El Producto Interior Bruto es uno de los términos más citados por la prensa y, sin embargo, buena parte de la sociedad desconoce qué es y cómo se mide esta herramienta fundamental para determinar la riqueza de un país.
A lo largo de la historia han existido numerosas maneras de medir la riqueza y el poderío económico de un país. Una de las tradicionales era la posesión de tierra. Hasta hace pocas décadas, la expansión territorial de una nación equivalía a crecimiento económico. Pero también lo era su acceso a recursos naturales valiosos, los acuerdos comerciales entre otras potencias… e incluso su número de habitantes, especialmente para mano de obra y ejército. Sin embargo, en economías cada vez más complejas, con industrias plenamente desarrolladas y millones de actores económicos, se requieren conceptos más avanzados como el del PIB o Producto Interior Bruto para medir el crecimiento económico de un país. Y resulta que es más sencillo de lo que imaginas.
Comencemos explicando que el PIB es el valor de todo lo que genera un país dentro de sus fronteras durante un determinado periodo de tiempo, ya sean bienes o servicios. Un coche ensamblado en una fábrica, una cafetería que abre cada mañana o una patente que registra un investigador. Todo ello se considera la riqueza de un país. Y decimos que es Bruto porque no se contabilizan los consumos de capital, es decir, lo que cuesta generar esos bienes o servicios.
Para calcular el PIB existen tres fórmulas o métodos.
- El método de valor añadido: con este método el PIB se calcula sumando el valor añadido que generan todos los bienes y servicios en los diferentes sectores económicos. Es decir, sumamos la venta de cada bien y servicio, pero restándole el coste de las materias primas y fuerza de trabajo que ha costado elaborarlo. Cuando se calcula el PIB de esta manera lo habitual es dividirlo en diferentes sectores económicos como el agrícola, el sector servicios, la construcción, etcétera.
- El método de gasto: al contrario que con el anterior método, en el que calculábamos el PIB en función de las ventas de los productos y servicios, en este sumamos los gastos de esas compras. Aquí se tiene en cuenta el consumo de las familias, el consumo del gobierno, la inversión en nuevo capital y el resultado de las exportaciones netas, sin tener en cuenta las importaciones.
- Método de las rentas: en este método sumamos todos los factores que participan en la producción, como las rentas de los asalariados, el excedente bruto de explotación y los impuestos indirectos netos de subvenciones.
Otro concepto que merece la pena tener en cuenta es el de Producto Nacional Bruto que, esta vez sí, incluye lo que genera un trabajador o empresa española en el extranjero, pero resta lo generado por factores extranjeros.