ECONOMÍA

Por qué ser influencer es un trabajo de verdad

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Por qué ser influencer es un trabajo de verdad
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Bankia

24 Enero, 2018


1. Darse de alta como autónomo

Los influencers, como cualquier profesional que realiza una actividad remunerada, deben declarar los ingresos que obtienen por su actividad económica.

Todo influencer que quiera empezar a percibir retribución por sus colaboraciones debe darse de alta como autónomo. De hecho, la Ley de Autónomos se ha ido flexibilizando en los últimos tiempos con el objetivo de dar cabida a más tipos de actividades. Tampoco se debe olvidar que, aunque al principio la remuneración suele ser en productos o experiencias, este tipo de remuneraciones también deben ser declaradas. Es decir, si a un influencer le regalan un coche a cambio de promocionarlo en redes sociales durante un año, debe declararlo. Lo mismo ocurre con contraprestaciones de menor valor como relojes, maquillaje, cámaras, consolas, videojuegos, etc…

No obstante, no existe un epígrafe concreto para esta nueva actividad, por lo que es necesario seleccionar alguno relacionado con publicidad, acciones de marketing o relaciones públicas. Como ocurre con todo lo novedoso, y en este caso, con todo lo relacionado con Internet, la regulación de este tipo de negocio sigue muy en el aire y el marco legal está en pleno proceso de creación.

2. Obligaciones fiscales

Al igual que cualquier profesional/autónomo, los influencers deben declarar los impuestos correspondientes a su actividad económica, por lo que la declaración trimestral del IVA es una obligación al igual que el resumen anual del IVA.

3 Obtención de ingresos:

  • Una vez dados de alta como autónomos o constituida una empresa, los influencers tienen diversas formas de obtener ingresos:
    • Monetización del contenido: la principal plataforma que permite generar ingresos directamente a través de la emisión es YouTube gracias a la inserción de anuncios en los contenidos.

      La contraprestación que esta red social abona se establece en función de una puja de anunciantes. Estos seleccionan unas características del público al que quieren llegar, por lo que si hay mucha demanda de anuncios en un tipo de perfil, el precio que estos canales reciben por las visualizaciones de su contenido será mayor.

      La monetización ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Hace varios años la monetización era muy alta y permitía a los creadores vivir con más o menos facilidad gracias a sus contenidos. Pero actualmente la plataforma ha reducido considerablemente esta contraprestación situándose entre 3€ y 0,2€ por cada 1.000 visualizaciones en España, como explica este artículo de Vozpópuli, en el que se detalla que estas contraprestaciones son diferentes dependiendo del país en el que se visualizan los contenidos, llegando al máximo de 6 dólares por cada 1.000 visualizaciones en EEUU.

    • Patrocinios de marcas: los influencers son pequeños canales de comunicación que cuentan por cientos de miles e incluso millones sus datos de audiencia, lo que ha despertado el interés de las marcas que ven en ellos una plataforma para promocionar sus productos y servicios.

      Esta es sin duda la fuente de ingresos más importante de los influencers, pudiendo cobrar varios miles de euros por una publicación. Este modelo de remuneración es aplicable a cualquier red social, desde YouTube, Twitter, Facebook o Instagram… hasta redes como Snapchat, Musica.ly o incluso LinkedIn.

      Las marcas buscan buenos “prescriptores”, por lo que los influencers se esfuerzan por tener contenidos cuidados y una línea editorial afín a los valores de aquellas marcas con las que les gustaría colaborar. Trabajar con perfiles personales supone un riesgo reputacional para las marcas, por lo que tener un historial sin polémicas u opiniones controvertidas es importante para lograr la confianza de grandes anunciantes.

      Para los influencers, las redes sociales no son un juego, sino un escaparate a través del que se muestran al mundo, por lo que suelen cuidar todo lo que comparten. Esto implica un importante esfuerzo en la creación de contenidos: no solo deben ser ingeniosos, sino tener detrás una producción de calidad. Por lo tanto, hace falta preparación técnica, tiempo para planear y ejecutar y una inversión para producir todo tipo de contenido.

    • Venta de productos: contar con miles de seguidores es una ventaja competitiva enorme que muchos influencers aprovechan para sacar a la venta sus propios productos. Este modelo de negocio incluye desde líneas de ropa o maquillaje hasta libros autobiográficos o cómics, pasando por todo tipo de merchandising.
    • Donaciones de su audiencia: en el mundo de los videojuegos se ha impuesto otro método de financiación para los influencers. Plataformas como Twitch o Patreon permiten a la audiencia hacer donaciones puntuales o prolongadas a sus creadores favoritos, llegando a constituirse como una fuente de ingresos fuerte y estable.

4. Búsqueda de clientes

Aunque acudir a los desfiles más importantes, inauguraciones de tiendas, lanzamientos de nuevos productos o estrenos de películas no parece trabajo, la verdad es que los eventos son importantes reuniones para todo influencer.

El asistir a un evento de una marca puede suponer estrechar lazos con la misma y quizá asegurarse futuras colaboraciones. Es su manera de hacer contactos, de presentarse a los responsables de las marcas y de darse a conocer.

Tampoco debemos subestimar la oportunidad de rodearse de otros creadores, intercambiar opiniones, aprender e incluso establecer colaboraciones con otros perfiles que les ayudarán a hacer crecer su audiencia y, por tanto, su caché.

5. Un equipo

Como hemos visto, ser influencer implica realizar numerosas funciones: ser guionista, fotógrafo, editor, productor, presentador, modelo, jugador de élite de videojuegos, personaje público y paralelamente, llevar a cabo funciones de gestor, abogado, empresario…

Al igual que en cualquier otro modelo de negocio, cuando los perfiles crecen, su capacidad para ser autosuficientes disminuye y nace la necesidad de contar con proveedores. No es de extrañar que un influencer cuente con un equipo que se encarga de su representación, gestión económica, asistencia legal e incluso con editores o fotógrafos. Las agencias de representación o redes de influencers son negocios que han nacido como consecuencia estos nuevos trabajos.

Al final, los cachés de los influencer no acaban siendo íntegramente para ellos, sino que forman parte de estructuras empresariales mayores.

Teniendo todo esto en cuenta, ya estás preparado para ser la nueva estrella de Internet. ¿Nos vemos en las redes?

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