo.

5. Respetar las preferencias de cada equipo: cada equipo puede elegir tres fechas en las que le interesaría jugar, aunque no puede decidir el rival.

6. Evitar jugar cuatro partidos en cinco días: tiene que haber un descanso de tres días entre partidos.

7. Evitar que los partidos coincidan con fechas de celebraciones importantes o con otros eventos deportivos, como la Superbowl, especialmente las finales.

En 2016, Tom Carelli y su equipo recogieron el testigo de Winnick, incorporando algunas novedades al algoritmo respecto al usado en la temporada 2015-2016. Gracias a estos cambios, en la temporada 2018-2019 se ha logrado la tasa más baja de partidos back-to-back de la historia (14,4 respecto a los 19,3 de 2015), y por primera vez se respeta el tiempo de descanso entre partidos.

 

El caso de la NBA refleja que el uso de algoritmos puede contribuir a mejorar situaciones a priori complejas y se está convirtiendo en una práctica que progresivamente se está extendiendo a otros sectores.

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En 2018, el baloncesto se convirtió en el segundo deporte más seguido en Estados Unidos, superando al béisbol y por detrás del fútbol americano. Este incremento de popularidad, que impulsó al baloncesto desde la tercera posición que había mantenido durante más de diez años, viene del reciente entusiasmo de los jóvenes por la liga universitaria y, también, de la proyección del baloncesto en todo el mundo. A diferencia de lo que ocurre con el fútbol americano, el baloncesto de la NBA ha traspasado fronteras y cada vez tiene más adeptos en Europa. Una parte de ese éxito es consecuencia también del uso de los algoritmos para elaborar el calendario de las competiciones de baloncesto en Estados Unidos.

Las cifras de audiencia televisiva de los partidos de baloncesto muestran una tendencia al alza durante los últimos tres años, que empezó a materializarse en 2017, aunque se trata de cifras que todavía están lejos de las que alcanzó la Superbowl en ese mismo año.

En 2017, la March Madness de la NCAA (National College Athletic Association), la competición más importante de la liga universitaria, llegó a sumar 97 millones de espectadores. Por lo que respecta a la liga profesional, la final de la NBA ─que enfrentó a los Golden State Warriors con los Cleveland Cavaliers─ alcanzó una audiencia media de 19,3 millones de espectadores, cifra nada desdeñable. Las altísimas cuotas de audiencia hacen que los calendarios de temporada cada vez sean más importantes, pues tienen que ofrecer la máxima rentabilidad a los equipos y facilidades a los espectadores. Se suma, además, otro factor: la importancia de la audiencia europea, que crece año tras año.

¿Cuáles son los elementos que se tienen en cuenta para confeccionar estos calendarios? ¿Cuáles son las variables consideradas y cómo se cuadra todo para que el éxito del baloncesto aumente? La respuesta a estas preguntas la encontraremos en las matemáticas.

Matemáticas para confeccionar el calendario de partidos de la NBA

Confeccionar el calendario de partidos es una tarea complicada. Y es que, a diferencia de las ligas europeas, en las que los encuentros deportivos se programan casi siempre durante el fin de semana, en la liga norteamericana hay que tener en cuenta multitud de variables. El primero en identificarlas fue Matt Winnick, vicepresidente de la NBA durante 30 años y responsable de la configuración del calendario hasta la temporada 2015-2016. Para facilitar dicha tarea, el equipo de Winnick creó un algoritmo informático, que tenía en cuenta los siguientes parámetros

1. Estadios disponibles: a diferencia de lo que ocurre en Europa, en Estados Unidos los estadios no están siempre disponibles. Estos se comparten entre diversos clubs y disciplinas, por lo que los equipos deben enviar sus calendarios con mucha antelación.

2. Duración de la competición: la temporada norteamericana dura seis meses, durante los cuales cada equipo debe jugar 82 partidos en total (suman en conjunto 1.230 partidos). Este elevado número de enfrentamientos se reparte entre los que juega cada equipo en su propia división (la NBA reparte sus equipos en seis divisiones, tres en la conferencia de la Costa Este y tres más en la de la Oeste) y los que juega contra equipos de la otra conferencia.

3. Evitar el back-to-back, o lo que es lo mismo, jugar dos partidos, uno de ida y el otro de vuelta, en días contiguos. Con el algoritmo se intenta reducir los back-to-back al máximo.

