De tanto en tanto, una enfermedad que se considera eliminada regresa. Es el caso de la difteria en España. Erradicada en 1986, en 2015 se detectó un caso de Corynebacterium diphtheriae toxigénica, la bacteria que la produce, en un niño. Resultó que el menor no había sido vacunado. Unos años antes se habían dado casos parecidos en Letonia, Alemania, Francia, Suecia y Holanda.
Hay que tener en cuenta que la vacunación es un fenómeno global. Por ello, basta que quede un país sin vacunar para que la enfermedad encuentre lo que se conoce como ‘reservorio’, una suerte de despensa por la que pulular durante décadas esperando las condiciones adecuadas. Lamentablemente, el aumento de temperaturas en climas templados debido al cambio climático es una condición favorable para ello.
Los climas tropicales hacen más difícil la erradicación de algunas enfermedades, debido a que los contagios ocurren durante todo el año y no unos meses al año, como pasa en países templados como España, Sudáfrica o Australia.
Esta es una de las razones por las que es tan importante vacunar también a las poblaciones de países que, en muchos casos, no cuentan con recursos para realizar campañas de protección generalizadas. Sin embargo, no es la única. De hecho, las vacunas pueden ser un vector importante de eliminación de desigualdades (ODS nº 10) e incluso servir para impulsar el crecimiento económico (ODS nº 8).
En concreto, un informe de Weber calcula que, por cada dólar que gasta Estados Unidos en vacunas infantiles, se pueden ahorrar unos tres dólares en costes sanitarios directos derivados del tratamiento de las enfermedades, así como alrededor de 15 euros en costes indirectos, al evitar el absentismo laboral de los padres. También explica cómo el programa de vacunación de la meningitis C redujo el número de casos hasta el 99% en el Reino Unido (unos 9.000) y logró unos ahorros acumulados de 75 millones de libras (unos 85,5 millones de euros) en 10 años.
El valor de las vacunas es incalculable y especialmente importante para los países en desarrollo. Por esa razón, la Alianza para la Vacunación Infantil Gavi, de la que forma parte CaixaBank, fomenta la vacunación infantil en distintos países del mundo. La iniciativa ha facilitado la vacunación de más de 822 millones de niños y ha evitado más de 14 millones de muertes, con un impacto económico estimado de más de 124.000 millones de euros en beneficios económicos para los países a los que apoya.
La vacunación universal es una meta que nos ayuda no solo a construir un futuro sostenible para todos, sino también a salvar millones de vidas. Resulta asombroso lo que puede lograr un gesto tan sencillo como un pequeño pinchazo.