Hay un importante listado de costes generados por la propia actividad laboral que los trabajadores por cuenta propia pueden deducirse
Se hacen cargo de sus desplazamientos por trabajo, de su propio lugar de trabajo y de todas las gestiones relacionadas con su actividad. Los trabajadores por cuenta propia deben hacer frente a un gran número de pagos por el mero hecho de ser autónomos. Sin embargo, tienen la oportunidad de deducirse algunos de ellos como gastos (IRPF) o desgravar su IVA. Se trata de una manera de reducir el desembolso que deben realizar para poder trabajar.
Esto no quiere decir que un autónomo pueda deducirse o desgravar cualquier gasto que haga. Solamente podrá hacerlo con aquellos relacionados con su actividad. Aunque hay muchos que son comunes a la mayoría de los autónomos, hay otros que son más específicos.
Por ejemplo, un aparejador podrá desgravar la compra del casco que utiliza en sus visitas a una obra. Sin embargo, no podrá deducirse su seguro del hogar si ejerce normalmente su actividad en un despacho externo. Por su parte, un programador informático que trabaje desde su casa sí podrá deducirse ese seguro, pero no podrá desgravar el vestuario que adquiera. Eso sí, si ambos cuentan con una web profesional para dar a conocer sus servicios, podrán deducirse algunos gastos como el alojamiento o el dominio.
A continuación, vamos a realizar un repaso de los gastos más habituales que suelen deducirse o desgravar los trabajadores autónomos en el ejercicio de su actividad. Eso sí, siempre conviene consultar previamente cada caso particular para saber si las deducciones y desgravaciones son aplicables a la actividad que se desarrolla.