4. Tener en cuenta la audiencia europea: los partidos se suelen jugar en jueves, viernes y domingo. Los de los domingos se acostumbran a jugar al mediodía para hacerlos compatibles con el horario europeo.

5. Respetar las preferencias de cada equipo: cada equipo puede elegir tres fechas en las que le interesaría jugar, aunque no puede decidir el rival.

6. Evitar jugar cuatro partidos en cinco días: tiene que haber un descanso de tres días entre partidos.

7. Evitar que los partidos coincidan con fechas de celebraciones importantes o con otros eventos deportivos, como la Superbowl, especialmente las finales.

En 2016, Tom Carelli y su equipo recogieron el testigo de Winnick, incorporando algunas novedades al algoritmo respecto al usado en la temporada 2015-2016. Gracias a estos cambios, en la temporada 2018-2019 se ha logrado la tasa más baja de partidos back-to-back de la historia (14,4 respecto a los 19,3 de 2015), y por primera vez se respeta el tiempo de descanso entre partidos.

 

El caso de la NBA refleja que el uso de algoritmos puede contribuir a mejorar situaciones a priori complejas y se está convirtiendo en una práctica que progresivamente se está extendiendo a otros sectores.

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Cómo alargar la vida de la batería del móvil https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-alargar-la-vida-de-la-bateria-del-movil/ https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/como-alargar-la-vida-de-la-bateria-del-movil/#respond Mon, 08 Apr 2019 07:06:42 +0000 CaixaBank CaixaBank https://ptbcbasp02.lacaixa.es/wordpress_multisite/blogcaixabank/?p=30860

La mayoría de usuarios tiene hábitos de uso que perjudican seriamente la ‘salud‘ de su batería.

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Por muy avanzado que sea nuestro teléfono inteligente, por muchas funcionalidades que traiga consigo y por muy impresionante que sea su diseño, todavía hay algo que sigue lastrando a estos dispositivos que han transformado nuestra vida durante la última década: su batería.

No nos referimos solo al hecho de que sea un reto propio de valientes intentar que el móvil nos aguante con batería desde que salimos por la mañana de casa hasta que llegamos ya caída la noche; es la propia vida de la batería la que, uso tras uso, parece acortarse de manera inexorable hasta que finalmente ‘muere’ y nos vemos abocados a llevar con nosotros una batería externa o un cargador. ¿Cómo se puede alargar el ciclo de vida de estas baterías? ¿Debemos resignarnos a comprar una batería nueva al cabo de meses o años, o directamente a cambiar de móvil cuando los tiempos entre recarga y recarga se acortan?

Cuidando la salud de nuestra batería

Aunque hoy les estemos cogiendo algo de manía porque nos dejan tirados cuando más los necesitamos, las baterías de ion de litio supusieron una pequeña revolución allá en 1991, cuando la primera de estas baterías se comercializó y pronto su uso se extendió a numerosos dispositivos electrónicos; entre ellos, los teléfonos móviles. Estas baterías permitieron una movilidad, un ahorro y un uso de dispositivos que hasta entonces era del todo impensable. Pero pronto se quedaron cortas.

Conforme los teléfonos inteligentes se hicieron cada vez más ‘listos’ y llegaban a nuestros bolsillos con más funcionalidades, las baterías de ion de litio fueron resintiéndose, incapaces de mantener su carga durante periodos de uso prolongados e intensivos. Y lo que es peor aún: pronto se constató que la vida útil de las baterías se acortaba con su uso. El problema estaba servido y nos acompaña hasta el día de hoy.

Sin embargo, existen numerosos trucos y pequeñas estrategias que podemos adoptar para mantener saludable la batería de nuestro móvil durante más tiempo. Como todo en la vida, llegará un momento en que tengamos que despedirla con honores y pensar en comprar una nueva, pero hasta que llegue ese momento, lo mejor es:

1. Olvídate de dejar el móvil cargando toda la noche

La rutina nocturna de numerosas personas pasa por lavarse los dientes, ponerse el pijama y, sí, poner a cargar el móvil en la mesita de noche. Porque no hay nada más placentero que levantarse por la mañana y ver ese 100% en la barra de batería.

