La inflación y sus efectos sobre la economía
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CaixaBank
25 Febrero, 2015
Durante las últimas semanas, la agenda financiera ha estado marcada por el anuncio de una de las medidas más importantes que ha tomado el Banco Central Europeo (BCE) en los últimos meses: el llamado QE (quantitative easing). Esta medida, que consiste en comprar deuda pública a gran escala, tiene como objetivo final reactivar la economía y aumentar los niveles de inflación inaceptablemente bajos que llevan demasiado tiempo acechando la eurozona.
Precisamente, sobre la evolución de los precios trata el artículo “Inflación a la baja y riesgo de deflación”, publicado en el último informe de ”la Caixa” Research. Pero, ¿qué es exactamente la inflación? Es la subida generalizada de precios de bienes y servicios en un periodo determinado. Para cuantificarla, se utiliza el Índice de Precios al Consumo (IPC), un indicador que mide la variación de los precios de un conjunto de productos en relación con el periodo anterior. Si los precios caen respecto al año anterior, la inflación se sitúa en terreno negativo. Una tasa de inflación negativa de forma persistente, un fenómeno también llamado deflación, tiene un efecto nocivo para la economía, haciendo mella en las expectativas de los hogares y las empresas sobre la evolución futura de los precios, que pueden acabar posponiendo sus decisiones de consumo e inversión. Asimismo, una tasa de inflación muy alta de forma sostenida, lo que se conoce como hiperinflación, también es perjudicial para la economía. Por ello, el principal mandato de la autoridad monetaria es mantener la estabilidad de los precios (con un objetivo del 2%).
Objetivo del QE: reactivar la economía
Antes del QE, el BCE ya había usado un amplio arsenal de políticas monetarias expansivas para inyectar liquidez a las economías de la eurozona. Para ello, había “abierto el grifo” del crédito a los bancos con la pretensión de incrementar el dinero en circulación. En teoría, ello debería propiciar un mayor consumo e inversión, lo que repercute en la reactivación de la economía y, a su vez, presiona al alza los precios.
Sin embargo, toda esta liquidez no ha acabado llegando a la economía real. ¿Por qué? A grandes rasgos, las causas obedecen a dos grandes factores. Por un lado, la concesión de crédito se ha mantenido débil. Ello se debe a que la demanda de financiación ha sido prácticamente nula dado el proceso de desapalancamiento en el que se encuentra el sector privado. A su vez, la nueva normativa de regulación bancaria tampoco ha contribuido a propiciar un escenario favorable para una mayor concesión de crédito. Por otro lado, el escenario económico de incertidumbre tampoco ha incentivado a empresas y a hogares ni a invertir ni a consumir.
Por ello, con esta nueva medida, el BCE inyectará liquidez (y, en última instancia, aumentará la inflación) comprando títulos de deuda pública de forma que esa liquidez sí llegue a la economía real gracias a una reducción de los costes de financiación de las empresas.
Si quieres profundizar más en un concepto tan de actualidad como el que exponemos, te invitamos a leer el dossier “Expectativas de inflación” en último número del Informe Mensual de ”la Caixa” Research de febrero de 2015.
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