Las investigaciones del ingeniero agrónomo Rafael González Perea han creado un modelo que optimiza el consumo de agua y energía en el sector agrícola, un avance que podría ayudar a detener el deterioro del ecosistema | La tesis de González Perea le ha valido para ganar la tercera edición del premio a la mejor tesis doctoral en el sector agroalimentario, otorgada por la Cátedra AgroBank de la Universidad de Lleida.
Hace alrededor de 9000 años la zona que hoy conocemos como Sahara no era el mayor desierto del mundo, sino un inmenso vergel que pudo acoger algunas de las más tempranas sociedades de la humanidad. En aquel periodo, la conocida popularmente como Edad de Hielo acababa de terminar y las grandes superficies heladas habían dado paso a extensos prados y lagos; los investigadores creen que en aquel momento, el Sahara era un gran bosque, tal vez selva, repleto de vida.
Hoy el Sahara es un lugar completamente diferente. Este radical cambio nos enseña que el clima y la geografía del planeta están en una constante transformación, la cual se ha acelerado como consecuencia del cambio climático producido por la actividad humana y que ya amenaza gravemente nuestra forma de vida. ¿Y qué tiene que ver todo esto con el ingeniero agrónomo Rafael González Perea? Pues puede que este joven cordobés, reciente ganador de la tercera edición del premio a la mejor tesis doctoral en el sector agroalimentario, que otorga la Cátedra AgroBank de la Universidad de Lleida, tenga una de las claves para evitar que la península ibérica se convierta en el próximo desierto de Europa.