Las labores que puede desempeñar un cobot son tan variadas como el propio mercado demande. En la actualidad, existen algunas aplicaciones que ya son comunes en distintas industrias y que ayudan en su tarea diaria a miles de trabajadores en todo el mundo:
– Soldadura: este tipo de trabajos en una fábrica a través de robots suelen requerir una mezcla de experiencia en programación de robots y técnicas de soldadura. La ventaja de utilizar cobots es que su programación resulta mucho más sencilla, lo que facilita enormemente operar con ellos a cualquier trabajador con conocimientos en este tipo de técnicas. De esta manera, el operario indica al cobot qué tareas deberá realizar y cómo ejecutarlas, de tal modo que la máquina se encarga de llevarlas a cabo de manera precisa y segura.
– Tareas de acabado: pulir, desbarbar o desmenuzar piezas de metal son algunas tareas de acabado que suelen requerir una gran cantidad de fuerza para su ejecución con herramientas manuales. Además, las vibraciones de las máquinas pueden causar lesiones a los operarios. Sin embargo, los cobots pueden aportar la fuerza, repetición y precisión requeridas para este tipo de trabajos. Los propios trabajadores pueden indicar a la máquina cómo realizarlas de manera manual o a través de métodos de programación, en función del tipo o tamaño de pieza de que se trate.
– Control de calidad: las inspecciones para comprobar la calidad de los productos son habituales en las cadenas de producción de todo el mundo. El empleo de cobots en dichas cadenas actúa como un multiplicador de los sentidos del propio inspector: el uso de cámaras de alta resolución permite comprobar hasta el último detalle en piezas de precisión producidas a la medida de las especificaciones de un cliente. También permite comparar con exactitud la pieza que se está inspeccionando con un modelo generado por ordenador.
– Logística: existen ya almacenes en los que los operarios preparan los pedidos y se los entregan a sus compañeros cobots, que eligen la ruta óptima para recorrer el almacén y entregarlos en el área adecuada. En este caso, la máquina evita paseos innecesarios a sus compañeros humanos, al cubrir distintos trayectos por diferentes departamentos. Son los operarios los que entregan al cobot los objetos que debe transportar e indican a dónde debe llevarlos. ¿Y qué ocurre si estos artilugios se encuentran con una persona en su camino? Que se apartan respetuosamente para dejar paso.
El uso de cobots en la industria 4.0 es un factor que puede ayudar a personas de todo el mundo a elevar la cualificación de sus puestos de trabajo. La clave está en dejar atrás las tareas repetitivas y peligrosas para que se ocupen de ellas sus compañeros robóticos. Para ello, es imprescindible apostar por un enfoque laboral en el que la inteligencia artificial garantice que las decisiones finales en el trabajo sean tomadas por seres humanos. Un enfoque en el cual los cobots tienen mucho que aportar.