SOSTENIBILIDAD

Cambio climático y pandemia: la conciencia verde se abre paso

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Cambio climático y pandemia: la conciencia verde se abre paso
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CaixaBank

26 Enero, 2021


El último año ha estado dominado por una palabra: pandemia. La crisis sanitaria y económica causada por la irrupción de la COVID-19 ha acaparado la atención de todo el planeta y se ha convertido en el gran enemigo a batir. Personas de todo el mundo siguen preocupadas a diario por la evolución de este problema, que parece no dejar espacio a nada más.

Sin duda, la pandemia se ha convertido en el problema más urgente que debe afrontar la humanidad. Esa es la razón por la que gobiernos, empresas y organismos de todo tipo dedican sus esfuerzos a plantarle cara. Sin embargo, no es el único desafío que necesitamos superar. Hay otros que no solo suponen una grave amenaza para la economía de todo el planeta, sino también para la vida de miles de personas.

Este es el caso del cambio climático, una amenaza silenciosa que no podemos permitirnos perder de vista. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula en 250.000 las muertes adicionales que provocará cada año este problema en todo el mundo, entre 2030 y 2050.

Que el cambio climático es una de las grandes dificultades a las que debemos hacer frente es algo que está fuera de toda duda. Sin embargo, en medio de una crisis global que acapara la atención y preocupación de los ciudadanos, ¿queda espacio para pensar en el futuro del planeta? ¿Qué ocurre con nuestra concienciación medioambiental en plena pandemia? Los datos indican que no solo no se ha debilitado, sino que ha salido reforzada. Y la educación ambiental puede ayudarnos a aprovechar este impulso para avanzar hacia un futuro sostenible.

El cambio climático, en el punto de mira

Según el dossier “La gran oportunidad verde tras la COVID-19” recogido por CaixaBank Research en su último informe mensual, la preocupación por el cambio climático ha aumentado en los últimos años, una tendencia que no se ha paralizado por la irrupción de la pandemia. En concreto, el dossier menciona una encuesta global de Ipsos realizada la pasada primavera, en la que el 70% de los participantes consideraba el cambio climático como una crisis de similar envergadura a la causada por el coronavirus.

El análisis también alude a una encuesta de Pew Research que indica que el cambio climático es la mayor preocupación en el conjunto de países encuestados por segundo año consecutivo, incluso por delante de la evolución de la pandemia o la situación de la economía mundial.

Tal y como se explica en el dossier, los efectos de la COVID-19 sobre la concienciación medioambiental han consistido en un aumento de esta, así como una mayor percepción de los beneficios que supone vivir en un mundo menos contaminante. La clave ha sido la reducción de la polución durante las primeras semanas de confinamiento estricto, que ha permitido a muchos ciudadanos observar por sí mismos cómo les beneficiaba vivir en un entorno más limpio.

Una chispa para provocar el cambio

La mayor conciencia ecológica que ha traído la pandemia se puede traducir en cambios reales en el día a día de los ciudadanos hacia un consumo más responsable, capaz de impactar en el cambio climático. El dossier de CaixaBank Research apunta, de hecho, a una ventana de oportunidad que se produce ahora para consolidar hábitos como la apuesta por los productos locales, que puede ayudar a reducir las emisiones contaminantes.

También las empresas han vuelto su mirada hacia cuestiones medioambientales, tanto por la presión de sus clientes como por la propia concienciación de gestores, accionistas o trabajadores. Incluso el plan de recuperación europeo Next Generation EU (NGEU) destaca por el elevado peso que tendrán los proyectos que contribuirán a la lucha contra el cambio climático y, al mismo tiempo, a reconstruir la economía de la zona en clave sostenible.

Cómo aprovechar la oportunidad

Con la conciencia medioambiental en un nivel y con un alcance nunca vistos hasta ahora, el momento no puede ser más propicio para afrontar definitivamente la amenaza del cambio climático. En este contexto, la educación ambiental es la mejor herramienta que tenemos a nuestro alcance para apuntalarla.

Se trata, básicamente, de ayudar a los ciudadanos a aumentar su comprensión sobre los desafíos ambientales que afrontamos y, con ella, facilitar la toma de decisiones informadas y responsables al respecto.

Tal y como enumera el Consejo Europeo, la educación medioambiental persigue cinco objetivos principales: concienciar a las personas sobre los problemas que sufre el medio ambiente; aportar los conocimientos necesarios en temas medioambientales; generar un mayor interés hacia la conservación del planeta; compartir aptitudes útiles para resolver los problemas medioambientales; crear sentido de responsabilidad en las acciones que realizamos todos cada día y reflexionar sobre ellas.

Se trata de un proceso continuo que nos permite saber qué gestos pueden ayudar a enfrentar problemas como el cambio climático, así como las consecuencias e impactos que tienen nuestras propias acciones.

En este sentido, existen muchos recursos que podemos aprovechar, como test para poner a prueba nuestros conocimientos sobre el cambio climático o listados de acciones en nuestra vida cotidiana que nos permitirán ayudar a construir ciudades más ecológicas.

Los beneficios que una adecuada conciencia medioambiental suponen para el planeta son ilimitados, especialmente si la inculcamos en los más jóvenes, que son quienes recogerán nuestro testigo en el cuidado del planeta. No habrá un mejor momento que el presente para comenzar a cultivarla.

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