Sin embargo, esta costumbre es una de las principales culpables de que estemos acortando la vida de nuestras baterías. Los propios fabricantes recomiendan huir de los extremos en lo que se refiere al nivel de carga de la batería, es decir, ni exprimirla al máximo y dejarla al 0% cada jornada, ni olvidarnos del móvil durante toda la noche para que la carga ya esté completa a eso de las 2 o las 3 de la madrugada.

Dicho esto, lo más recomendable es que la batería de nuestro móvil oscile siempre entre el 20% y el 80%. Según dicen, en el equilibrio está la virtud.

2. Utiliza el cargador adecuado

Vale que en caso de necesidad cualquier cargador prestado nos puede sacar de un apuro, pero lo que reconocen los expertos es que la mejor opción para cargar nuestro teléfono —por rapidez y por salud de la batería— es utilizar el cargador de la propia marca.    

No es un capricho ni una estrategia para que la empresa fabricante venda más cargadores, es que los suyos están específicamente diseñados para respetar los voltajes y demás requisitos técnicos de nuestra propia batería.

3. Usa la carga rápida sólo cuando tengas prisa

Esta funcionalidad, que cada vez incluyen más dispositivos, nos puede venir muy bien de vez en cuando, pero convertirlo en norma reducirá notablemente la vida de nuestra batería. Lo dice la Battery University, una iniciativa que vela por la salud de nuestras baterías y que tiene decenas de estudios y documentos útiles para conocer mejor cómo optimizar el uso de nuestros dispositivos.

4. Tu batería también pasa calor… ¡y frío!

¿Recuerdas esas veces en las que has dejado el móvil al sol en una terraza o en la playa? Si sospechabas que tanto calor no podía ser bueno, estabas en lo cierto, porque cuando nuestro móvil se pone a más de 45 grados —que no es tan difícil en verano en España—, la batería comienza a sufrir de manera seria. Por eso, lo más adecuado es mantener siempre el teléfono en una franja normal de temperatura que va de los 0 grados hasta los citados 45. De nuevo, lo ideal es huir de los extremos.

Mi batería está saludable. ¿Cómo consigo que me aguante hasta el final del día?

Aunque estemos estrenando batería en nuestro móvil, sabemos que un uso intensivo va a drenar completamente nuestro dispositivo en cuestión de horas: ver películas, escuchar podcast mientras navegamos por Internet, echar una partida a ese videojuego… Por eso no podemos concluir este artículo sin darte unas rápidas recomendaciones para que no solo cuides la salud de tu batería, sino que le saques el máximo partido al cabo del día.

  • Reduce el brillo de la pantalla porque es, de lejos, lo que más energía consume.
  • Cierra aplicaciones en segundo plano. Es una de las acciones más sencillas que podemos realizar y lo vamos a notar mucho en el consumo de batería.
  • Tira de wifi siempre que puedas. No solo para ahorrar datos, sino porque acceder a Internet de esta manera es mucho más ‘barato’ en términos energéticos que hacerlo a través del 4G.
  • Utiliza solo lo que necesites en cada momento. Si no estás utilizando la localización GPS, el wifi o Bluetooth, desconéctalos.
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La mayoría de usuarios tiene hábitos de uso que perjudican seriamente la ‘salud‘ de su batería.

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Por muy avanzado que sea nuestro teléfono inteligente, por muchas funcionalidades que traiga consigo y por muy impresionante que sea su diseño, todavía hay algo que sigue lastrando a estos dispositivos que han transformado nuestra vida durante la última década: su batería.

No nos referimos solo al hecho de que sea un reto propio de valientes intentar que el móvil nos aguante con batería desde que salimos por la mañana de casa hasta que llegamos ya caída la noche; es la propia vida de la batería la que, uso tras uso, parece acortarse de manera inexorable hasta que finalmente ‘muere’ y nos vemos abocados a llevar con nosotros una batería externa o un cargador. ¿Cómo se puede alargar el ciclo de vida de estas baterías? ¿Debemos resignarnos a comprar una batería nueva al cabo de meses o años, o directamente a cambiar de móvil cuando los tiempos entre recarga y recarga se acortan?

Cuidando la salud de nuestra batería

Aunque hoy les estemos cogiendo algo de manía porque nos dejan tirados cuando más los necesitamos, las baterías de ion de litio supusieron una pequeña revolución allá en 1991, cuando la primera de estas baterías se comercializó y pronto su uso se extendió a numerosos dispositivos electrónicos; entre ellos, los teléfonos móviles. Estas baterías permitieron una movilidad, un ahorro y un uso de dispositivos que hasta entonces era del todo impensable. Pero pronto se quedaron cortas.

