Cinco herramientas para prevenir el ciberacoso escolar

Tal y como lo define la Unesco, el ciberacoso es una forma de intimidación psicológica o sexual a través de sistemas en línea. Entre sus manifestaciones se encuentra el envío de mensajes amenazantes, la difusión de informaciones falsas o mensajes hirientes, fotos o comentarios embarazosos o también excluir a alguien de las redes sociales u otros medios de comunicación.

Esta realidad lleva a muchos padres a temer la relación de sus hijos con una tecnología que consideran dañina, pero de la cual no pueden prescindir. Por suerte, al igual que existen prácticas como el ciberacoso escolar que pueden afectar gravemente a niños y adolescentes, la innovación también se ha puesto al servicio de su prevención.

Son muchos los proyectos tecnológicos que han surgido en los últimos años y que permiten combatir el ciberacoso gracias a un buen uso de la tecnología. Desde el software de control parental a aplicaciones que facilitan el reporte de casos de acoso escolar de manera anónima, estas cinco herramientas emplean tecnología para evitar el ciberbullying.

El acoso escolar está tan normalizado que en ocasiones resulta difícil reconocer si una conducta entra dentro de esa categoría. Este problema de percepción es aún mayor en el caso del ciberacoso escolar, que se desarrolla en un contexto digital e incluso facilita al ciberacosador permanecer en el anonimato.

Para ayudar a los centros educativos a detectar cuanto antes los casos de ciberacoso y frenar su expansión ha surgido Andrea, una app desarrollada en colaboración con el Ayuntamiento de Valencia. Andrea envía alertas anónimas relacionadas con diferentes tipos de acoso escolar, tanto físico como verbal o ciberacoso.

También permite abrir un chat anónimo que atenderán profesionales educativos. De esta manera, los alumnos que quieran informar sobre prácticas de acoso escolar no solo tienen una manera segura de hacerlo, sino que pueden recibir información de adultos especializados que les ayudarán a resolver sus dudas.

Gracias a este tipo de herramientas, es más sencillo que los casos de acoso que permanecen ocultos tras redes sociales o chats de alumnos salgan a la luz.

Una de las razones por las que los niños y adolescentes sufren las consecuencias del ciberacoso escolar es porque desconocen cómo proteger su privacidad en internet. Un problema que se agrava ante las múltiples caras que tiene el ciberbullying y que van desde el sexting al acoso en redes sociales o incluso la suplantación de identidad.

Formar a niños y adolescentes sobre privacidad en internet es básico para prevenir el ciberacoso. Y qué mejor manera de hacerlo que con un videojuego.

SmartPRIVIAL es una especie de ruleta de la fortuna en forma de app que plantea preguntas en torno a cinco temas relevantes: privacidad online en un sentido amplio, uso de la webcam, los retos que plantea el sexting, la seguridad de los smartphones y la gestión de redes sociales.

Otro videojuego que ayuda a aprender conceptos sobre seguridad online es SpaceShelter. Desarrollado por Google, permite aprender buenos hábitos que ayudan a reforzar este aspecto mientras se pilota una nave espacial. Por ejemplo, cómo construir una contraseña “a prueba de piratas espaciales” o cómo realizar configuraciones que primen la privacidad.

Al igual que ayudan a sus hijos a dar sus primeros pasos, padres y madres pueden acompañarlos en su relación con la tecnología. El objetivo consiste en fomentar hábitos saludables que les ayuden a permanecer lejos de amenazas como el ciberacoso escolar. En este sentido, el control parental es una herramienta muy potente.

Un ejemplo de aplicación de control parental es Qustodio, que permite ejercer supervisión sobre varios aspectos del uso de la tecnología por parte de los niños. Por ejemplo, facilita el establecimiento de límites de tiempo, bloquea aplicaciones peligrosas y permite monitorizar tanto las publicaciones en redes sociales como los contactos telefónicos para detectar y bloquear rápidamente a posibles acosadores. También ofrece consejos para enseñar a los niños a protegerse de ellos.

Las propias redes sociales, conscientes del problema que puede representar el discurso de odio para el bienestar de sus usuarios, han habilitado configuraciones que permiten filtrar y ocultar comentarios intimidatorios o reducir el contacto con personas ofensivas. Esta es una herramienta muy útil para prevenir los efectos del ciberacoso escolar.

Por ejemplo, la función Limits de Instagram limita el contacto con personas que llegan a un perfil solamente para realizar comentarios ofensivos. Por su parte, TikTok tiene una función para evitar la publicación de ese tipo de comentarios en los vídeos que se suben a la plataforma. Esta red social permite incluso personalizar el filtro con palabras clave que se van eligiendo y añadiendo.

Entre las innovaciones desarrolladas para prevenir el ciberacoso escolar se encuentra el uso de realidad virtual. Un ejemplo de esto es Asignatura Empatía, un programa para formar a los alumnos gracias al uso de gafas de realidad virtual.

Esta tecnología destaca por la posibilidad que ofrece a los alumnos de ponerse en la piel de aquellos que sufren tanto acoso escolar como ciberacoso. En el caso de Asignatura Empatía, lo hace mediante el visionado de vídeos que reproducen experiencias relacionadas con ambos problemas. Además de ayudar a formar a los alumnos, este recurso es especialmente valioso para fomentar la mediación y ayuda entre ellos.