Cada vez son más los miembros del sector que plantean que el BCE reoriente sus políticas al haberse alcanzado el objetivo. La experiencia más reciente que conocemos es la de la Reserva Federal de EE.UU. La Fed procedió a reducir las compras mensuales de activos de manera muy gradual: dio pistas de que iniciaría el tapering con más de 3 meses de antelación (aviso en septiembre de 2013) y redujo el volumen mensual lentamente (tardó 10 meses en bajar a cero el ritmo de compras mensuales de 85 miles de millones de dólares, entre diciembre de 2013 y octubre de 2014).
¿Por qué actuó así? Por dos razones clave:
- El fuerte calado de las medidas: las compras de activos reducen significativamente los tipos de interés de un universo muy amplio de activos financieros y, por lo tanto, su retirada comporta un aumento de estos tipos de interés.
- El tapering también tiene un papel de comunicación: la eliminación de las compras da pistas sobre la política monetaria futura que tiene en mente el banco central (concretamente, indica que las subidas del tipo de interés de referencia del banco central se encuentran más cercanas). De hecho, en 2013 se produjo un caso paradigmático: el llamado taper tantrum. La primera tentativa de la Fed de anunciar el tapering fue en mayo de 2013 y, al coger por sorpresa a los agentes, provocó movimientos bruscos en los mercados.
Aunque la experiencia de la Fed no es directamente extrapolable al BCE, su experiencia nos indica, según CaixaBank Research, que el tapering del BCE debe cumplir dos condiciones:
- Una comunicación coherente y sin cambios bruscos que permita un reajuste ordenado de las expectativas del mercado. En este sentido, la comunicación del BCE ha dejado claro que la condición necesaria para la retirada de las compras de activos es una recuperación de la inflación autosostenida y con perspectivas de mantenerse a medio plazo
- Una reducción gradual de las compras. La incertidumbre política es otro elemento a tener en cuenta. En Europa, 2017 presenta un cargado calendario electoral (Holanda, Francia, Alemania y, quizás, Italia), principalmente en la primera mitad de año, y el inicio de las complejas relaciones del brexit. Repuntes de incertidumbre política podrían provocar episodios de inestabilidad financiera que podrían afectar negativamente la economía.
Según los expertos, es poco probable que el BCE decida empezar a retirar el estímulo antes de que estos riesgos se despejen (no antes del tercer trimestre de 2017).
Mientras avanza el proceso, esperemos que el post te haya servido para saber que el tapering es algo muy diferente a salir de tapas con los amigos.
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