Encender un dispositivo electrónico y conectarse al mundo entero. Internet es una fuente infinita de recursos en la palma de nuestra mano. Nos permite conocer nuevos lugares y personas sin movernos del salón. También acceder a formación, entretenimiento, información, sanidad, trabajo y un sinfín de posibilidades.
Internet se ha convertido en nuestra puerta al mundo y, como tal, debemos protegerla. De hecho, si alguien llama a la puerta de nuestra casa, lo sensato es que comprobemos su identidad antes incluso de abrirla. Esta es una costumbre que no siempre trasladamos a internet, pese a que también en este entorno hay delincuentes dispuestos a aprovecharse de nosotros.
El problema es que, en muchas ocasiones, somos nosotros quienes abrimos la puerta a estos estafadores sin querer. Por esta razón, es importante conocer los métodos que utilizan para que les demos acceso a nuestros datos, a nuestro dinero o incluso a nuestra confianza para intentar colarnos información falsa. Hay una serie de anzuelos que no debemos morder si queremos mantenernos a salvo de los intentos de fraude por internet. A continuación, veremos algunos ejemplos.