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Plantas biónicas: de purificar el aire a detectar minas antipersona

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Plantas biónicas: de purificar el aire a detectar minas antipersona
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06 Agosto, 2024


¿Te imaginas una planta capaz de iluminar tu sala de estar o detectar una bomba? La biotecnología está integrando nuevas aplicaciones en las plantas que podrían hacernos la vida más fácil.

En este artículo, descubrirás:

Espinacas antibombas

Las espinacas han sido símbolo de fortaleza para toda una generación que creció viendo las aventuras de un extraño marino que las utilizaba como suplemento para lograr superpoderes.

A quienes Popeye les quede muy lejano, no les será ajeno que las espinacas son consideradas un superalimento por sus múltiples beneficios y cualidades nutricionales.

Pero esta fuente de hierro y antioxidantes tiene aún mucho potencial por explotar, nunca mejor dicho, y es que recientemente se ha trabajado con ellas en la detección de bombas.

Gracias a la nanobiotecnología, se ha logrado modificar las hojas de las espinacas para hacerlas sensibles a ciertas sustancias químicas usadas en la fabricación de explosivos, como los que se encuentran en los campos minados y las municiones sepultadas.

Además, tal y como explican los científicos, estas plantas pueden enviar información a un smartphone, en tiempo real y de forma inalámbrica.

Potos purificadores de aire

Continuamos esta lista con una utilidad que, en principio, podría parecer obvia: las plantas purifican el aire.

Eso lo hemos oído siempre y, en mayor o menor medida, algo recordaremos de nuestras clases de Ciencias Naturales del colegio.

Efectivamente, las plantas mejoran la calidad del aire y no necesitan de la intervención humana para realizar esta función. No obstante, lo novedoso aquí es conseguir que eliminen ciertos agentes nocivos para el ser humano.

Investigadores de la Universidad de Washington han modificado genéticamente una planta de interior común, como es el poto (Pothos ivy), para que sea capaz de eliminar el cloroformo y el benceno del aire.

¿Y cómo nos afectan estas sustancias?, te preguntarás. Pues bien, el cloroformo quizás te suene, pero además de dejarte inconsciente o ulcerarte la piel si tienes contacto con grandes cantidades, respirarlo puede causar mareo, fatiga, dolores de cabeza y, si la inhalación se hace por períodos largos, puede dañar el hígado y los riñones.

Del benceno puede que hayas oído hablar menos, pero es el responsable de que disminuyan los glóbulos rojos, lo que puede producir hemorragias y aumentar el riesgo de infecciones y alteraciones en la médula ósea.

Se trata de un importante avance en la purificación del aire. En primer lugar, porque las máquinas actuales pueden eliminar polvo y alérgenos, pero no consiguen acaban con partículas tan pequeñas como son las del cloroformo y el benceno. Este poto genéticamente modificado sí puede.

En segundo lugar, porque tendríamos un ecosistema más verde y natural en nuestro hogar, que haría las veces de escudo protector.

Plantas bioluminiscentes

Para quienes sean seguidores de Avatar, un entorno natural que desprende luz por sí mismo es un paisaje precioso, pero fantástico.

Sin embargo, como ya ha ocurrido con otros avances tecnológicos, la ciencia ficción es solo el prólogo de la ciencia y ver esta panorámica de plantas bioluminiscentes en la vida real podría estar más cerca de lo que piensan.

El 20 % del consumo de energía mundial se emplea en iluminación, por lo que encontrar una alternativa más sostenible resulta una cuestión importante a la hora de cumplir con los ODS.

De ahí que un grupo de investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) trabajen con la luciferasa, la enzima que da a las luciérnagas su brillo, para obtener plantas bioluminiscentes.

Pero las luciérnagas no son la única alternativa. En un artículo publicado en Nature Biotechnology, científicos rusos demuestran cómo es posible conseguir plantas bioluminiscentes insertándoles parte del ADN de un hongo metabólicamente compatible.

Para el estudio se eligieron plantas de tabaco por su simplicidad genética y su rápido crecimiento, pero los resultados son extrapolables a la mayoría de las plantas.

Estos sujetos modificados genéticamente, también conocidos como OGM (organismos genéticamente modificados), brillan durante todo su ciclo de vida: desde la plántula hasta la madurez, emiten una luz brillante y estable y tienen un sinfín de utilidades prácticas y estéticas.

Plantas ornamentales, iluminación indirecta para interior y exterior… Incluso podríamos imaginar un futuro en que esta técnica permita sustituir las farolas del alumbrado público por hileras de vegetación que iluminen las calles a la vez que oxigenan el entorno.

Ambientadores hipoalergénicos

Las flores siempre han sido un buen ambientador, pero el polen puede producir alergias.

¿Y si pudiésemos comprar un geranio hipoalergénico? Esta es la meta que persiguen en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de Valencia, donde han conseguido crear unos geranios carentes de anteras y, por tanto, de polen.

Además, también se está trabajando en modificar el olor de los geranios y ya se puede elegir entre opciones como cola, naranja, avellana, limón o menta. Un catálogo cada vez más amplio de aromas para que disfrutes de un ambientador ecológico, sostenible, eficiente y que durará tanto como sepas cuidar tu geranio.

La unión de tecnología y botánica nos presenta un campo amplio aún por explorar. Más allá de las mejoras aplicadas al cultivo que logran ejemplares más resistentes y cosechas más abundantes, las posibilidades que nos brinda la ciencia pueden ayudar a encontrar nuevas soluciones más ecológicas a nuestras necesidades actuales.

Las plantas han sufrido milenios de evolución y nos han permitido desarrollarnos: nos han dado comida, cobijo, oxígeno y abrigo, pero todavía tienen mucho que ofrecernos.

Gracias a la biotecnología podremos sacar esos paisajes de película del mundo de la fantasía y aterrizarlos en un ecosistema en que convivamos todos los seres vivos en un mundo más eficiente y, sobre todo, más verde.

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