Conforme los teléfonos inteligentes se hicieron cada vez más ‘listos’ y llegaban a nuestros bolsillos con más funcionalidades, las baterías de ion de litio fueron resintiéndose, incapaces de mantener su carga durante periodos de uso prolongados e intensivos. Y lo que es peor aún: pronto se constató que la vida útil de las baterías se acortaba con su uso. El problema estaba servido y nos acompaña hasta el día de hoy.

Sin embargo, existen numerosos trucos y pequeñas estrategias que podemos adoptar para mantener saludable la batería de nuestro móvil durante más tiempo. Como todo en la vida, llegará un momento en que tengamos que despedirla con honores y pensar en comprar una nueva, pero hasta que llegue ese momento, lo mejor es:

1. Olvídate de dejar el móvil cargando toda la noche

La rutina nocturna de numerosas personas pasa por lavarse los dientes, ponerse el pijama y, sí, poner a cargar el móvil en la mesita de noche. Porque no hay nada más placentero que levantarse por la mañana y ver ese 100% en la barra de batería.

Sin embargo, esta costumbre es una de las principales culpables de que estemos acortando la vida de nuestras baterías. Los propios fabricantes recomiendan huir de los extremos en lo que se refiere al nivel de carga de la batería, es decir, ni exprimirla al máximo y dejarla al 0% cada jornada, ni olvidarnos del móvil durante toda la noche para que la carga ya esté completa a eso de las 2 o las 3 de la madrugada.

Dicho esto, lo más recomendable es que la batería de nuestro móvil oscile siempre entre el 20% y el 80%. Según dicen, en el equilibrio está la virtud.

2. Utiliza el cargador adecuado

Vale que en caso de necesidad cualquier cargador prestado nos puede sacar de un apuro, pero lo que reconocen los expertos es que la mejor opción para cargar nuestro teléfono —por rapidez y por salud de la batería— es utilizar el cargador de la propia marca.    

No es un capricho ni una estrategia para que la empresa fabricante venda más cargadores, es que los suyos están específicamente diseñados para respetar los voltajes y demás requisitos técnicos de nuestra propia batería.

3. Usa la carga rápida sólo cuando tengas prisa

Esta funcionalidad, que cada vez incluyen más dispositivos, nos puede venir muy bien de vez en cuando, pero convertirlo en norma reducirá notablemente la vida de nuestra batería. Lo dice la Battery University, una iniciativa que vela por la salud de nuestras baterías y que tiene decenas de estudios y documentos útiles para conocer mejor cómo optimizar el uso de nuestros dispositivos.

4. Tu batería también pasa calor… ¡y frío!

¿Recuerdas esas veces en las que has dejado el móvil al sol en una terraza o en la playa? Si sospechabas que tanto calor no podía ser bueno, estabas en lo cierto, porque cuando nuestro móvil se pone a más de 45 grados —que no es tan difícil en verano en España—, la batería comienza a sufrir de manera seria. Por eso, lo más adecuado es mantener siempre el teléfono en una franja normal de temperatura que va de los 0 grados hasta los citados 45. De nuevo, lo ideal es huir de los extremos.

Mi batería está saludable. ¿Cómo consigo que me aguante hasta el final del día?

Aunque estemos estrenando batería en nuestro móvil, sabemos que un uso intensivo va a drenar completamente nuestro dispositivo en cuestión de horas: ver películas, escuchar podcast mientras navegamos por Internet, echar una partida a ese videojuego… Por eso no podemos concluir este artículo sin darte unas rápidas recomendaciones para que no solo cuides la salud de tu batería, sino que le saques el máximo partido al cabo del día.

  • Reduce el brillo de la pantalla porque es, de lejos, lo que más energía consume.
  • Cierra aplicaciones en segundo plano. Es una de las acciones más sencillas que podemos realizar y lo vamos a notar mucho en el consumo de batería.
  • Tira de wifi siempre que puedas. No solo para ahorrar datos, sino porque acceder a Internet de esta manera es mucho más ‘barato’ en términos energéticos que hacerlo a través del 4G.
  • Utiliza solo lo que necesites en cada momento. Si no estás utilizando la localización GPS, el wifi o Bluetooth, desconéctalos.
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