SOSTENIBILIDAD

Regreso al futuro que nos depara el cambio climático

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Regreso al futuro que nos depara el cambio climático
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CaixaBank

13 Marzo, 2019


Hoy te proponemos un viaje. No vamos a ningún lugar en concreto, pero sí a una fecha simbólica: junio de 2050. Justo en el ecuador del siglo XXI, un momento que se han esforzado en predecir desde escritores de ciencia ficción hasta científicos de todo tipo. Ya te adelantamos que lo más probable es que ninguna de las proyecciones realizadas acierte completamente, pero el futuro que nos dibujan las mentes más preclaras del momento no deja lugar a la duda: nos abocamos a un mundo en el que no querremos vivir.

Así que empaca altas dosis de optimismo y prepárate para vivir una experiencia única, porque este va a ser un viaje que no te dejará indiferente.

Un mundo de extremos

Bienvenido al año 2050. Bienvenido a un mundo de condiciones extremas producidas por el cambio climático que las generaciones anteriores no supieron detener a tiempo. Hoy el planeta es entre 1,5 y 3 grados más caliente que a comienzos de siglo, aunque tú no lo notas inmediatamente. De hecho, hace una temperatura cálida pero soportable al atardecer. Al fin y al cabo, estás en España a comienzos de verano. Pero cuando el sol termina de caer te das cuenta de que, lejos de abandonarte, la sensación de bochorno se incrementa. Eso es porque ahora el sur de Europa sufre largos periodos en los que la media nocturna no baja de los 30 grados en muchas ciudades, lo que hace que dormir sea imposible sin un sistema de aire acondicionado conectado permanentemente.

Cuando te levantas a la mañana siguiente, esperas abrir la ventana y respirar algo del fresco característico de las primeras horas, pero en su lugar te recibe una brisa caliente más propia de una ola de calor. No estás equivocado. Hoy las temperaturas se acercarán peligrosamente a los 50 grados en algunas provincias de España y prácticamente todo el país se encuentra en alerta roja por una ola de calor procedente del desierto del Sáhara que también arrastrará partículas en suspensión. Casi no puedes creerlo cuando ves la predicción en el informativo de la mañana.

Es la nueva normalidad, porque, en el año 2050, las condiciones extremas son las que marcan el ritmo de los días en buena parte del mundo: desde largas sequías y olas de calor que duran meses, hasta profundas gotas frías que provocan inundaciones nunca antes vistas. Los inviernos, lejos de ser un momento para descansar del sofocante calor, se han convertido en un reto para muchas poblaciones, incluso cuando están acostumbradas a un descenso drástico de las temperaturas y a copiosas nevadas.

Con temperaturas tan elevadas, no te sorprende que el nivel del mar haya subido alrededor de 50 centímetros como consecuencia de la desaparición de buena parte del hielo acumulado en los polos. La mayoría de las naciones del mundo se encuentran en estos momentos desarrollando planes de evacuación de las zonas costeras más afectadas, porque todo parece indicar que, hacia final de siglo, el hielo habrá desaparecido completamente de los polos y el dibujo de las costas podría ser algo parecido a lo que muestra este vídeo.

Las nuevas migraciones

Los flujos migratorios que conocías a principios del siglo XXI se han quedado en anécdota comparado con lo que ves en la actualidad. Según la agencia para los refugiados de Naciones Unidas (ACNUR), hacia 2050 entre 250 y 1000 millones de personas se han visto obligadas a dejar su hogar por culpa del cambio climático.

Estos enormes movimientos poblacionales representan un reto muy importante para los países receptores, que tienen que lidiar con sus propios problemas derivados del clima mientras acogen a millones de personas dentro de sus fronteras.

Debes recordar que hacia mitad del siglo XXI ya son casi 10 000 millones de personas las que habitan el mundo, así que uno de los nuevos desafíos de los países es alimentar a toda la población. Esto no resulta sencillo en ecosistemas con climas extremos –como hemos visto anteriormente–, en los que se ha perdido una masa forestal equivalente a todo el subcontinente de la India.

Esta tragedia medioambiental que ya es una realidad en 2050 tiene más víctimas que las humanas; numerosas especies animales que a principios del siglo XXI estaban en las listas de peligro de extinción han terminado por sucumbir. En unas pocas décadas, la humanidad ha eliminado del planeta a más del 60 % de las especies animales.

A tiempo de evitar esta distopía

Apenas has pasado un día en el futuro, pero ya te apetece volver, ¿verdad? Es comprensible, porque incluso los escenarios más benévolos que predicen todo tipo de organizaciones internacionales –científicas, ecológicas, económicas y políticas– auguran tiempos complicados para el clima y, por ende, para el conjunto de la población mundial.

Ahora es cuando llegan las buenas noticias. Todavía estamos a tiempo de evitar la distopía presentada por este reportaje. Por ejemplo, la ONU ya ha identificado los principales retos a los que se enfrenta la humanidad en las próximas décadas y ha planteado objetivos concisos para abordarlos. De todo ello se habló en la conferencia del clima número 24, muy centrada en el papel de las empresas en la lucha contra el cambio climático.

De hecho, entidades como CaixaBank se han comprometido firmemente para mitigar los efectos del calentamiento global y ya desarrollan planes concretos para actuar a todos los niveles.

Sabemos que este viaje al futuro no ha sido uno de placer, pero a veces es necesario experimentar el futuro más terrible para transformar nuestra realidad más inmediata.

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