A día de hoy las tarjetas físicas siguen renovándose año tras año. Primero fue la substitución de la banda magnética por chips para el pago contactless, una tecnología que permite realizar compras acercando la tarjeta al datáfono. De hecho, nos tenemos que remontar solo ocho años atrás para recordar la primera experiencia contactless en el proyecto “Mobile Shopping Sitges 2010”, impulsado por CaixaBank, Telefónica y Visa Europe, un proyecto piloto con el objetivo de desarrollar y fomentar las compras con teléfono móvil.
Actualmente esto ya es más que una realidad y nos encontramos frente a una nueva revolución en los hábitos de consumo: el pago móvil. CaixaBank dispone de CaixaBank Pay, la aplicación que permite realizar el pago móvil. Además, la entidad financiera tiene diversos acuerdos con los partners más importantes en este ámbito, como Apple Pay, Samsung Pay o Garmin Pay.
Pero, ¿cómo funciona este sistema de pago? Gracias a la conectividad NFC (Near Field Communication), incluida ya en muchos smartphones. Aunque el 95% de los datáfonos ya están adaptados a esta tecnología, también es necesario disponer de una aplicación de pagos compatible con la entidad financiera y que la tienda a la que nos dirigimos acepte este sistema como método de pago.
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