SOSTENIBILIDAD

Finanzas sostenibles, la buena práctica de los supervisores financieros

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Finanzas sostenibles, la buena práctica de los supervisores financieros
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Bankia

26 Febrero, 2020


Quiénes son los supervisores financieros

Dentro del sistema financiero hay distintos operadores. Uno de ellos son los bancos, como son el Banco de España (BDE) o el Banco Central Europeo (BCE), cuya misión es la supervisión directa en cuanto a liquidez y solvencia tanto a nivel nacional como europeo.

Por otro lado, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es el organismo encargado de la supervisión e inspección de los mercados de valores españoles y de la actividad de cuantos organismos interactúen en el mismo para conseguir la total transparencia de los mercados, la correcta formación de precios y la protección de inversores.

Existen organismos reguladores como la EBA o Autoridad Bancaria Europea (ABE), la cual trabaja independientemente de la UE para garantizar la efectividad y coherente regulación y supervisión de todo el sector bancario europeo.

Cómo afecta la sostenibilidad al sistema financiero

El sistema financiero no se fundamenta solo en criterios puramente cuánticos. Se ve afectado por los criterios de decisión que adoptan los consumidores, ahorradores e inversores. A la vez, es un importante impulsor de los cambios que se proponen en la economía y objetivos de la sociedad por parte de los gobiernos nacionales y los acuerdos supranacionales.

Desde esta orientación, las recientes decisiones del Parlamento Europeo, alineándose con los objetivos necesarios para un desarrollo sostenible, no solo han generado medidas sobre la arquitectura de supervisión, sino que han establecido puntos para enfocarla a los objetivos de sostenibilidad.

¿Cómo entienden la sostenibilidad los supervisores financieros?

El principal objetivo de todos ellos es el de buscar la alineación de la inversión y el ahorro con los principales valores de sostenibilidad medioambientales, sociales, éticos y de buen gobierno.

En un enfoque más global, los supervisores van a establecer criterios y medidas para que los diferentes productos financieros se alineen cada vez más con los objetivos de sostenibilidad, haya una mayor ética y trasparencia en la actuación de los operadores y protejan más al consumidor, ya sea ahorrador o inversor.

Por un lado, la Autoridad Bancaria Europea o EBA, hace unos meses presentaba su plan de acción para finanzas sostenibles en base al posterior “Plan de acción sobre la financiación del crecimiento sostenible” publicado por la Comisión Europea. Un nuevo enfoque centrado en indicadores clave y en la divulgación para apoyar las estrategias ecológicas de los bancos a través de un calendario que cumpla con los mandatos del ESG (relacionados con los factores medioambientales, sociales y de gobernanza) y que proporcione un crecimiento económico sostenible. La EBA posee un papel alentador hacia las instituciones financieras y de seguimiento del cumplimiento, en orden de que actúen para incorporar los factores ESG en sus estrategias comerciales.

El Banco de España valora que la banca y los inversores están considerados actores esenciales de vital importancia a la hora de impulsar la transición hacia un modelo económico sostenible, así afirma la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado. Por ahora, deben ponerse al día mediante la evaluación y cuantificación de los riesgos que plantea el cambio hacia una economía sostenible.

La supervisión del Banco Central (BC) de cada país se ve reforzada por el nuevo organigrama de la UE. Los criterios de estos organismos ponen foco en una sostenibilidad de las finanzas, siempre orientados a un compromiso social, al medio ambiente y a una buena gobernanza.

El Banco Central Europeo dirige sus esfuerzos a apoyar tanto a los participantes en el mercado, los legisladores y los reguladores en su trabajo para identificar los riesgos que derivan del cambio climático. El mandato de Christine Lagarde en el BCE vino acompañado de nuevos retos, entre ellos, los referidos al cambio climático. La iniciativa consiste en colocar el medio ambiente como parte de la política monetaria a través de modelos económicos de evaluación de riesgos.

En diciembre, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) publicaba su plan de acción sobre finanzas sostenibles en base a los criterios ESG. El organismo tiene previsto aplicar estas estrategias verdes a través de: una primera etapa en la que se trasladarán a los bancos centrales los criterios para la estrategia, las métricas e información clave; la segunda consiste en realizar pruebas de estrés a las entidades bancarias europeas a fin de evaluar los posibles riesgos derivados de circunstancias medioambientales o cambios de la política climática. Seguidamente, la siguiente fase consistiría en analizar la exposición (inversión) de los bancos en la lucha contra el cambio climático mediante la monitorización y gestión de riesgos.

Por último, la Comisión Nacional de Mercados y Valores (CNMV) declara su compromiso con las finanzas sostenibles. De hecho, ha armonizado todos los contenidos relacionados con este tema en un espacio común en su web.

La CNMV cuenta con un comité interno que coordina las actividades de la CNMV en todo lo relacionado con las finanzas sostenibles, además, la entidad actúa en diferentes focos:

  • Nacional, efectuando la supervisión en materia de información no financiera (medioambiental, social o relativa a derechos de trabajadores).
  • Europeo, trabajando y contribuyendo en divulgación en materia de sostenibilidad además de aplicando reformas referidas a estos aspectos.
  • Internacional, a través del grupo Sustainable Finance Network de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO), analizando el papel de los supervisores financieros y la industria en las finanzas sostenibles para poder identificar iniciativas nacionales del sector público y privado.
  • De forma interna mediante un plan de actividades con iniciativas de carácter medio ambiental y social con objetivos como la reducción del impacto medioambiental de la organización (puntos de recarga de vehículos eléctricos, reducción del consumo de papel…).
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