Llega el lunes después de las vacaciones y toca volver a la oficina. A las 7:00 desayunas, a las 8:00 llegas a tu puesto y revisas todos los correos electrónicos que se han acumulado durante tu ausencia, a las 10:30 bajas a por un café y a las 11:00 tienes una partida de Monopoly. Sí, de Monopoly. Puedes estar pensando que esta agenda no se corresponde con la que sería la tuya un lunes de septiembre, pero lo cierto es que cada vez más empresas están apostando por el juego como herramienta para mejorar la productividad; es lo que se conoce como Talent Gaming.
Esta técnica, que en español se traduciría como «juego de talento», ha sido desarrollada por la coach y psicóloga Susana F. Casla y se está implementando cada día en más compañías. Basada en el proverbio chino que dice que «la vida es como los juegos, cambia con cada movimiento», esta metodología disruptiva pretende identificar perfiles, consolidar equipos y aumentar la productividad dentro de la empresa dedicando una franja de tiempo laboral al juego.
Desde una escape room al juego de la oca, el hecho de jugar en grupo hace que se manifiesten habilidades que pueden quedar encubiertas durante el desempeño profesional habitual, que se fortalezcan los lazos entre compañeros y que el distrés (o estrés negativo) se transforme en eustrés (o estrés positivo). ¿Y qué es el estrés positivo? Ese nerviosismo que se puede experimentar antes de un examen o cuando tenemos prisa por llegar a una cita, pero que nos ayuda a organizarnos de manera más eficiente y sirve como palanca para encarar los retos del día a día con optimismo e ilusión. Por supuesto, lo contrario a una plantilla estresada (o distresada) no es una plantilla embobada, sino una que esté motivada y se sienta con fuerzas para asumir cualquier reto y lograr nuevas metas. Y aquí es donde el Talent Gaming puede resultar un gran aliado.
– Coaching de equipos: existen diversas técnicas para identificar talentos y rasgos conductuales de los trabajadores, pero la metodología del Talent Gaming te permite observarles sin que sean conscientes de ello. En un juego de mesa, cuando todos se concentran en lo que están haciendo, pueden revelar un talento, una capacidad analítica o un liderazgo que, en su día a día, quizás no demuestren por cuestiones coyunturales, como el rango o la antigüedad dentro de la empresa.
– Jornadas de encuentro: además de rebajar la tensión y crear una atmósfera constructiva, el Talent Gaming sirve para obtener una valiosa información inicial sobre los participantes.
– Selección de personal: todos, en mayor o en menor medida, nos preparamos para una entrevista de trabajo. Procuramos anticiparnos a las posibles preguntas y ensayar las respuestas según lo que creemos que el perfil demandará de nosotros. En el juego, sin embargo, es mucho más difícil mantener ese perfil adaptado que habíamos configurado para la entrevista. Nuestra forma de jugar, analizada por un responsable de RR. HH. con formación en Talent Gaming, indicará más sobre nuestras habilidades blandas y cómo podemos desempeñar la función para la que postulamos que la entrevista.
– Promoción interna: cuando no hay una decisión clara sobre quién sería el perfil idóneo para promocionar, se debe recurrir nuevamente a las soft skills, o habilidades blandas. Elegir bien el juego que se les propone es fundamental para este tipo de aplicación. Si, por ejemplo, necesitamos a una mente analítica, de ritmo pausado y capacidad de planificar a largo plazo, podríamos utilizar un juego de estrategia, como el Risk. Si, por el contrario, necesitamos a alguien que se arriesgue y tome decisiones rápidas, quizás podríamos proponerles jugar al Buzz. Cualquier opción nos revelará información sobre los jugadores, ya que sus formas de jugar serán diferentes, pero lo más acertado es escoger aquel en el que se requieran las habilidades a desempeñar en el puesto en cuestión.
– Aumenta el rendimiento y la productividad: la innovación y el cambio de enfoque están muy bien, pero lo que realmente quiere un CEO comprometido es que sus trabajadores den el máximo de sí mismos. Y eso es lo que consigue el Talent Gaming. La dinámica del juego crea momentos divertidos que rompen con la rutina y mejoran el estado de ánimo del empleado, lo que repercute en su rendimiento y productividad.
– Fortalece la cohesión de equipos: durante el juego, los empleados se abren más y se olvidan de sus roles profesionales, lo que propicia que se establezcan y refuercen los lazos personales entre los compañeros.
– Ayuda a gestionar el estrés laboral: dedicar un tiempo a la diversión y centrar la atención en un foco diferente al que causa el distrés ayuda a equilibrar el estado emocional de los trabajadores.
– Mejora el ambiente laboral: la forja de alianzas para lograr una meta común o el enfoque de la rivalidad desde un punto de vista lúdico propician un clima distendido, que ayuda a resolver conflictos en un espacio diferente y divertido.
– Ayuda a identificar personalidades: uno de los objetivos de estos juegos es definir la visión estratégica, las habilidades comunicativas, la capacidad de liderazgo, la toma de decisiones o la influencia que puede ejercer un trabajador. Identificar estos rasgos no solo es valioso para la empresa, que podrá ajustar sus funciones a sus aptitudes, sino también para el trabajador, que se sentirá más realizado y apreciado en la medida en que sus inquietudes se vean satisfechas.
La cultura empresarial está evolucionando y cada vez surgen más técnicas y herramientas que buscan lograr un equilibrio entre la satisfacción personal del trabajador y los intereses de la compañía. La mayoría de ellas, además, coinciden en que estos factores están directamente relacionados: un empleado satisfecho y motivado rendirá más en su puesto. Gracias al Talent Gaming, podemos encontrar a nuestro próximo director regional en el XVII torneo de parchís de la liga interna de la empresa. Y, si no lo encontramos ahí, al menos nuestra plantilla estará más comprometida, aunque solo sea por tener la oportunidad de jugar la revancha el mes que viene.
