ECONOMÍA

Consejos para usar la tarjeta de crédito en el extranjero

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Consejos para usar la tarjeta de crédito en el extranjero
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CaixaBank

14 Agosto, 2017


Viajar al extranjero ha cambiado mucho en las últimas dos décadas. En primer lugar porque la posibilidad de tener una moneda común compartida por 19 países europeos simplifica mucho los gastos en estos destinos: gracias al euro, no hay que hacer cambios de divisas ni hacer cálculos para saber a cuánto nos sale el menú del día. Pero el verdadero cambio global lo ha traído el dinero de plástico: las tarjetas de crédito y de débito.

Son cómodas, fáciles de llevar, seguras, permiten pagar independientemente de la moneda local, se guarda un registro de cada transacción realizada, permiten retirar dinero en moneda local en los cajeros, son imprescindibles para algunas gestiones como el alquiler de coches… Sus virtudes a la hora de viajar son muchísimas y su penetración global hace fácil su uso en muchas circunstancias distintas.

Visa, por ejemplo, presume de permitir la extracción de dinero en una red que solo en Europa alcanza casi los 400.000 cajeros automáticos. La compañía está presente en más de 200 países y en millones de establecimientos.

Pero no es solo cuestión de comodidad, sino también de ahorro, como señala este estudio realizado por MasterCard junto a TNS: “Los pagos electrónicos son la opción más barata cuando se viaja al extranjero”. La retirada de efectivo en los cajeros o el cambio de divisa en destino pueden resultar mucho más costosos en función de las comisiones que se aplican en determinados países.

Excepciones y consejos

Pero, aunque los ámbitos de consumo están cada vez más uniformizados en todo el planeta, hay que tener en cuenta una serie de excepciones y consejos a la hora de confiar todo nuestro viaje a un plástico:

  • Llevar dos tarjetas. Paco Nadal, reconocido trotamundos, señala en su blog de El País la que es una máxima en sus viajes: “Siempre llevo al menos dos, una de crédito y otra de débito de dos sistemas distintos”.
  • Considerar el destino. Estambul, Tokio o Los Ángeles pueden tener cajeros en cada esquina y datáfonos en cada comercio. Pero si pretendes recorrer en bicicleta el altiplano boliviano, saltar de isla en isla en Micronesia o tienes intención de remontar el río Congo hasta lo más profundo de su selva, igual no lo tienes tan fácil.
  • Alemania como síntoma. No se trata sólo de lugares recónditos, puede que tu destino sea un lugar tan accesible como Alemania. Este país es el ejemplo de cómo la cultura financiera local influye en los hábitos de los comercios y puede afectar al turista. Los alemanes prefieren pagar en efectivo o, a lo sumo, con su tarjeta propia, la EC Karte.
  • La particularidad de Holanda. Lo mismo que sucede en Alemania pasa en Holanda, que tiene como particularidad su preferencia por las tarjetas con PIN frente a las de firma. Así que, vayas donde vayas, mejor que te informes bien antes de llegar a tu destino para evitar sorpresas. Los foros de viajeros son un buen sitio para preguntar y conocer experiencias de otros.
  • Metálico para imprevistos. El comparador de productos bancarios CrediMarket también recomienda, en este artículo en Expansión, ahorrar con el pago con tarjeta cuando se sale de la zona euro, ya que te evitas la comisión del cambio de divisa restante. Pero también señalan que “siempre es aconsejable, para cubrir cualquier imprevisto, llevar una cantidad de dinero en metálico”.
  • En cajero, mejor débito. Así lo indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): “Comprueba qué comisiones te van a cobrar por extraer dinero en cajeros automáticos en el extranjero. Normalmente cobran menos con las tarjetas de débito que con las de crédito”.
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