Aunque son muy fáciles de utilizar, las redes públicas pueden ser un punto de vulnerabilidad que deje expuestos nuestros datos privados
Son como oasis en el desierto. Las redes wifi públicas nos ofrecen conexión en momentos en los que queremos acceder a internet y no podemos. Por ejemplo, cuando se nos han acabado los datos en nuestro teléfono móvil. También cuando viajamos fuera de la Unión Europea y no queremos sufrir las consecuencias del roaming. Si queremos descargarnos algún archivo pesado o trabajar fuera de casa, respiramos aliviados al comprobar que hay una wifi gratuita disponible. Viajar a bordo de un tren por lugares sin cobertura y poder conectarse también es motivo de celebración para muchos.
Tener disponible una conexión a internet de manera gratuita siempre es una alegría. Sin embargo, no todo son ventajas con las redes wifi públicas o aquellas que detecta nuestro dispositivo y no requieren una contraseña para entrar. Precisamente porque son accesibles para todo el mundo, son también un imán para terceras personas interesadas en acceder a los dispositivos que se conectan a estos puntos.