¿Qué debes tener en cuenta si vas a contratar un seguro de coche?
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Bankia
02 Julio, 2019
Todos los automóviles deben tener un seguro y este, como mínimo, debe cubrir los daños causados a terceros. Si acabas de comprarte un coche y estás en proceso de contratar el seguro lo primero que debes plantearte es ¿qué tipo de seguro necesita tu coche? Para ayudarte a determinar los “must” de tu póliza puedes utilizar un simulador de seguros, con el que podrás calcular el valor de las coberturas que necesitas y acceder a una variada oferta en función de las modalidades: todo riesgo, a terceros o con franquicia.
¿Influye el tipo de combustible en el precio de tu seguro?
Debemos tener en cuenta qué tipo de vehículo manejamos, un vehículo eléctrico necesitará unas coberturas específicas diferentes a las de un coche diésel o gasolina. El precio de la póliza dependerá de muchos factores, entre ellos, la experiencia del conductor, el número de conductores ocasionales, la antigüedad del coche, su potencia… Sin embargo, el tipo de combustible apenas influye en este sentido, aunque, los vehículos diésel suelen tener precios ligeramente más elevados en sus seguros.
En el caso de los vehículos eléctricos, al principio el precio era más elevado, pero a medida que crece su presencia en el mercado su coste se va equiparando con el de los seguros de vehículos diésel o gasolina, llegando a tener precios prácticamente iguales.
¿Seguro a todo riesgo o a terceros?
Esta decisión dependerá de la preocupación que tengas por el estado de tu coche. La principal diferencia de estos dos tipos de pólizas es la cobertura de daños propios. En caso de accidente, el seguro a terceros no cubre los daños del asegurado, ni su defensa jurídica, ocupándose únicamente, de aquellos daños ocasionados al resto de accidentados. La elección de un tipo u otro debe decidirse en función del riesgo que se esté dispuesto a correr y de las características del vehículo y las circunstancias que rodeen a su uso.
Si tu opción es un seguro a todo riesgo, podrás escoger una póliza con o sin franquicia. La franquicia consiste en un importe económico o porcentaje del importe de reparación que se acuerda entre el asegurado y la aseguradora. Si eres un usuario que no suele dar partes o que usa el vehículo de manera ocasional, este tipo de seguro te convendrá ya que tienen un menor precio – a mayor franquicia, menor precio del seguro – pues siendo el usuario quién asume el coste de la reparación, la aseguradora reducirá la siniestralidad. Independientemente de su combustible, si has comprado un vehículo de segunda mano y con cierta antigüedad un seguro a todo riesgo te interesará menos que si se trata de un vehículo nuevo. Esto se debe a la depreciación que sufren los automóviles, que hace que, por ejemplo, en caso de siniestro total, la indemnización que reciba el asegurado sea menor cuanto más antiguo sea el coche.
¿Para qué vas a utilizar el vehículo?
¿Vas a usar tu coche para viajes largos, o solo para desplazarte por la ciudad? Te hacemos esta pregunta para que tengas en cuenta una de las coberturas más importantes en un seguro de automóvil: la asistencia en carretera. La mayoría de las pólizas cubren desde el Km 0, pero existen casos en los que se establece un límite de distancia en kilómetros desde el domicilio del asegurado. Así pues, si tu coche sufre una avería mientras te encuentras en los alrededores de tu casa, puede darse la posibilidad de que tu aseguradora no repare el daño.
Por lo tanto, la cobertura de asistencia en carretera es uno de los aspectos fundamentales de un seguro y es fundamental saber qué tipo de situaciones incluye. Por ejemplo, en el caso de los vehículos eléctricos es fundamental contar con asistencia desde el Km 0, debido a su escasa autonomía. Además, para este tipo de vehículos la asistencia en carreta debería cubrir los posibles fallos o la descarga de la batería, así como el traslado hasta un punto de carga o a un taller que repare la avería.
¿Tienes garaje?
Si tu coche tiene la suerte de “dormir” a cubierto, en un garaje, estará menos expuesto a la climatología, actos vandálicos o robos. Por eso es importante tener esto en cuenta a la hora de elegir las coberturas de la póliza. Por ejemplo, en el caso de contratar un seguro a terceros, sería conveniente contratar una ampliación para robos que, en la mayoría de los casos, cubre el robo de neumáticos, tubo de escape y rotura de lunas.
Si tu vehículo es eléctrico, deberás tener en cuenta que tu seguro cubra el robo del cable de carga. A parte de ser un elemento fundamental para el funcionamiento del automóvil, su coste es bastante elevado así que si lo aseguras puedes ahorrarte un buen dinero y un disgusto. En este tipo de vehículos, otra de las coberturas más útiles es la de daños a la estación de carga doméstica y la cobertura que te garantice el traslado del vehículo hasta un punto de carga cuando sea necesario.
¿Tu coche posee equipamiento opcional?
Nos referimos aquí a los extras, es decir, todos aquellos elementos adicionales no incluidos en el equipo de serie. Fíjate bien porque es probable que estos no estén incluidos en la póliza. Complementos tales como el navegador, la tapicería de piel, las llantas de titanio… deben figurar en el contrato con la aseguradora si quieres que estén cubiertos. Eso sí, antes de incorporarlos al seguro, valora realmente su utilidad, ya que podrías estar aumentando la cuota innecesariamente.
¿Tu seguro incluye cobertura de defensa jurídica?
Algunos seguros incluyen la cobertura jurídica que, por norma general, incluye la asistencia jurídica o el pago de los gastos que pueda tener el asegurado en caso de llevar a cabo una reclamación en caso de siniestro; también la posible defensa si ha sido el asegurado el que haya causado daños a un tercero. Este servicio puede ahorrarte alguna que otra preocupación en caso de accidente, pero debes tener en cuenta que puede suponer un incremento importante en el coste del seguro.
En definitiva, antes de contratar el seguro de tu coche, debes plantearte qué necesidades deseas cubrir y prestar atención a las exclusiones. Nos referimos a todas aquellas situaciones que no prevé tu seguro, incluso aunque sea a todo riesgo. Las más habituales suelen ser aquellas en las que se vea implicado en la conducción el consumo de alcohol o el exceso de velocidad.
Como has visto, contratar un seguro de automóvil no es algo que haya que hacer a la ligera, por eso es importante acudir a profesionales que te asesoren y con los que puedas valorar las coberturas que más se adapten a tu perfil de conductor y al vehículo que vas a conducir.