Pero, ¿qué sabemos de la Bolsa de Frankfurt? ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Cómo ha llegado a convertirse en un gigante bursátil? Para responder a estas preguntas, debemos remontarnos a las ferias medievales que tenían lugar en la ciudad en el siglo XII. Como resultado de la buena actividad comercial que se derivaba de ellas, en el siglo XVI Lutero denominó a la ciudad “el agujero de plata y oro” del imperio alemán.
Más adelante, y debido también a la elevada inmigración a la ciudad por parte de holandeses y franceses, se establecieron en Frankfurt el comercio mayorista y el sector bancario. Los comerciantes de toda Europa venían a la ciudad alemana con el fin de participar en el comercio. Años más tarde, en 1585, tendría lugar el nacimiento del intercambio en Frankfurt.
A partir de entonces, durante las ferias, un grupo de comerciantes empezó a reunirse periódicamente para actualizar los tipos de cambio para las transacciones en monedas y billetes. Y es en ese momento, en el año 1605, que nació oficialmente el término Börse, el nombre con el que se designaba a estas reuniones.
No obstante, no fue hasta 1666 que se promulgaron las primeras reglas de intercambio, lo que dio lugar al establecimiento de una administración oficial de bolsa. La primera hoja de cotizaciones de la Bolsa de Frankfurt data del año 1721.
De esta forma, poco a poco la ciudad se fue convirtiendo en un centro internacional de finanzas con una de las bolsas más influyentes, la cual construyó su propio edifico en la conocida Paulsplatz, que abrió sus puertas en 1843.
La Primera Guerra Mundial y la llegada al poder del partido nazi en Alemania son algunos de los acontecimientos que también marcaron la historia y evolución de la Bolsa de Frankfurt.
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