ECONOMÍA

Tierras raras: los 17 elementos que alimentan la industria tecnológica y mueven la geopolítica

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Tierras raras: los 17 elementos que alimentan la industria tecnológica y mueven la geopolítica
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Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos que se han convertido en el eje de una nueva economía global. Con la revolución tecnológica y la transición energética como telón de fondo, analizamos de dónde viene la demanda de tierras raras y por qué se está hablando tanto de ellas.

En este artículo, encontrarás respuesta a:

Qué son las tierras raras

En la tabla periódica, abajo a la derecha, se agrupa un conjunto de elementos con nombres sorprendentes: escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. Son las denominadas tierras raras.

Puede que su denominación sugiera escasez, pero lo cierto es que estos minerales no son tan insólitos en la corteza terrestre. Su extracción y procesamiento sí son complejos y costosos, lo que los convierte en un recurso estratégico y codiciado.

Para qué se utilizan las tierras raras

La demanda de tierras raras ha crecido exponencialmente debido a su papel esencial en la fabricación de dispositivos tecnológicos avanzados. Desde teléfonos inteligentes y turbinas eólicas hasta vehículos eléctricos y sistemas de defensa, estos elementos son insustituibles en aplicaciones que requieren propiedades magnéticas, eléctricas y ópticas únicas.

Por ejemplo, el neodimio y el disprosio son fundamentales para la fabricación de imanes de alta potencia utilizados en motores eléctricos y generadores de energía renovable.

El europio y el terbio, por su parte, son claves en pantallas LED y fluorescentes. El gadolinio y el holmio, por ejemplo, tienen aplicaciones sanitarias, ya que se usan en la elaboración de máquinas de resonancias magnéticas y láseres, respectivamente. Tu smartphone puede contener hasta 75 elementos químicos, incluyendo tierras raras, extraídos de múltiples minerales.

Recapitulando: cada vez dependemos de la tecnología en mayor medida, por lo que la capacidad de acceder a estos materiales se ha convertido en un factor determinante para la competitividad económica e incluso la seguridad nacional. Y esta necesidad se acentúa más si sabemos que el desarrollo de la industria o la defensa dependen de las tierras raras.

Países con las mayores reservas de tierras raras

China es el país con la mayor reserva de tierras raras (44 millones de toneladas), seguida de Vietnam (22 millones de toneladas), Brasil (21 millones de toneladas), Rusia (10 millones de toneladas) e India (6,9 millones de toneladas).

En nuestro entorno cercano, Noruega atesora el mayor yacimiento (1,57 millones de toneladas), que ha sido recientemente identificado. Continuamente se localizan nuevos yacimientos, cuya viabilidad depende de su coste y de su impacto medioambiental.

Si hablamos de los productores, China (240.000 toneladas) vuelve a liderar el ranking, seguida de Australia (16.800 toneladas), Tailandia (7.100 toneladas), Rusia (2.600 toneladas) y Madagascar (2.600 toneladas). La producción en Europa es mínima.

En el caso de España, algunos expertos explican que podría convertirse en el primer productor europeo, y reducir así la dependencia del exterior, especialmente en lo que se refiere a cerámica y vidrio, materias primas de la industria ceramista nacional (que en la actualidad se traen de China, Italia, Francia y Austria).

Galicia, Castilla-La Mancha, Andalucía o Extremadura podrían albergar yacimientos de tierras raras, aunque el único yacimiento estudiado es el de Matamulas (Ciudad Real), que encapsula 29,9 millones de toneladas de monacita, según las primeras estimaciones.

Se da la circunstancia de que la mina está prácticamente a ras del suelo, por lo que su extracción es sencilla. No obstante, la viabilidad queda supeditada a la superación de trámites administrativos y medioambientales.

Alternativas a las tierras raras

Para reducir la dependencia de las tierras raras, la innovación trabaja en varias direcciones. De manera más inmediata, se busca el reciclaje de estas materias primas. Los dispositivos electrónicos contienen estos elementos, por lo que se recomienda depositarlos en el punto limpio para que reciban el tratamiento adecuado que permita extraer los materiales más valiosos para darles una nueva vida.

Por otra parte, se están investigando nuevas tecnologías que empleen otros materiales como la tetrataenita, una aleación de hierro y níquel con propiedades magnéticas similares a las de algunas tierras raras. La tetrataenita es mucho más fácil de obtener y más barata.

Por último, existe que otra opción que explorar como alternativa, que es el ecodiseño, todavía con un impacto limitado. Conseguir utilizar menos cantidad de tierras raras en productos tecnológicos es un objetivo a largo plazo, que haría descender la demanda de estos materiales y los efectos medioambientales de su extracción y tratamiento.

El futuro de las tierras raras

La transición hacia energías limpias y la digitalización global garantizan una demanda al alza de las tierras raras. Sin embargo, la concentración del suministro en pocos países plantea riesgos económicos, geoestratégicos y medioambientales.

Muchas economías buscan minimizar su dependencia de China, apostando por la minería local y tecnologías de procesamiento. En España, el Plan de Acción de las Materias Primas Minerales 2025-2029 (en audiencia pública) es un intento de responder a estas necesidades, dinamizando la extracción de tierras raras.

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