INNOVACIÓN

Cobots: saluda a tus nuevos compañeros de trabajo

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Cobots: saluda a tus nuevos compañeros de trabajo
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CaixaBank

07 Diciembre, 2020


Con los robots mantenemos una relación a medio camino entre el entusiasmo y la desconfianza. Se trata de artilugios cuyo principal propósito consiste en hacernos la vida más fácil. Sin embargo, no podemos evitar observarlos con recelo. La culpa es de películas como Terminator o Blade Runner, pero no solo eso. Cada vez más personas temen que estos ingenios acaben por dejarlas sin trabajo. Es aquí donde entran en juego los cobots o robots colaborativos, diseñados para trabajar mano a mano con los humanos y facilitarles la labor.

Los cobots son una de las tecnologías más revolucionarias en la llamada industria 4.0. Se trata de robots que colaboran e incluso interactúan con sus compañeros humanos, librándoles de las tareas más pesadas, repetitivas, peligrosas o que requieren de mayor precisión para su ejecución. Todo ello, con total seguridad para sus colegas de carne y hueso.

Cobots vs robots industriales

La gran diferencia entre los clásicos robots industriales —esos artilugios estáticos que se observan en muchas cadenas de producción— y los cobots es que estos últimos han sumado conectividad a sus capacidades. Los robots tradicionales son, simplemente, dispositivos automatizados, mientras que los avances en conectividad, sensorización y procesamiento han convertido a los cobots en artilugios colaborativos.

Precisamente, el uso de sensores es lo que permite a los cobots detectar a sus compañeros humanos y trabajar con ellos en un espacio compartido, otra de las características que los diferencian de sus antecesores automatizados. También son más versátiles: mientras un brazo robótico fijo en una cadena de producción solo puede desempeñar una tarea, como puede ser atornillar un objeto, los cobots se pueden utilizar para realizar diferentes funciones. Por ejemplo, ayudar a preparar pedidos en un almacén y también a reponer material cuando las existencias bajan de cierto punto.

Ayudar a un compañero humano

Para desempeñar esas tareas de cooperación, los cobots cuentan con sensores, tecnologías inteligentes, así como sistemas conectados al Internet de las cosas (IoT) y/o sistemas específicos, como puede ser un programa de gestión de almacén. Esto se debe al hecho que los cobots deben ser capaces de colaborar con un humano de manera segura; por eso necesitan ese tipo de sensores y tecnologías smart, que les permiten detectar y reaccionar ante la presencia de un operario.

Aunque todas estas tecnologías puedan parecer un desafío, lo cierto es que los cobots también se caracterizan por su facilidad de uso. Su tamaño y peso suele ser mucho más reducido que el de los robots industriales automatizados, algo que permite trasladarlos fácilmente de ubicación según convenga al trabajador. También son fáciles de programar y operar, ya que su misión no consiste en sustituir el trabajo humano, sino en reforzarlo.

La primera patente relacionada con cobots se registró en Estados Unidos en 1996. Desde entonces, este mercado no ha dejado de crecer. De hecho, un informe publicado en 2019 predice un aumento del 55,7% hasta 2024. La creciente inversión en automatización de las distintas industrias, junto a la eclosión del comercio electrónico (que cada vez requerirá una mayor capacidad logística en fábricas y almacenes), son dos de las razones que apuntan a que cada vez será más habitual ver a los cobots trabajando codo con codo con humanos.

Qué pueden hacer los cobots

Las labores que puede desempeñar un cobot son tan variadas como el propio mercado demande. En la actualidad, existen algunas aplicaciones que ya son comunes en distintas industrias y que ayudan en su tarea diaria a miles de trabajadores en todo el mundo:

– Soldadura: este tipo de trabajos en una fábrica a través de robots suelen requerir una mezcla de experiencia en programación de robots y técnicas de soldadura. La ventaja de utilizar cobots es que su programación resulta mucho más sencilla, lo que facilita enormemente operar con ellos a cualquier trabajador con conocimientos en este tipo de técnicas. De esta manera, el operario indica al cobot qué tareas deberá realizar y cómo ejecutarlas, de tal modo que la máquina se encarga de llevarlas a cabo de manera precisa y segura.

– Tareas de acabado: pulir, desbarbar o desmenuzar piezas de metal son algunas tareas de acabado que suelen requerir una gran cantidad de fuerza para su ejecución con herramientas manuales. Además, las vibraciones de las máquinas pueden causar lesiones a los operarios. Sin embargo, los cobots pueden aportar la fuerza, repetición y precisión requeridas para este tipo de trabajos. Los propios trabajadores pueden indicar a la máquina cómo realizarlas de manera manual o a través de métodos de programación, en función del tipo o tamaño de pieza de que se trate.

– Control de calidad: las inspecciones para comprobar la calidad de los productos son habituales en las cadenas de producción de todo el mundo. El empleo de cobots en dichas cadenas actúa como un multiplicador de los sentidos del propio inspector: el uso de cámaras de alta resolución permite comprobar hasta el último detalle en piezas de precisión producidas a la medida de las especificaciones de un cliente. También permite comparar con exactitud la pieza que se está inspeccionando con un modelo generado por ordenador.

– Logística: existen ya almacenes en los que los operarios preparan los pedidos y se los entregan a sus compañeros cobots, que eligen la ruta óptima para recorrer el almacén y entregarlos en el área adecuada. En este caso, la máquina evita paseos innecesarios a sus compañeros humanos, al cubrir distintos trayectos por diferentes departamentos. Son los operarios los que entregan al cobot los objetos que debe transportar e indican a dónde debe llevarlos. ¿Y qué ocurre si estos artilugios se encuentran con una persona en su camino? Que se apartan respetuosamente para dejar paso.

El uso de cobots en la industria 4.0 es un factor que puede ayudar a personas de todo el mundo a elevar la cualificación de sus puestos de trabajo. La clave está en dejar atrás las tareas repetitivas y peligrosas para que se ocupen de ellas sus compañeros robóticos. Para ello, es imprescindible apostar por un enfoque laboral en el que la inteligencia artificial garantice que las decisiones finales en el trabajo sean tomadas por seres humanos. Un enfoque en el cual los cobots tienen mucho que aportar.

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