Es una de las estancias de la casa donde mayor gasto de agua hacemos. Por ello, debemos ser especialmente cuidadosos para evitar despilfarrar el agua.
Uno de los consejos habituales es evitar tomar baños y sustituirlos por duchas, ya que se reduce el volumen de agua que solemos utilizar.
Existen multitud de métodos para reducir el consumo de agua en la ducha, desde dispositivos que reducen el caudal, perlizadores, hasta rociadores eficientes que limitan el consumo. Los rociadores de ducha eficientes consumen unos 6-7 litros de agua por minuto, frente a los 12-15 litros de los tradicionales, estima el MITECO.
Limitar el tiempo que empleamos en tomar una ducha también es otro de los consejos para evitar el despilfarro de agua. En este punto, los relojes, en distintos modelos y formatos, nos ayudan a cronometrar nuestras duchas, que, idealmente, deberían tener una duración estimada de entre 4 y 5 minutos de media.
Otro consejo habitual es cerrar los grifos mientras realicemos cualquier acción que no precise de agua en ese instante, por ejemplo, cuando nos enjabonamos en la ducha, nos afeitamos o nos cepillamos los dientes.
Incluso, para aprovechar el agua fría cuando estamos a la espera del agua caliente, se puede utilizar cualquier dispositivo que recoja el agua para aprovecharla en otras actividades (regar las plantas, fregar el suelo).
Por último, se sugiere contar con cisternas con doble pulsador, optando por la descarga reducida salvo que se necesite mucha agua, y evitar tirar cosas al retrete: mucho mejor una papelera.