Tiene el poder de transformar la vida de las personas y de las instituciones. Incluso España se ha convertido en una de las grandes potencias mundiales en el asunto. Su relevancia es indudable, sin embargo, el voluntariado corporativo no es un concepto muy conocido entre los ciudadanos.
Se trata de una actividad que ejerce un doble impacto sobre sociedad y negocio. Además, se ha convertido en una de las principales puertas a través de las cuales los ciudadanos se acercan por primera vez al voluntariado. Estas son algunas de las razones por las que merece la pena promocionarla.
Un objetivo por el que trabaja Voluntare, una de las redes de voluntariado corporativo más relevantes en España y Latinoamérica, de la cual la Asociación Voluntarios de “la Caixa” es socio director. Voluntare está presente en 25 países, con 40 socios empresariales y 45 ONG, que agrupan a más de 500 000 voluntarios. Distinguida por la ONU en 2018 con el premio IMPACT2030 Innovation Awards, esta organización promueve la única formación universitaria en gestión del voluntariado corporativo que existe en el mundo y ha logrado que la propia Ley del Voluntariado española incluyera a las empresas como referentes en la promoción de este tipo de actividades.
Juan Ángel Poyatos es el máximo responsable de Voluntare. Este profesional ha estado involucrado en el sector del voluntariado corporativo en España desde que apenas era una actividad marginal y es un testigo privilegiado de su evolución. Él afirma: “España es el segundo país del mundo donde más se apuesta por el voluntariado corporativo, solo por detrás de Estados Unidos y esto es un logro muy importante”.
¿Cómo ha evolucionado el voluntariado corporativo en España para llegar a ese punto?
Desde que celebramos en Valencia el I Congreso Internacional de Voluntariado Corporativo en el año 2008, este concepto ha pasado de la irrelevancia y el desconocimiento a convertirse en una de las principales actividades que permiten a las personas acceder al voluntariado. Esto quiere decir que son las empresas las que facilitan ese acercamiento.
También se ha pasado de un escenario inicial de cierto recelo, en el que muchas ONG no querían trabajar vinculadas a empresas, a otro de cooperación. En este sentido, Voluntare funcionó durante años como espacio de diálogo y, con el esfuerzo de todos, se han conseguido establecer relaciones muy sólidas e interesantes entre compañías y entidades sociales.
Yo viajo fuera de España muy a menudo, y cuando comparto experiencias e iniciativas que se promueven en nuestro territorio percibo un importante asombro. Sin duda tiene mucho que ver con ello que existan referentes como CaixaBank, que mantiene una gran implicación con este concepto.
¿Qué ventajas aportan las empresas a las entidades sociales a la hora de colaborar con ellas?
Las compañías suelen aportar perfiles muy cualificados, que proporcionan a las ONG conocimiento y experiencia. Mientras el voluntariado clásico es más asistencial, el corporativo tiene una mayor capacidad de influencia sobre el funcionamiento de la propia ONG.
Con todo, en el voluntariado corporativo también existe una parte asistencial para aquellas personas que prefieran esta opción. De hecho, suele ser el punto de partida que permite a los empleados iniciarse en estas actividades. Se suele empezar por tareas más sencillas para pasar después a otras de mayor impacto, que pueden llegar a promover cambios importantes en las entidades sociales.