John Forbes Nash, cuya vida inspiró la conocida película Una mente maravillosa, nació en 1928 en Virginia Occidental, y debe el premio Nobel a su tesis doctoral, que defendió en el año 1950, y que ya contenía la definición y las propiedades de lo que luego se vino a llamar el equilibrio de Nash: un concepto de solución en el que un individuo toma una decisión conociendo la estrategia que maximiza sus ganancias, teniendo en cuenta las estrategias de los otros actores que intervienen, de forma que se carece de incentivos para hacer un cambio individual de estrategia. Dicho de otra forma: si yo actúo de una forma, tú actúas de otra; algo sucede, y ese algo va a depender de lo que ambos hagamos. Es la lógica que utilizamos cuando intentamos quedarnos con el último trozo de pastel o cuando hacemos un favor a alguien con la esperanza de que nos lo devuelva en el futuro.
Aunque le diagnosticaron esquizofrenia paranoide, cosa que lo obligó a entrar y salir de los hospitales a lo largo de su vida, Nash murió en un accidente de coche a los 86 años, cuando un taxi le llevaba a su casa de New Jersey tras regresar de un viaje a Noruega. Venía de recibir otro importante galardón matemático: el premio Abel.
Reinhard Selten nació en 1930 en Breslavia, en la actual Polonia, cuando la ciudad aún pertenecía a Alemania. Graduado en Matemáticas y Ciencias Económicas, desde 1969 fue profesor en varias universidades alemanas (Fráncfort, Libre de Berlín, Bielefeld y Friedrich Wilheln de Bonn), así como en la de Berkeley, en California.
Tomando como base los trabajos de Nash, estudió juegos como el póquer o el ajedrez, donde se utilizan estrategias basadas en lo que harán los contrincantes, y formuló “una teoría matemática de conflicto y cooperación” en la que analizó matemáticamente el comportamiento de protagonistas racionales, sus estrategias de decisión y sus formas de actuación en situaciones competitivas. En pocas palabras, se podría decir que perfeccionó el equilibrio de Nash para analizar la interacción de estrategias.
“Es como jugar al ajedrez”, explicó Selten al New York Times cuando recibió el premio Nobel. “Tienes que pensar muy bien en lo que crees que hará tu oponente, y después planificar tu propia estrategia en base a ello. No siempre acertarás, pero pensar de esta forma probablemente hará que tu juego mejore y reducirá el número de movimientos equivocados”.
Considerado uno de los padres de la economía experimental, Selten falleció en 2016, a los 85 años.
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